viernes, 27 de julio de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

 Entrega trigésima.-
 Los acontecimientos de la historia que enseña el profesor Cruz también los ve por el mismo sentido, es decir el apoyo decisivo de la nave extraterrestre para inclinar la balanza en favor de la libertad; ésta palabra crea dudas, opiniones y contradicciones, pero Daniel la entiende como el respeto al individuo, los pueblos están integrados por individuos; el año escolar avanza con normalidad, nadie renuncia al esfuerzo que hay que realizar para aprobar las materias, es la búsqueda personal de la felicidad; sin embargo hay algo que sí existe, es la alegría en el corazón por tantos prodigios y posibilidades para todos; que nada puede ser avasallado por nadie, por osado y poderoso que se crea, que el Universo es tan libre y audaz como el corazón de cualquier criatura; es un espejo y a la vez un estímulo; el padre de Daniel llega un día contento a casa y exclama: -me han trasladado para Bogotá, regresamos apenas culminen los estudios-, la madre también está contenta, ella ve que en la capital del país hay grandes posibilidades para estudiar y para trabajar, pronto sus cinco hijos tendrán que incorporarse a ese mundo trepidante, lo mejor es estar allí; en fin, la alegría es colectiva, Lucía siente algo de tristeza porque tiene un amigo y tendrá que dejarlo ó él empeñarse para visitarla en Bogotá, donde les separa cientos de kilómetros por carreteras estrechas y riesgosas. La preparación del viaje es fácil para la madre, ella está acostumbrada a trasteos, consigue las cajas para embalar los objetos, lo hace con cuidado, toma precauciones con las piezas de procelana y de cristal que primero envuelve  con papel periódico, Daniel da un paseo por el parque de la Media Torta donde comienza su proceso transformador, está más comprometido que nunca, se va para Bogotá con un sentimiento de gratitud infinita, ya ha escrito más de cien cuentos y mil frases creadoras surgidas de la intuición con la vida, agradece que haya dado respuesta a la ocasión vivida, ama la vida con todas sus fuerzas y siente que cada minuto es para disfrutarlo, ayuda a la madre en la tarea de guardar cosas y muebles, se despide de su amigo Amador al que espera encontrar algún día en una universidad de Bogotá; Amador es buen estudiante, quiere estudiar Física cuando termine el bachillerato, se ve investigando los procesos de la Energía y quiere aportar algo a la sociedad; Daniel le felicita por ese propósito, se dan un apretón de manos y se despiden en la confianza del encuentro, Daniel sabe que nada se acaba, los sentimientos continúan y eso es lo que importa, descubre que donde hay sentimiento, hay vida.

jueves, 26 de julio de 2012

Cuento.-

                                                                            La talla de pantalones.-
 Para: Carolina Monsalve Pinilla y Tulio Manuel Castro Gil.-
 A. Xavi Llorens Carbonell.-
 " Si eres bipolar, aprovéchalo ".- Daniel.-
 Alberto Prieto, poco dado a creer en los sueños, tiene uno que le intranquiliza: su padre, fallecido hace ya varios años, le muestra varios pantalones bien colgados en una  barra y en magníficas condiciones, para que se prueba algunos y los que le queden bien, pueda apropiárselos.
 Se despierta y empieza a reflexionar sobre el mensaje encubierto del sueño, en esta ocasión piensa que el sueño le revela una oportunidad para su vida, complicada y falta de luz. Para descifrarlo decide ir donde una vidente de prestigio, se trata de Marina Hoffman, atiende en un pueblicito de la Costa Brava de Barcelona, sólo en las horas de la mañana, de seis a nueve, considera que son horas mágicas por la poderosa salida del Sol, gran protector de la vida.
 Alberto Prieto cuenta las imágenes del sueño con su padre a la vidente, mujer amable, de buenas maneras, presencia impecable y comportamiento sorprendente, según los que la han consultado. Una vez que ha oído de voz de Alberto Prieto el sueño, estrecha sus propias manos y las coloca en la pequeña mesa que está al frente, donde no hay ningún objeto, como es habitual tenerlos por la videntes, como son: velas, buhos, brujitas o Cristos, además de santos y amuletos.
 Cuando el relato de Alberto Prieto ha finalizado, ella le pregunta:
 -Intuye de alguna manera ¿qué puede transmitirle su padre desde el más allá?
 -No lo sé, estoy asombrado por la extrañas imágenes- responde Alberto Prieto y guarda silencio.
 -El sueño es claro, no sé por qué no has podido interpretarlo -empieza la vidente a realizar su trabajo- tu padre quiere que pruebes otras alternativas, que también te luzcas en diferentes circunstancias, para eso te enseña la variedad de pantalones, que seguro algunos te quedarán bien, para tus medidas, que son a la vez tus talentos y formación-. Hace una pausa y vuelve a preguntarle al consultante: -¿qué es lo importante para tí?
 -La vida es lo que me interesa.
 -De acuerdo -exclama la vidente- eso lo sabe tu padre, quiere que te realices disfrutando diversas circunstancias que están al alcance de tu naturaleza.
 Ella se levanta y lo despide, Alberto Prieto se marcha un poco inseguro. Fin.-
          Vitelio Chisant
                                 Barcelona, 23 de julio de 2.012.- 

