sábado, 31 de agosto de 2013

Novela.- Cosa de niños.- Primera parte.-

                                                  Capítulo cuarto.-

 Satisfecho por su ingreso junto a su esposa en la Fraternidad Rosacruz de Oro, Ramón Macía recibe en sueños la visita de un ángel  que le dice llamarse Zacarías, encargado de cuidar la salud, el bienestar y la economía de quienes se lo piden; lo ve con sus alas doradas y su hermoso cuerpo; Ramón Macía sorprendido y feliz a la vez, le pregunta qué mensaje trae para él; el ángel le contesta:  me dedico a velar por la salud de todas las criaturas, si tu quieres hacer algo por los demás te pido estudies las propiedades de las plantas y de los minerales, que pueden ayudar a sanar a quienes lo necesiten, hazlo poco a poco, con esmero y voluntad, a cambio, además de una inmensa satisfacción por acercarte a los otros, no te faltará nada de los dones que te puedo ofrecer; los ángeles tenemos nuestra especialidad, cuido de ti y de tu esposa en la misión que te espera; Ramón Macía despierta, le cuenta la historia a su esposa que le sugiere lo transmita al maestro Israel Rojas, que él sabría interpretar de manera integral el sueño; esa misma noche se entrevista con el maestro Israel Rojas, le comunica el sueño; de inmediato le dice: -es un honor recibir en sueños o en cualquier otro medio un ángel y además estar beneficiado con la misión tan noble y altruista, dale cumplimiento a cabalidad, además que serás feliz, ayudarás a muchas personas de salud quebrantada, tienes la biblioteca de la Fraternidad a tu disposición y también mi modesto conocimiento, suerte hermano-; Israel Rojas lo despide con un apretón de manos que Ramón Macía interpreta como un buen augurio para su misión, desde entonces se decide en sus horas libres, junto a su esposa a estudiar las plantas y sus propiedades, lo mismo que los minerales; los fines de semana salen al campo a recorrer sitios de abundante vegetación para distinguirlas e identificarlas; con el tiempo Israel Rojas le llama para incorporarlo como instructor de la Fraternidad de ese mundo a lo que

Novela.- Cosa de niños.- Primera parte.-

                                                 Capítulo tercero.-

 La primera vez que lo llevó su amigo a la conferencia en la sede de la Fraternidad Rosacruz de Oro, situada entre las carreras sexta y quiinta con calle 22 en Bogotá, intuyó que su vida iba a cambiar de raíz; aunque Ramón Macía tiene personalidad para llevar una vida fértil, para ese momento no encuentra sosiego para su corazón, que le pregunta por el sentido de la vida, que le indaga por el propósito de la existencia y algunas cosas más que hay que buscar y descubrir; la conferencia que dicta el maestro Israel Rojas tiene como tema la visión esotérica del mundo, algo general propio para quienes pretendan pertenecer a la Fraternidad y que les da derecho para asistir a las charlas de los días 27 y domingos de cada mes las enseñanzas de Cábala; Ramón Macvía se muestra nervioso y alterado puesto que hay algo allí que le hará transformarse; a la rigurosa hora señalada de las siete de la tarde hace su aparición en el atrio del salón un hombre de frente amplia, rostro amable, orejas enormes, de postura recta, que mira con bondad al resto de asistentes; viste chaleco y corbata, vestido completo del mismo color, mira al reloj y dice: -es hora de empezar, para los que no me conocen soy Israel Rojas, director de la Fraternidad Rosacruz de Oro para Colombia desde hace muchos años, ustedes han sido invitados por algún miembro del centro rosacruz y estoy seguro tienen avidez de conocer nuestras enseñanzas; a finales de la década de los años veinte vino a Colombia Krum Heller, insigne escritor y orientador de la Órden Rosacruz para fundar un aula en nuestro país, yo le conocí y tuve el honor de llevarlo por diferentes sitios del país con sus numerosos libros y su palabra excelsa, dejó las semillas sembradas de la Fraternidad Rosacruz y nosotros sus discípulos cuidamos de ella para que siga creciendo y pueda dar sus frutos: "corazón noble, mente pura y cuerpo sano", pueden sintetizar nuestra doctrina, basada en el conocimiento y en la aplicación de esos conocimientos a la vida personal; el mundo esotérico es la mirada para adentro, lo que llamamos el mundo interior, donde brota la fuente de todo y va hacia el exterior; sirve también para entender lo oculto, lo reservado para ciertas personas encargadas de interpretar y divulgar lo secreto, para que se mantenga al margen de su profanación o uso indebido propio de la naturaleza humana; lo oculto es la forma de preservar algo, de protegerlo y cuidarlo, de gentes de reconocida reputación e integridad; como ocurre en la antigüedad con magos y sacerdotes, aunque