miércoles, 13 de abril de 2011

Cuento.-

El fin del mundo.-

Para Paholita.-

" El deseo de la destrucción lleva el goce de una nuena vida.- " Daniel.-

-Todos al patio por favor jóvenes- clama el amable rector del colegio católico " san Miguel ", desde el exterior de las ventanas abiertas de las aulas donde reciben clases los alumnos de la primaria y hasta el cuarto de bachillerato.
Ya reunidos en el patio de cemento y paredes altas y desnudas, el rector levanta la voz:
-En este momento hay posibilidad de una guerra nuclear entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, lo único que podemos hacer es rezar.
Mientras tanto, a miles de kilómetros, el comandante de un submarino atómico cree recibir órdenes de disparar sus cohetes contra los Estados Unidos y procede sin perder tiempo. El ataque es respondido casi de inmediato, produciéndose una guerra total.
Muere la mitad de los habitantes del planeta, la otra mitad espera noticias de última hora, entre ellos el rector que invita a sus alumnos a proseguir en sus clases; lleva consigo un radio transitor con dificultades para sintonizar alguna emisora.
A las pocas horas el rector y sus alumnos se volatizan como la mayoría del resto de la población del planeta por efecto de las ondas radioactivas.
Solo se salvan los que a tiempo corren a refugiarse en los bosques, las selvas, los desiertos y las montañas, también los que se embarcan por los ríos y los océanos.
Del colegio se salvan el " cuca Aceros " y " Pío Quinto " nombres cariñosos por su particular forma de ser, que en su momento se fugaron del patio y aprovecharon la confusión para internarse en el parque nacional, repleto de árboles y piedras enormes, para jugar fútbol, similar a las tardes deportivas de los miércoles con el resto de compañeros.
Los pocos habitantes que siguieron con vida repoblaron La Tierra, construyeron pueblos y ciudades, caminos y autopistas, inventaron idiomas, levantaron colegios y universidades, abrieron bancos y fábricas y también reclutaron ejércitos, crearon armas entre ellas las atómicas.
Dos nuevos adversarios se enfrentaron y volvió a repetirse la destrucción y la vida nueva. No ha sido posible concebir la manera de acabar con la triste repetición.
Aunque el " cuca Aceros "y " Pío Quinto "de cada momento siguen considerando el inicio de la hecatombe como una oportunidad de escapar del patio del colegio y practicar su deporte favorito. Fin.-

Vitelio Chisant
Barcelona, 11 de abril de 2.011.-

miércoles, 6 de abril de 2011

Cuento.-

Ho Chi Ming en la universidad.- A Guillermo Delgado.- " La sensibilidad desnuda la vida.- " Daniel.- La asamblea de estudiantes está al borde del colapso; se reúne en el amplio pasillo de entrada a la universidad, con desbordamiento en el número de asistentes, la potencia de los oradores y la esquizofrenia de su fin principal: la expulsión del rector del claustro. Cuando ya está casi todo decidido para conseguir su objetivo, toma la palabra entre abucheos y sorpresa un estudiante de aspecto frágil y aliento caliente: -Compañeros, observo la ausencia de dos hechos para la decencia de cualquier asamblea, la primera es la votación popular de los asistentes y la segunda es la oportunidad que tiene el acusado para defenderse de los cargos, les pido que actuemos para reponer estas carencias. El que así habla es un estudiante de primer año de facultad, con el mote de Ho Chi Ming por su parecido con el líder vietnamita. La votación decide no echar al rector del claustro, que comparece y agradece la confianza de los estudiantes y manifiesta su deseo inmediato de marcharse de la universidad por voluntad propia. Fin.- Vitelio Chisant Barcelona, 2 de abril de 2.011.-

sábado, 2 de abril de 2011

Cuento.-

Un suceso irrepetible.- Para Carlos Martínez y Diomedes Daza.- " Lo que pudo haber ocurrido tiene tanto mérito como lo que ocurrió.- " Daniel.- Pocos conocen que en una ocasión se encontraron tres grandes hombres de la Filosofía. Ocurrió en el colegio público de Guasimal, un bello lugar de tierra caliente y vivaz imaginación. El encuentro fué gracias a la iniciativa del profesor Euclides, amigo de dar sorpresas a sus alumnos. -Queridos alumnos, he traído tres amantes del conocimiento, cada uno de ellos les dirá algo que puede entusiasmarles- dijo el profesor Euclides satisfecho de mantener en secreto la identidad de sus invitados. -Soy Sócrates, reniego de la Filosofía, es dañina para la juventud porque enseña a pensar sin sentimiento. -Soy Platón, los sueños sin devoción empalidecen y mueren. -Soy Aristóteles, la búsqueda sin la necesidad de encontrar nos pone a girar sin sentido alguno. Los tres filósofos se marcharon a caminar en medio de las plantaciones de algodón y de gigantes árboles de mango.- Fin.- Vitelio Chisant Barcelona, 23 de marzo de 2.011.-