viernes, 20 de julio de 2012

Cuento.-

                                                                  La amante de Einstein.-
 Para : Marta Lucero Moreno Cardona y
          Rafael Bocero Sánchez.-
 " El Universo es el padre y la vida es la madre ".- Daniel.-
 Pocas personas conocen que Einstein conservó durante toda su vida una amante, se llamaba María y era española -no podía llamarse de otra manera-.
 Fueron amigos desde cuando él era un modesto estudiante de Física y ella camarera de la cafetería de la misma Universidad de Zúrich; incluso cuando Einsterin publicó su famosa teoría de la Relatividad, la mencionó a ella de manera encubierta, para evitar los celos de su esposa Mileva y el malestar entre la comunidad científica.
 María confesó a Einstein, recién se conocieron, que ella viajaba en sueños a gran velocidad y en línea recta, pero siempre volvía al punto de partida, no podía comprenderlo; su deseo en el fondo era marcharse lejos de allí, no retornar jamás, se encontraba a disgusto en una sociedad que la oprimía y no podía manifetarse de acuerdo a su naturaleza alegre y espontánea; Einstein la consoló, pero a su vez el sueño de María le llevó a interesarse por la posibilidad de que el Universo fuera curvo donde todas las cosas vuelven al lugar de origen, dando lugar a prodigiosas teorías que le dieron la gloria.
                       Vitelio Chisant
                                                Barcelona, 19 de julio de 2.012.-  

miércoles, 18 de julio de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

 Entrada vigésimo novena.-
 En un amanecer le despiertan el cantar de unos canarios de la casa vecina, estas melodías le dan a entender que aún está atado a este mundo, que por más que viaje a cualquier sitio ó rincón del Universo, tiene el deber de compartir con la gente de su planeta; Daniel decide entonces escuchar y atender a su familia, a sus compañeros del colegio, a la gente de la ciudad, siempre que habla con alguien intenta sorprenderse y luego sorprender a los demás con sus observaciones; prefiere por su temperamento retraído, narrar lo que siente y compartirlo; " esa es la misión ", dice para sí mismo, primero en frases, luego en cuentos y novelas, ó con impulsos narrativos, alguna palabra que alegre, que dé fe de las cosas y de los sentimientos; el profesor de literatura, el señor Meisseles, está fascinado con la redacción de Daniel, su imaginación, lo pone como ejemplo para los demás compañeritos. Descarta aceptar de que es  testigo de numerosos prodigios, reconoce de todos modos que el esfuerzo de escribir y de mejorar en la redacción es suyo, que el silencio le nutre su conducta reservada; en uno de sus viajes Daniel ve criaturas con un tipo de habilidades parecidas  a las que ve en la Tierra en las diferentes especies de animales, de humanos; poco escapa a sus observaciones, lo importante es que nadie se aprovecha de otros, procuran intercambiar e integrarse; en el colegio Daniel tiene un amigo del alma, se llama José Luis, caminan juntos y practican deporte; intenta en una ocasión comentarle lo que le ocurre con la nave extraterrestre, hasta el punto que José Luis le dice: -es portentoso el cerebro que tienes, Daniel, qué envidia, ojalá algún día puedas escribir todo eso-; José Luis no vuelve a requerir nuevos comentarios de naves y viajes extraterrestres, prefiere seguir caminando y practicando deportes juntos; en otra ocasión, el hermano religioso profesor de Historia de la Biblia, relata algunos episodios  similares a los que Daniel vive, él guarda silencio y sabe que es natural que el hombre sienta devoción por aquellas criaturas que hablan de hechos sobrenaturales, pero en el fondo Daniel sabe que el único milagro es la bondad y solo ella puede llevarlos de un sitio a otro sin temor alguno.