en estos tiempos y en otros tiempos es propio para la divulgación de lo oculto; aún así se mantienen en reserva conocimientos sagrados o de suma valía para guardar en manos de todo el mundo por el temor a su mal uso; de todas formas, ocultos o no, estos conocimientos apuntan al fondo de cada planteamiento, a su resolución, desde siempre se tiene interés por la respuesta a cuestiones filosóficas como el origen del hombre, del planeta, de las especies del Universo, del por qué de la existencia, el para qué de este mundo, en una expresión sencilla, el sentido de la vida, el más allá después de la muerte, el destino, la predestinación, en fin todo aquello que se ha preguntado el hombre desde su nacimiento y llegada a la Tierra; de manera paralela a todo ello, el conocimiento de las Ciencias Naturales que permiten resolver esos cuestionamientos, les recomiendo los libros de Krum Heller, que cubren estos aspectos, también los de un esotérico magistral, Max Hendel, filósofo de cabecera del mundo oculto, su obra "Concepto Rosacruz del Cosmos" y también su libro "Cristianismo Rosacruz", junto a estas maravillosas enseñanzas está el comportamiento, la actitud en los actos diarios, la voluntad, el carácter, la entrega al oficio y la misión encomendada; no es posible tener una mitad y carecer de la otra, hay que integrarlas y apuntar hacia el mismo objetivo, como el arco y la flecha, que no es otro que la realización plena del individuo y la sociedad; solo así es posible entender la evolución, el camino hacia Dios, creador de todo, principio y fin de todas las cosas; en mis conferencias dejo para el final las preguntas de los oyentes, que deben de ser en exclusiva para aclarar algunos de estos temas, hay que controlar la mente y no dejar que juegue con nosotros, gracias-; Israel Rojas termina su intervención con el mismo entusiasmo con el que ha comenzado, sin moverse un centímetro de su atrio, a la espera de alguna pregunta; -¿qué papel juegan los espíritus en el proceso evolutivo y según la doctrina rosacruz? -pregunta un hombre de unos cincuenta años que se levanta y mira al conferenciante; -buena pregunta, se puede decir para abreviar  que todos somos espíritus, pero seguro que usted se refiere a los que han desencarnado, es decir que por el proceso de la muerte han dejado el cuerpo, le digo que igual que los que llamamos vivos, aunque todos seguimos vivos, estemos a este lado de la existencia o al otro lado, el compromiso es igual, el esfuerzo, la voluntad, los obstáculos, las relaciones, solo que proporcional a sus circunstancias, a su condición, que en nada cambia lo fundamental; lo que interesa es comprender, entender, crecer, es similar al reino animal, variado y disímil de cuerpos y habilidades; los seres microscópicos tienen las mismas necesidades; para resolver su pregunta le digo que la condición de espíritu la tienen todos, ellos siguen su proceso, según como lo hayan dejado acá y se relacionan con los espíritus que son sus semejantes-; Israel Rojas se muestra feliz con su respuesta, sonríe satisfecho y espera otra pregunta; -maestro, los que no creemos en Dios ¿podemos ser rosacruces?-; también buena pregunta jóven -contesta Israel Rojas a un hombre de escasos veinte años, delgado y de cabellos largos- todo el mundo puede ser rosacruz, siempre y cuando ame y entienda su doctrina, puede profesar la religión que quiera, tener la filosofía de su gusto, ahora, no creer en Dios es casi imposible para los que entienden la doctrina rosacruz, que se orienta hacia un creador, un ordenador de lo que somos y de lo que nos rodea; sería difícil que alguien pudiera tener una habilidad para el equilibrio entre una creencia y otra, que tienden a unirse, bueno, creer en Dios o en una doctrina como la rosacruz, o la que fuere, es el comportamiento de la persona lo que interesa, "por sus actos los conoceréis", dice Jesucristo según los evangelios, de allí que creer o no creer es poco significativo a "ser o no ser" como dice Shakespeare o el hacer o no hacer-; Israel Rojas guarda silencio y dice que espera  la última pregunta para no prolongar la sesión; -maestro -pregunta Ramón Macía que a pesar de su timidez se decide a formularla- ¿cuáles son los requisitos y las condiciones para pertenecer a la Órden Rosacruz de Oro?-; gracias por la pregunta y por el interés de querer pertenecer a la Fraternidad, supongo que la primera es querer aceptar el compromiso con la Órden, es decir asistir a las sesiones de formación, a la reunión mensual y a las especiales que se convoquen y a observar un comportamiento según lo exigido  por la Fraternidad, que va en dirección de alejarse de vicios y malas costumbres, nada más, cuando quiera puede registrarse y superar el requisito formal del bautismo, una sencilla ceremonia que se realiza  en ésta aula un día especial del mes ¿algo más?