miércoles, 18 de julio de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

 Entrada vigésimo novena.-
 En un amanecer le despiertan el cantar de unos canarios de la casa vecina, estas melodías le dan a entender que aún está atado a este mundo, que por más que viaje a cualquier sitio ó rincón del Universo, tiene el deber de compartir con la gente de su planeta; Daniel decide entonces escuchar y atender a su familia, a sus compañeros del colegio, a la gente de la ciudad, siempre que habla con alguien intenta sorprenderse y luego sorprender a los demás con sus observaciones; prefiere por su temperamento retraído, narrar lo que siente y compartirlo; " esa es la misión ", dice para sí mismo, primero en frases, luego en cuentos y novelas, ó con impulsos narrativos, alguna palabra que alegre, que dé fe de las cosas y de los sentimientos; el profesor de literatura, el señor Meisseles, está fascinado con la redacción de Daniel, su imaginación, lo pone como ejemplo para los demás compañeritos. Descarta aceptar de que es  testigo de numerosos prodigios, reconoce de todos modos que el esfuerzo de escribir y de mejorar en la redacción es suyo, que el silencio le nutre su conducta reservada; en uno de sus viajes Daniel ve criaturas con un tipo de habilidades parecidas  a las que ve en la Tierra en las diferentes especies de animales, de humanos; poco escapa a sus observaciones, lo importante es que nadie se aprovecha de otros, procuran intercambiar e integrarse; en el colegio Daniel tiene un amigo del alma, se llama José Luis, caminan juntos y practican deporte; intenta en una ocasión comentarle lo que le ocurre con la nave extraterrestre, hasta el punto que José Luis le dice: -es portentoso el cerebro que tienes, Daniel, qué envidia, ojalá algún día puedas escribir todo eso-; José Luis no vuelve a requerir nuevos comentarios de naves y viajes extraterrestres, prefiere seguir caminando y practicando deportes juntos; en otra ocasión, el hermano religioso profesor de Historia de la Biblia, relata algunos episodios  similares a los que Daniel vive, él guarda silencio y sabe que es natural que el hombre sienta devoción por aquellas criaturas que hablan de hechos sobrenaturales, pero en el fondo Daniel sabe que el único milagro es la bondad y solo ella puede llevarlos de un sitio a otro sin temor alguno.

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