El altar de Plutón.- ( novela ).-

 Entrada vigésimo octava..-
 Daniel siente inmensa alegría, despierta y empieza a meditar de lo ocurrido durante el día y en el sueño; todos estos sucesos le transforman de inmediato, se siente en la obligación de observar y luego de servir; ¿qué pueden querer de mí?, piensa sin obtener respuesta alguna, de todos modos está dispuesto a seguir siempre y cuando haya bondad en esos seres que le han transportado, cuando vea un acto de maldad, abandonará toda observación y desistirá de otros viajes; vuelve al colegio el día siguiente, el profesor Calderón le felicita por su rápida recuperación; Daniel se encuentra más lúcido que nunca, entiende las matemáticas y rinde en clase para sorpresa del profesor y de los compañeritos; decide enviar un mensaje mental a los tripulantes de la nave: "quiero seguir con ustedes en sueños, me siento mejor, cualquier favor me lo pediréis allí mismo"; recibe respuesta telepática igual: " se hará así y cuando llegue el momento se le pedirá algún favor"; de modo que no paran los sueños, se producen casi a diario; en ellos viajan primero a la Luna, después a los planetas del Sistema Solar, luego a la Galaxia y al final a cualquier parte del Universo; le transmiten que la nave va a la misma velocidad del pensamiento, que el Universo es infinito; " es bello ¿no? ", le dice en sueños el mismo hombre de cabellos largos; Daniel sonríe en cada ocasión, ve la libertad por todas partes; está atento para apreciar la bondad en todo eso, hasta ahora no ha visto daño alguno, sigue sorprendido de haber sido escogido, espera en cualquier momento devolver el favor de estos viajes que parecen alucinaciones; "solo nos basta que escribas lo que has visto", le dicen desde la nave cuando Daniel les cominica que abre unas crónicas sobre estas experiencias, intenta descibirlo todo, sin prejuicios, se siente bien con esa actitud narrativa.