-; Israel Rojas da por terminada la sesión y se despide de los asistentes; Ramón Macía se acerca al maestro, le da las gracias y dice que desea con su corazón pertenecer a la Fraternidad, pasa luego por la secretaría, lo atiende una jóven amable y lacónica, extrae un folio para anotar sus datos personales, teléfono y domicilio, le conunica que tiene que asistir a tres sesiones de los domingos, a partir de las diez de la mañana hasta la una de la tarde para recibir una formación básica de la doctrina rosacruz y una vez superado este requisito se le bautizará un día especial que señale el maestro Israel Rojas; Ramón Macía regresa feliz a su hogar, le cuenta a su esposa la novedad de su registro en la Fraternidad y ella le dice que también quiere registrarse y recibir la formación  y luego el batismo; Ramón Macía exclama de alegría, porque le gusta ir acompañado de su esposa a todas partes; las sesiones las dicta el doctor Cruz, un médico que acompaña a Israel Rojas a dictar conferencias por el país, su especialidad es la Medicina Natural, tiene una consulta donde los pacientes pagan la mitad, en forma absoluta, es decir, bien pueden abstenerse de pagar ningún peso o bien pueden pagar una cantidad ilimitada; Ramón Macía asiste con su esposa los tres domingos obligatorios donde les recomiendan leer los libros básicos de la Doctrina Rosacruz; al final necesitan exponer de manera verbal sus opiniones  de la Fraternidad  y de su compromiso con ella; Ramón Macía habla de sentirse feliz por haber descubierto el centro y considera que le abre los ojos al conocimiento y la dicha de una conducta humana; la esposa se extiende más, habla de la bondad de su marido, que ella lo sigue a él donde él quiera y que si él busca paz y realizaciones  en el centro rosacruz, ella hallará lo mismo y asistirá con él a las sesiones y reuniones que él quiera; termina diciendo que el amor determina su conducta y que eso le da felicidad; los dos son aceptados y consultado Israel Rojas se indica el día 8 de febrero para el bautismo de Ramón Macía, su esposa y un jóven que también ha estado en el curso de formación llamado Vitelio, de escasos dieciocho años de edad y estudiante de primer año de Leyes  en una universidad privada de Bogotá; llega el día 8 de febrero , la sesión la preside Israel Rojas, que habla con generosidad de cada candidato, de la importancia del bautismo porque indica tener la señal de pertenecer a la Fraternidad para ser protegido por los seres superiores que rigen el mundo; a continuación lee unas palabras de compromiso para con la Órden, para que los tres candidatos digan "sí acepto", quedan bautizados y pueden a partir de ese momento asistir a cuantas sesiones se preconicen y actos solemnes de la Fraternidad; Ramón Macía y su esposa deciden invitar a tomar un refresco a Vitelio, el nuevo joven bautizado, donde entablan amistad que se prolonga por la eternidad; Vitelio tiene formación religiosa, pero es insuficiente para él, necesita según sus palabras, acercarse al mundo natural y comprenderlo, sus padres no se han opuesto a su ingreso a la Órden, aunque se muestran algo reticentes a la doctrina rosacruz, la que ven extraña y diferente a la doctrina católica donde han crecido y se han formado, tanto ellos como sus ascendientes por muchas generaciones; Vitelio les confiesa que con el tiempo piensa dedicarse a escribir, junto a su amigo del alma que se mantiene al margen de la doctrina rosacruz, pero con quien comparte su interés por la poesía y la novela; Ramón Macía y su esposa se muestran agradecidos por esta nueva amistad y se comprometen a verse en las reuniones sin falta, tanto en la de los domingos, como la de los días veintisiete de cada mes y leer obras indispensables para su preparación; Ramón Macía regresa al banco el día siguiente y desempeña su labor sencilla de siempre, pero esta vez tiene un aliciente nuevo: estar incorporado a la Fraternidad Rosacruz de manera plena, además de empeñarse en los conocimientos de su doctrina; los compañeros del banco le siguen con aprecio su compromiso y alaban que se encuentre feliz en su desempeño; en el banco no para de trabajar ni habla en horas laborables, prefiere hacerse el desentendido cuando hay algún tema que le interesa para no alterar su entrega; sus compañeros acuden a él en la seguridad que encuentran apoyo, es el caso de alguna ficha o alguna carpeta que haya que localizarse en el archivo; en una ocasión lo llama aparte el director de la sección, le dice que está satisfecho con su actividad, pero que si quiere ser trasladado a otra sección a fin de poder ascender a un cargo de responsabilidad e incluso con alguna mejora salarial; Ramón Macía fiel a sus sentimientos de no buscar nada nuevo ni distraerse con otros cargos rechaza la oferta y expresa su afán de permanecer en esa sección en la realización de la misma tarea; el director le manifiesta que admira su determinación, pero que si alguna vez cambia de opinión cuente con él; ya en casa a donde llega en bus, se pone a estudiar con su esposa la doctrina rosacruz en los libros que le han recomendado, en especial el maestro Israel Rojas, entre los dos leen despacio algunos capítulos difíciles de comprender, los interpretan una y otra vez y siguen adelante cuando ya lo han resuelto; van preparados para las clases de Cábala de los domingos, para ello estudian Astrología, Filosofía, Religión y cultura general, además de Ciencias Naturales; a Ramón Macía le gusta buscar las respuestas  a todo por sí mismo, según él hay que buscarlas entre los científicos y profesores; en las reuniones de Cábala de los domingos se encuentran con Vitelio, un estudioso de los temas esotéricos, que escribe poemas y frases de la vida cotidiana, amante de la Filosofía y las Letras con formación autodidacta; el bachillerato lo estudia en el colegio de los Hermanos Maristas y obtiene de ellos la pasión por el conocimiento; aún se sorprende de la preparación de los religiosos, incluso hay unos, como el hermano Fabio que tiene dos carreras universitarias y había empezado una tercera en la Universidad de Santo Tomás, en Teología; Vitelio prefiere la Filosofía, pero ama leer la Biblia donde encuentra respuesta a muchas inquietudes como ocurre con las grandes obras maestras de la literatura universal y del pensamiento; no falta ningún domingo, lo mismo que Ramón Macía y su esposa; Ramón Macía le pregunta si está interesado en trabajar en el banco del Comercio, donde trabaja él, estaría dispuesto para ayudarle a entrar dada su amistad con el jefe de personal del banco, incluso con la vicepresidenta de relaciones humanas, doña Cecilia; Vitelio se lo agradece mucho, expresa que en estos momentos no quiere cambiar de empleo, trabaja como vendedor de una librería religiosa, de la Salle, que gana comisiones por las ventas realizadas y su sueldo base le permite pagarse los estudios y sus libros; empieza a trabajar a las dos de la tarde hasta las nueve, la mañana las tiene para estudiar filosofía y letras; la amistad se fortalece entre la pareja Macía y Vitelio, incluso quedan de verse algún sábado para interpretar los estudios de los libros esotéricos, en especial " Concepto Rosacruz del Cosmos", difícil de asimilar; tiene Vitelio una novia desde hace tres años, se llama Lucrecia, trabaja como vendedora de ropa  interior en "Dalia" que también le paga comisiones por el volumen de ventas cada mes, además de salario base; Lucrecia vive en un apartamento con su madre en Ciudad Kennedy, lleva una vida sencilla y amable, los fines de semana van al cine o visitan alguna familia amiga; Vitelio transmite a Lucrecia y su madre su pasión por los estudios rosacruces y les deja libros y revistas para que ellas poco a poco se interesen por esta disciplina; Vitelio vive con sus padres y cuatro hermanos más, son todos unidos y solo se encuentran los domingos en la tarde para reírse, ya que así como Vitelio está ocupado, también lo están sus hermanos, los dos hermanos mayores también estudian y trabajan, mientras que los dos hermanos menores avanzan en sus estudios del bachillerato; Vitelio evita compromisos distintos a los que ya ha establecido, le encanta el ajedrez, pero ha decidido dejarlo por restarle tiempo al estudio de la filosofía, la metafísica y las letras; desde la adolescencia empieza a practicar el ajedrez pero tiene la valentía de abandonarlo; tiene buenos recuerdos de ese juego, pero considera que para realizar un papel importante hay que consagrarse por entero y no solo por momentos; los domingos por la tarde ve la televisión la familia al completo, películas del Oeste, de Orson Wells o de suspenso, comen en familia y charlan de todos los temas; el único interesado es el padre en la política, la madre y los hijos lo escuchan, se muestra apasionado porque ha vivido momentos difíciles y trágicos en la vida de Colombia, es liberal furibundo, adora a políticos de la personalidad de Alberto Lleras y de su sobrino Carlos Lleras; los hijos están al margen de estos aspectos políticos, prefieren un sistema político más social, de mejor reparto de la riqueza, donde se eliminen poco a poco los sectores pobres ayudándolos con tarifas bajas en los servicios y con ayudas públicas para la educación de sus hijos, viviendas a bajos precios, a pagarlas como propietarios a muchos años, en fin, lo que no se consigue con facilidad; el padre y la madre se interesan