martes, 17 de julio de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

Entrega vigésimo séptima.-
 Lo curioso es que nadie sigue sin aparecer por allí, alguna pareja de novios, algún vagabundo, un policía, un deportista, bueno, nada; a los pocos segundos una de las ventanas de colores se abre y aparece un rostro afable, un hombre de cabellos largos y  cara algo subida de color rojo, le dice: -! hola Daniel ! te hemos seguido hasta aquí, primero hemos causado el malestar para que vinieras hasta acá, somos tus amigos, venimos tres en la nave, queremos invitarte a dar una vuelta por el planeta y en pocos minutos te dejamos en este mismo sitio ¿ estás de acuerdo en dar un paseo ? no te haremos ningún daño-; el misterioso hombre se calla y espera respuesta, Daniel siente la necesidad de ver la nave por dentro y saber algo más de estos hombres a que se refieren las tiras cómicas; baja una pequeña compuerta con barandas hasta sus piés, sube por ella, arriba se sienta en una silla cómoda y arranca la nave, se eleva a gran velocidad, él se asoma por una ventanilla, ve ríos, mares y ciudades abajo, le preguntan a dónde quiere ir, primero Nueva York, después París y por último las selvas de Africa repletas de animales; todo eso ocurre, nada màs pasa por su cabeza, pero para saber si en realidad es verdad todo lo que ocurre, pide que le muestren Bogotá, de inmediato pasa por la capital colombiana, sus calles y avenidas, por la calle donde vive su abuela, el colegio " San Miguel ", incluso le dicen que si quiere bajarse y comprobar que está allí, puede hacerlo; rechaza la oferta, piensa que de pronto lo pueden dejar abandonado, la nave sigue su recorrido y vuelve al mismo sitio donde lo han recogido, se baja, el hombre de cabellos largos le dice: -pronto nos volveremos a ver y le pediremos un favor-; la nave se levanta y se marcha; cuando llega a la casa prefiere guardar silencio, en parte no sabe cómo decirlo; se recupera de inmediato, duerme y sueña con el mismo acontecimiento, en esta ocasión le piden que diga a dónde quiere ir; - !a la Luna!- contesta con prontitud, es el único lugar donde nadie ha ido en esta forma, la nave tarda pocos segundos en llegar a la Luna, se da cuenta que la nave entra por un agujero de gran tamaño y adentro ve lo mismo que la Tierra por fuera, es decir grandes extensiones de prados y montañas, ciudades, ríos e incluso naves, siente el mismo aire, el olor del polvo, las criaturas iguales a las de acá, la nave se acerca a las personas que no cambian nada ; -¿qué idioma hablan?- pregunta dentro de la nave; -el que tú les hables, responden según tu lengua- contesta el amigo de cabellos largos, Daniel comprende que hablan todas las lenguas; " ¿cómo las han aprendido ?  ", piensa, el hombre sentado a su lado le contesta: -no las han aprendido, nacen con ellas, les basta oír una palabra para desarrollar un lenguaje, pero no solo los idiomas, las demás ciencias también, son sus instintos-, Daniel creía que la Luna era un lugar distinto, sólo golpeado por piedras del espacio, el amigo de la nave que lee su pensamiento le contesta: -es la corteza la que protege el interior, está habitada por personas de la misma Tierra que salieron de allí millones de años atrás, han desarrollado unas habilidades que difieren a la de los habitantes actuales de allí, donde prefieren darle importancia al conocimiento, por encima de la intuición, en fin, todo es diferente, todo tiene su propio proceso, pero en el fondo lo que quieren es ser felices, a su manera-.

lunes, 16 de julio de 2012

Cuento.-

                                                 El sueño del dragón.-
 Para Camilo.-
 "Cada criatura se manifiesta según su naturaleza, con un fondo de ternura y súplica".- Daniel.-
 Poderoso y altivo, el dragón también sueña, se encuentra en ellos con seres pequeños, frágiles y de escaso vuelo.
 -Vosotros ¿qué soñáis? -les pregunta el dragón sin despertar de sus largos sueños.
 -Soñamos ser dragones, poderosos y altivos, que nos teman por el fuego destructor y el tamaño descomunal -contestan los seres pequeños, frágiles y de escaso vuelo.
 -! Está bien ! -les dice el dragón- despertemos todos a la vez, convertidos en nuestros sueños.
 Así ocurre hasta cuando vuelven a soñar.- Fin.-
                                Vitelio Chisant
                                                         Barcelona, 13 de julio de 2.012.-

viernes, 13 de julio de 2012

Cuento.-

                                                            Un encuentro cada mil años.-
A: Carmen, Angela, Eva y Geraldine.-
Para Celia.-
 " El destino tiene su propia órbita ".- Daniel.-
 -Nunca he visto una mujer tan bella-, le dice Franklin en voz baja a una mujer que está sentada frente a él, durante un trayecto del metro de Barcelona, viste falda corta y tiene ojos color miel, ella sonríe sin hacer comentario alguno.
 -Dime ¿eres colombiana ó venezolana?- insiste Franklin ante el mutismo de ella, que vuelve a sonreír.
 -No, no soy de aquí ni de allí, es decir soy de Venus, por eso te parezco hermosa, es la luz de nuestro planeta-, al contestarle con estas palabras, la mujer mira a Franklin con ternura e incredulidad, supone que él no le cree ó que la considera desquiciada. Franklin se repone más rápido de lo que ella piensa.
 -¿Y cómo te llamas?-.
 -Gloria, como ves tengo un nombre terrenal, bueno en todo soy normal. igual a las mujeres de tu planeta-; la mujer siente que Franklin tiene ganas de indagar más sobre ella: -¿Y entonces cuál es la diferencia entre una mujer de Venus, como tú, y una de la Tierra?-, al hacerle esta pregunta, Franklin la mira a los ojos.
 -No te lo voy a decir, no puedo, tienes que esperar a que tú lo inventes-, ella se despide con rapidez y sale del metro. Fin.-
                                   Vitelio Chisant
                                                             Barcelona, 12 de julio de 2.012.-

jueves, 12 de julio de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

Entrega vigésimo sexta.-
  Las mejores ventas las realiza el padre en un pueblo importante en la frontera con Ecuador, Ipiales, la segunda en importancia después de Pasto, es una zona agrícola extensa, rica en la producción de papa, cuanta con varios almacenes grandes de venta de productos para el campo, pero también hay competencia con otros vendedores que vienen incluso desde Cali, bastante lejos de allí, atraídos por el potencial de ventas; tampoco se sorprende el padre cuando descubre que desde Ecuador también llegan vendedores, es fin, poco a poco introduce los productos de su empresa, que son de gran calidad, además él es un excelente conversador; -señor Tarquino, ¿qué le parece si le dejo algunas muestras de nuestros productos para que las gentes los puedan probar para sus cultivos?-, me parece bien don Eduardo, déjeme unos veinte kilos y así iremos poco a poco-, responde el cliente a la confianza del padre, que le permite que esos kilos se los pague cuando los haya vendido, así el cliente acepta la prueba sin riesgo alguno; -volveré la otra semana, ya me contará entonces el resultado de la eficacia con ellos-; -de acuerdo, don Eduardo, le espero la semana próxima.                                                                                                                                                                             -                                                               6- Cantan los canarios.-                                                                                                                                 
Día a día alguna inquietud asoma; - ¿qué pasa Durán que no te veo bien?, si quieres puedes irte para casa-, el profesor Calderón nota que su alumno no se concentra en su clase de matemáticas, favorita para Daniel que la encuentra lógica y creadora; -sí, es verdad, no me encuentro bien, prefiero irme para mi casa-, contesta Daniel, sometido a una presión insólita, inesperada, él mismo no lo sabe bien, " ya aparecerá algo que me explique este malestar ", piensa para sí; -puedes marcharte, según como sigas vienes a clase, lo importante es que te recuperes-, el profesor Calderón le da una palmadita en la espalda y lo acompaña hasta la puerta de la calle para que el portero lo deje salir, hay órden de que ningún alumno puede abandonar el colegio antes de la hora de salida. Daniel decide dar un paseo por el parque de la Media Torta, hay suficiente verde para caminar un poco, echarse en el suelo y meditar; estando allí unos minutos y cuando decide irse para casa, ve una extraña nave que se acerca a donde él está; sorprendido mira para todos lados para ver si hay alguien más, no ve a nadie, se imagina que es una de esas naves de la fuerza aérea que se utilizan para medir la humedad, o rastrear el ambiente; sin embargo la nave decide posarse cerca de él, casi que a menos de dos metros, está suspendida en el aire, a unos cincuenta centímetros del suelo, intenta salir corriendo, es imposible, se siente atrapado, pero algo curioso ocurre con él, no siente miedo alguno, es curiosidad lo que siente, quién sabe quiénes pueden salir de esa nave, dispersa luces de colores, es pequeña, dorada, y no da muestras de hacer ningún daño.