por los estudios de la Fraternidad Rosacruz, Vitelio les explica y deja a todos convencidos de que ama esos conocimientos, permite llevarlos en una ocasión a una conferencia de entrada libre para que conozcan al maestro Israel Rojas, al que muestra como un sabio; mientras tanto Ramón Macía y su esposa prosiguen en los estudios rosacruces, han decidido formar los sábados junto a Vitelio una tertulia con estos temas donde invitan algunos amigos para que puedan formarse con ellos en las lecturas de los libros recomendados; y una vez que estos amigos están capacitados, los llevan al aula rosacruz, para que sean admitidos; algunos de estos amigos son compañeros de Ramón Macía del banco del Comercio como Marta Rodríguez, Orlando y Marlén; otro amigo de Vitelio como Guillermo Novoa, que formado también en colegios católicos, ha decidido ampliar sus conocimientos al mundo esotérico, esta labor de divulgación les satisface, porque además de repasar los conocimientos adquiridos, lo sienten como un voluntariado porque ayuda a extenderlos; Vitelio, Ramón Macía y su esposa, tienen sin saberlo, dotes de divulgadores, son didácticos, lo que más convence a sus discípulos es la alegría en sus vidas, lo que es por sí mismo suficiente para creerles; las reuniones se realizan en la casa de los esposos Macía que prestan su hogar y su atención a esta tarea, siguen avanzando en la formación de los domingos, no faltan en ninguna ocasión.

Novela: Cosa de Niños, primera parte, continuación.-

                                                 Capítulo segundo.-

 Todos los hombres tenemos una biografía, pequeña o grande, según se mire, entendemos por pequeña la de una criatura sencilla, humilde, pero ambicioso y realizado para su familia, sus amigos y para él mismo; desde luego que la pequeñez no tiene nada que ver con los méritos y la intensidad vital, ni el cumplimiento de compromisos, tiene solo la percusión histórica y social, nada más, el resto es igual a la más grande por los gestos del corazón, la bondad de las manos y la discreción de vida; Ramón Macía trabaja en el banco del Comercio, sucursal central de Bogotá, lleva al servicio del banco más de veinte años, tiene cincuenta años de edad, le faltan cinco para lograr su jubilación, desempeña la función de archivador en la sección comercial; sus compañeros de trabajo son mucho más jóvenes que él, lo aprecian y él se muestra en toda ocasión afable y colaborador, es de estatura media baja, delgado y tiene gafas de cristales gruesos, tiene que acercar los ojos a los documentos al extremo casi de tocarlos pero lograr aumenta leerlos, lleva su modesto trabajo con alegría, nunca se queja de nada y sus comentarios se derivan al humor de las cosas y las circunstancias; viste la mayoría de las veces trajes oscuros, su cabello rizado es aún negro, nunca se lo deja crecer, se pone corbata a diario, en definitiva en asuntos de presentación personal es insuperable, el único reproche que alguna vez recibe es el de la lentitud debido a su precaria vista, que no a su voluntad tenaz de servicio; sus hábitos son de hierro: del trabajo a la casa y de la casa al trabajo, no es posible verlo en ninguna cafetería, ni menos en un bar, vive en la periferia y su pensamiento al salir del banco es llegar cuanto antes a su hogar, el transporte en bus ordinario tarda hasta una hora; le espera todos los días una buena mujer que pasó al casarse del hogar paterno al hogar conyugal; no ha sido posible que tengan hijos, nunca se interesa por conocer las causas, no llegan y ya está; la ausencia de hijos aumenta la relación conyugal; en este caso, puesto que el hogar se limita a dos personas, que terminan por sentirse indispensable el uno para el otro, Ramón Macía una vez que se baja del bus que le trae del trabajo, entra a una cafetería próxima a su hogar, compra dos pasteles que comen con su esposa en la cena de ese día; Ramón Macía, por un préstamo del banco, una vez que cumple cinco años a su servicio, compra una vivienda pequeña en el barrio Quiroga, al Sur de la ciudad, a pagar en veinte años con escasos intereses; consta de dos habitaciones, un baño completo, sala-comedor, cocina y un patio del fondo; para Ramón Macía es suficiente, aunque su esposa cree que hubiera sido preferible una habitación más; de las dos haitaciones una es para el matrimonio, la otra para la biblioteca, orgullo de Ramón Macía que cuenta con al menos doscientos libros propios; la tercera habitación que echa de menos la señora Macía es para recibir a los padres de ella que viven en el Sur del país; se conforman con una visita cada año, arman una cama improvisada en el salón comedor; esta circunstancia limita el tiempo de presencia de los padres a tres días; la excelente relación