miércoles, 11 de julio de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

Entrega vigésimo quinta.-
 En la medida que pasan los días, se habla de un autor nuevo: la mafia; tema que casi nadie domina, se sabe que la mafia está ahí y acaba con cualquiera cuando se lo propone, así sea el mismísimo presidente de los Estados Unidos, pero cuando se habla de la mafia hay que conocer detalles, leer revistas y libros curiosos y atrevidos y para eso hay que ser un apasionado del tema; a los dos días se ven las fotos del hijo menor del difunto, saludando al estilo militar el féretro de su padre, es una bella foto, suficiente para pasar de largo el interminable desfile de personajes en el entierro; la madre recuerda que a Gaitán también lo asesinaron y que los autores verdaderos quedaron impunes, sólo capturaron al primer pendejo que pasaba por ahí, que el pobre hombre no pudo decir nada, no lo dejaron hablar; -sólo la justicia divina condena a los verdaderos autores-, resalta la madre con un suspiro de resignación y dolor.
 En el colegio de los hermanos Maristas es poco lo que se habla del asesinato de Kennedy, es decir casi nada nuevo, es más la sensación extraordinaria de lo ocurrido, la familia fascinante del fallecido, la bella esposa y sus hijos tiernos; en los periódicos algún comentario de la ayuda de Kennedy a los países de latinoamérica, como es el caso de la leche en polvo que regalan en latas selladas, también aceite; suponen que esas ayudas cesarán con otro presidente: Lucía comenta con algo de visión bíblica: -con el tiempo lo que va a ocurrir en una guerra nuclear y el mundo se acabó-; la madre interviene para pedir a Dios que ojalá nunca ocurra eso; Daniel sólo habla de las noticias que escucha, que todo el mundo conoce; el padre se ha ido a trabajar, recorre los pueblos vecinos de Pasto para visitar clientes conocidos y para hacer nuevos clientes; le basta que tengan una tienda de venta al público de productos químicos que combatan los insectos de la agricultura y en menor interés los que ayudan a la ganadería en ese mismo sentido; se pueblo en pueblo vende, de paso le ofrecen alguna cerveza que acepta para refrescarse un poco y para favorecer las circusntancias de las ventas; con autorización de la empresa concede créditos para la entrega de la mercancía, una parte al momento y otra a los treinta o sesenta días; se crea una relación entre el padre y los clientes, que por lo común son campesinos que han conseguido un dinero para montar una tienda en el pueblo; son gentes honradas, que aprecian el crédito que se les brinda, intentan mejorar su oferta de productos y ganar la vida con ello; el padre regresa en la tarde, a veces bien entrada la noche cuando algún cliente lo retiene para brindarle cerveza y algo de comida, rechaza la comida porque la tiene en su casa en abundancia, a cambio acepta de buena manera la cerveza; -Tómese la última don Eduardo, déjeme atenderlo, usted ha sido amable conmigo y yo tengo que cumplirle- le dice el señor Eugenio Chaucanés de la población campesina de Yacuanquer, situada a una hora larga de Pasto, por carretera polvorienta y algo estrecha; -está bien, se lo agradezco, dígame qué comenta la gente del manzate, cuál ha sido su acogida-, el padre se refiere al más famoso de los productos de su empresa; la respuesta es sorprendente: -muy buena acogida, es el producto que pronto se agota, da buen resultado para las plagas, y además es rendidor, con un kilo de manzate se pueden fumigar dos hectáreas-, el señor Chaucanés vuelve a servirle otra cerveza que el padre acepta, le es imposible evitarla, un cliente está satisfecho, le habla bien de los productos y está garantizada la venta periódica en ese pueblo.

miércoles, 4 de julio de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

Entrada vigésimo cuarta.-
 El padre continúa con su cerveza, la madre y los hijos se dispersan, entonces prefiere poner discos y apaga la radio, -se acabaron las malas noticias, ahora viene la música-, pone para empezar  un disco con las canciones de Carlos Gardel, se queda inmóvil escuchando sus melodías, nadie está presente para acompañarlo, de vez en cuando desde el comedor la madre le dice: -mijo, venga a comer-, ya están todos sentados en la mesa, el padre contesta en voz baja: - luego voy, antes me voy a tomar una cerveza-; la madre y los hijos siguen comentando las noticias sobre Kennedy, de su posible asesino y de la consternación en el mundo entero, después de la comida cada uno se va para su habitación, la madre insiste al padre para que tome la comida, es imposible, los discos siguen sonando, después de Carlos Gardel vienen Garzón y Collazos y el barítino Caballero; la madre espera un buen rato, mientras tanto limpia la cocina, lava los platos, barre y pasa el trapero, ! por fin ! el padre se levanta, se sienta en la mesa del comedor, la madre le sirve de nuevo una sopa de papas, cebolla y un par de huevos dentro, la anterior comida la tuvo que recoger porque se había enfriado, después de que se comió todo en silencio, lo acompaña a subir la escalera, lo coge del brazo, la escaleras son de madera, estrechas y empinadas, hay que subirlas con cuidado, arriba en la habitación cierran la puerta; la noche es triste, aunque la noche encuentra reposo al ver al padre dormir, al día siguiente hay que trabajar y dormir. Los periódicos madrugan y anuncian con grandes titulares el asesinato de Kennedy, muestran la fotografía cuando Jackeline intenta darle la mano a un guardaespaldas para que se suba al automóvil descapotable y proteja a su marido y también desde luego a ella; en la calle, en las cantinas, en los colegios y en la radio se sigue hablando de lo mismo; cada vez más se desvirtúa que el asesinato fué cosa de los comunistas, se habla de un asesino solitario, se recuerda que los magnicidios son obra de mentes perturbadas, aisladas, que desean ser famosos a costa de un crimen de algún personaje; -les apuesto  que el asesino fué Jonhson en complicidad con Fidel Castro- insiste Eduardo, que está dispuesto a desmenuzar los argumentos en ese sentido, tiene lógica, pero como en toda argumentación exagerada, faltan pruebas; los demás escuchamos en silencio.