del matrimonio Macía con los padres de ella ennoblece sus días; como consecuencia el matrimonio Macía va a visitar a los padres de ella también una vez al año, de esta manera consideran suficiente el intercambio de visitas, de besos, abrazos y regalos; por su lado Ramón Macía carece de padres, ya fallecidos y de hermanos; el pariente más cercano es un primo hermano que para navidades se llaman por teléfono, se desean lo mejor para el año siguiente, se ponen al día de noticias familiares y luego a esperar otra llamada a las navidades siguientes; la gran motivación de Ramón Macía, junto a su hogar y su trabajo, es su relación comprometida con la Fraternidad Rosacruz de Oro, fundada en las primeras décadas del siglo XX por Krum Heller; asiste a las reuniones con su esposa los días veintisiete de cada mes y luego los domingos a la formación  de Cábala, solo para iniciados en estos sentimientos, nada le proporciona mayor alegría que hablar de temas esotéricos, aquellos que armonizan causas y efectos, personas y circunstancias, pensamientos y acciones, en fin, que nada dejan al azar, que intentan explicar los comportamientos según lo que el corazón quiere, así las personas, las plantas, las estrellas y el mismo Universo porque todos ellos obedecen a los dictados de sus propios impulsos; el director del centro rosacruz de Colombia es el maestro Israel Rojas, excepcional hombre de ciencia, escritor y también director de la revista mensual "Rosacruz de Oro", editada por el mismo centro, donde se escriben frases famosas, comentarios sobre la vida de grandes hombres que también obran de acuerdo a las máximas esotéricas, recetas botánicas para la curación y poemas que exaltan virtudes y dones; es una bella revista, impecable y recogida en pocas páginas, con grandísimos contenidos, sabios y prácticos; Ramón Macía está unido a la fraternidad desde su juventud, con ocasión de un amigo que le invita a una conferencia en el centro, sale fascinado y decide volver hasta vincularse del todo; su amigo es un enlace, que luego desaparece y no vuelve a nuevas conferencias y reuniones; Ramón Macía considera que su vida no tiene sentido sin los sentimientos que le transmite la Fraternidad que le ayudan a ser mejor persona, a resistir la cotidianidad exasperante como la que cumple en el banco del Comercio, a ofrecerle su amor a la vida; los que asisten con él a las reuniones rosacruces son sus amigos, siente alegría de verlos y de conocer su bienestar; Ramón Macía es hijo de una pareja de inmigrantes boyacenses que marcharon para Bogotá en busca de empleo al no lograrlo en sus pueblos natales de Tuta y Sotaquirá; tenía diez años y apenas había terminado la escuela primaria, el padre en parte agricultor, en parte comerciante, decide aceptar la oferta de un primo suyo para trabajar en Bogotá como transportista en una pequeña furgoneta para cargar frutas y verduras en un gigantesco mercado y repartirlas en tres tiendas de su propiedad localizadas en diferentes sitios de la capital; al comienzo Ramón Macía es matriculado en un colegio público donde cursa estudios hasta el cuarto año de bachillerato, se retira para trabajar como ayudante del padre en el transporte de la comida; cuando cumple los dieciocho años es reclutado de manera obligatoria para cumplir con el servicio militar donde está dos años, el mínimo entonces para estudiantes no bachilleres, es trasladado de cuartel en cuartel como soldado raso al principio, después como sargento por su disciplina y aplicación, cuando esperan que continúe, cumplidos los dos primeros años, decide pedir la baja y retirarse, agradece la formación recibida en los cuarteles, pero no tiene sentido para él seguir, prefiere buscarse un empleo en la ciudad, en alguna tienda o fábrica; tampoco quiere trabajar con su padre porque apenas alcanza con su trabajo y no puede pagar a una sola persona; el padre está de acuerdo y acepta que su hijo tenga otro empleo, tiene suerte y logra vincularse como mensajero en el banco del Comercio, gracias a la recomendación de un congresista boyacense, amigo personal de un vicepresidente del banco, que le abre las puertas de inmediato; a la banca llegan políticos en receso y también de la banca salen directivos para dedicarse a la política; es una simbiosis de poder político y poder financiero, relación inevitable e interesada; desde entonces Ramón Macía está en el banco, dejando a la deriva ascensos y traslados; esto tiene explicación: por un lado Ramón Macía no quiere cargos de responsabilidad y compromiso y por otro carece de ambiciones que le lleven a trepar en ese mundo competitivo de la banca, para él, comprender el sentido de la vida es suficiente para sentirse feliz, nada más le entusiasma, sus gastos son pocos, puede pagar la hipoteca de su casa y los gastos de su hogar; Ramón Macía ama la vida, se considera privilegiado por este sentimiento, lo demás es secundario y no requiere tanta atención; desde ese momento no vuelve a buscar empleo, ni a moverse de su sitio de trabajo, los jefes del banco lo ven tan conforme que deciden no trasladarle a ninguna sección, entra por información comercial y ahí se queda, nadie se explica esa inamovilidad, para él es otra cosa, es estabilidad para dejar el asunto del dinero resuelto y dedicarse a lo que tiene sentido, los compromisos del equilibrio del Universo y de su vida, los procesos para evolucionar y trascender, de un mundo denso, doloroso y amargo a un mundo sutil, liviano, amoroso y pleno; lee con su esposa libros de esoteristas famosos como Israel Rojas, Krum Heller, el maestro san Germán, el poeta Goethe, el escritor Balzac, Pracelso, Eliphas Levi y otros más; también la revista mensual Rosacruz de Oro, que colecciona con pasión desde el primer número, no le gusta discutir ni debatir ningún tema, menos los de su preferencia, sí que aporta a la conversación, complementa y da la razón con frecuencia antes de trenzarse en riñas por convicciones; no tiene ningún propósito de convencer a nadie, no espera ser convencido por nadie, siente profunda alegría cuando descubre una idea que le ayude a mejorar; durante el trabajo es callado, rara vez lo interrumpe con alguna charla, prefiere hacerlo si esta se produce, a la salida del trabajo, en los pasillos del banco sin entrar, como hemos dicho, a ninguna cafetería; no le importa nada que sea especulativo, teórico, ama lo que le ayude a comprender y sentirse mejor; es tanta la alegría que le producen sus convicciones, que lo siente un deber; se siente afortunado de que alguien lo hubiera llevado a escuchar  al maestro Israel Rojas, sueña con poder transmitir estos conocimientos a las personas que lo necesitan, no se propone ser maestro, ni siquiera profesor de nadie, solo explicar y estar en condiciones de hacerlo a quienes le pidan explicaciones de sus conocimientos, deja este sueño a su corazón para cuando llegue el momento; es significativo para el destino que convoca encuentros inesperados, el que dos criaturas angelicales se hayan conocido en el banco del Comercio, en la misma sección y departamento, les basta verse una vez para reconocerse, aunque tengan jefes diferentes, comparten labor y horarios, el trabajo de Manuel Danderino y de Ramón Macía es el mismo, ordenar el archivo tanto de carpetas como de fichas, el llevarlas al día como los documentos y cartas propios de cada cliente; un directivo llama para pedir información de un cliente interesado en solicitar un préstamo de dinero, el departamento de información comercial le provee el promedio de su cuenta corriente, de su cumplimiento en anteriores compromisos y del estado actual de las relaciones con el banco, así el directivo puede saber hasta qué monto de crédito se le puede conceder, tanto Manuel Danderino como Ramón Macía son expertos en esta información actualizada, luego hay otros compañeros que se encargan de llevar a máquina de escribir las hojas consolidadas, una o dos máximo, con el resumen, con tintas negras y rojas, de la actividad del cliente para con el banco, abajo de las hojas las firmas tanto del director como del sub-director de la sección; durante el tiempo que están trabajando juntos Manuel Danderino y Ramón Macía nunca les llaman la atención por algún error grave en la velocidad de la información; la regla de oro de un ángel como Manuel Danderino es la de no aprovecharse de su condición y naturaleza para obtener algún provecho personal; toda su potencia y facultades son para ayudar a otros en causas nobles y bondadosas, de modo que en su trabajo diario en el banco como después en otros sitios, Manuel Danderino cumple a cabalidad con esta regla de oro, lo que obtiene y logra es producto de su propio esfuerzo, de su voluntad y atención; en el caso de Ramón Macía no está impedido para solicitar alguna ayuda personal, él mismo por sí mismo se ha impuesto esta misma regla de oro, incluso ha renunciado a promoverse para otros cargos y menos el de obtener ventajas personales; mientras los dos están ahí no les pasa nada a ninguno de los veintidós compañeros restantes, comparten con alegría y fraternidad; el magnetismo de ellos dos es suficiente para la armonía en las relaciones entre todos; con frecuencia organizan en el interior de la sección algún festejo para celebrar los cumpleaños de alguno, reparten refrescos con pastel y disfrutan de la camadería de cada uno; Manuel Danderino es de signo Acuario, cumple el día 18 de febrero y aunque para los demás él tiene tan solo veintiún años de edad, él