El altar de Plutón.- ( novela ).-

Entrada vigésimo tercera.-
 - ; ! Qué alegría que estés con nosotros ! -le dice el padre al tío Eduardo Belmonte, cuando ya han bebido tres cervezas en  medio de la conmoción por la noticia, -tengo poca relación con mi familia paterna, mi única hermana vive en los Estados Unidos, de modo que la visita tuya es para celebrarla-, agrega el padre con algo de nostalgia y desconsuelo, que abre dos cervezas más, el tío la recibe pero advierte que es la última, el médico le ha recomendado beber poco alcohol para controlar la tensión arterial, -seguro que no me va a pasar nada, porque la alegría es la mejor medicina- exclama con júbilo y completa: -contigo Eduardo llevamos diez años o más sin vernos, tus hijos estaban pequeñitos y los dos últimos no habían nacido- se refiere a Elenita y Camilo que tienen ocho y siete años; la madre también está contenta, ella no para de servir comidas, no puede estar sentada y tranquila, su temperamento es servir y colaborar en cada momento; -Aurita, qué bien estás, siempre tan amable-, la elogia Eduardo Belmonte, hombre afable y de refinado carácter, desprecia la falta de formas en los modales y el lenguaje, es crítico con la grosería; la madre aprovecha para agradecerle la visita, le recuerda dos hermanos algo menores que él e indaga por ellos, el visitante contesta que están bien, con algunos achaques de salud como también los tiene él; -¿ y tú Daniel dónde estudias y cómo se va con ellos?- se interesa el tío por el tercero de los hermanos, Daniel le responde que estudia en el colegio de los hermanos Maristas junto a sus otros dos hermanos Eduardo y Camilo, cursa el tercer año de bachillerato, omite comentar que el año anterior estuvo a punto de perderlo, en cambio el año en curso lo lleva bien; -yo -se pone serio el tío Eduardo Belmonte- sólo estudié hasta la primaria, mis padres tenían pocos recursos para matricularme en colegios de pago y a mí no me gustaron los colegios públicos, la gente que va allá es vulgar y de malas costumbres, entonces le dije a mis padres que preferiría formarme por mi cuenta y que deseaba trabajar cuanto antes -levanta la cabeza evocando sus recuerdos, se pone algo sentimental, situación que aprovecha el padre para decirle: -eres igual que yo, autodidacta, lo que en realidad importa lo aprendes de la vida, brindemos por nuestras vidas-, chocan sus vasos el padre y el tío, beben un poco más, ya es de noche, Eduardo Belmonte se despide y se va a dormir a un hotel del centro de la ciudad, prefiere así, es un hombre independiente, ama la austeridad, lee libros y revistas hasta bien tarde, por eso no le gusta aceptar el hospedaje con familia y amigos, le da un beso cariñoso a la madre, un abrazo al padre y vuelve a exclamar: -lamento el asesinato de Kennedy, sin embargo alguien tiene que reemplazarlo y la vida tiene que seguir-, a lo que Eduardo, el segundo de los hermanos le despide con una sugerencia: -ya hay sucesor, es Johnson, hay que empezar a desconfiar de él, es el primer beneficiado del asesinato, luego es el primer sospechoso, pudo haber contratado a Fidel Castro para eso-, Eduardo Belmonte se ríe y replica ya en la puerta: -todo es posible hijo mío, el poder no tiene escrúpulos, bueno, en fin, hasta otro día-, se marcha.