sabe que su edad es infinita, como la del Sol y las estrellas, pero nada de eso le exonera de vivir cada día como si fuera el último de su vida, con pasión y dedicación; Ramón Macía cumple el 26 de marzo, ya tiene edad de hombre maduro, pero nada de eso le importa; él sabe que la vejez y la muerte son un trámite para renovarse y ser feliz; entre todos los compañeros de trabajo hay cuatro mujeres, dos de ellas comunicativas y alegres, las otras dos son reservadas y retraídas; sin embargo para Manuel Danderino y Ramón Macía cada una de ellas tiene sus virtudes y encantos; entre las dos últimas, Cristina y Fany, son serias en sus conversaciones, dan amistad sin reserva alguna, pero sus reacciones son controladas para no ser mal interpretadas, soportan con estoicismo el dolor y las dificultades y no quieren que los demás conozcan su tristeza, pueden ser felices pero casi nunca lo traspasan de su piel, son generosas y buenas trabajadoras; las dos extrovertidas son Marta y Clarita, expresan lo que son y sienten, son simpáticas y colaboradoras, se sientan a comer con los hombres en la parte de atrás de la sección y conversan en confianza con ellos todos los temas, ríen con ventaja cuando alguno de ellos les dice un piropo o una frase de alta tensión erótica; entre los hombres hay diversidad de temperamentos y vocaciones; ahí están Neira que mantiene las distancias aunque comparte con todos, Vargas que tiene un sentimiento de obediencia y honestidad, vive como necesidad trágica; Orlando que estudia arquitectura, es fuerte y fraterno; Pardo, el subdirector, compulsivo y eficaz, poco ceremonioso; Arbeláez que está en negocios  que nada tienen que ver con su trabajo en la sección; Claros, el director, bajito y amable, es el único que se toma dos tintos cuando los trae doña Clementina en su carrito de ruedas, los demás solo toman uno, intenta ser amigo de sus colaboradores pero alguna enseñanza perniciosa le retrae, prefiere revisar revistas en su escritorio antes de hablar con su gente; Belalcázar, el más fiestero y enamorado de todos, vive con una mujer de muchos más años que él que le sostiene en su apartamento y con la cual se siente atado, a veces con temor de sufrir represalias si él la deja; Yanguas sufre un trastorno de aislamiento, no se trata con nadie y es difícil explicarse cómo tiene un empleo en ese lugar, trabaja igual que los demás pero sin cruzar palabra alguna; Barreto, natural de un pueblecito encantador del Oriente de Boyacá, aparenta seriedad pero en el fondo se divierte con todo y goza del aprecio general; Fernando, de corazón de oro, trabaja más que ninguno y le queda tiempo para ayudar a los demás, coordina sus manos eficaces con su trato fraterno; algunos otros más están por ahí en la misma dirección: buenos compañeros, serviciales y necesitados al máximo de ese trabajo para costearse los estudios y los gastos de sus compromisos diarios de hogar o de familia; Manuel Danderino anuncia que deja el empleo y se va de militar a la academia de formación de oficiales; deciden hacerle una despedida donde se abren algunas botellas de cava, se reparte y comparte un delicioso pastel de manzana con cerezas, hablan tres compañeros en representación espontánea de todos, el primero de ellos es Durán que estudia abogacía en la Universidad Libre, es un compañero afable, le gusta el ajedrez, en una ocasión trajo un juego y terminaron jugando todos en la sección, unos contra otros, menos el director y el subdirector, para impedir el caos total; Durán elogia a su compañero Manuel Danderino y le desea éxitos en su vida militar, incluso lo ve llegar algún día a General de tres estrellas, máxima graduación y honor elevado para un oficial; luego habla Orlando, de palabras precisas e ideas firmes, pide un aplauso para el compañero que se marcha y luego viene por último Fany, que derrama algunas lágrimas y entrega a Manuel Dnderino una tarjeta firmada por todos que dice: "qué opaco se ha tornado este día, cuando te despedimos con sublime modestia, qué pequeño es ese sendero que hoy cruzas, pero, cuán claro y brillante será aquel día en que te veamos colmado de honores y gloria. Hoy hacemos votos porque ese camino  lleno de piedras y espinas, se torne amplio y frondoso, lleno de mil parabienes, para ti y los tuyos y así se sienta ese gran anhelo de vivir. Tus compañeros de siempre".- A continuación hay veintitrés firmas; Manuel Danderino se despide dando las gracias por la hermosa despedida, como por la fraternidad durante el tiempo de trabajo en la sección, él asegura que está de corazón con todos; se marcha y poco se vuelve a ver con nadie; se va feliz, le gusta salir así, por la puerta grande, es decir, aplaudido por sus compañeros y amigos, sin resentimientos ni remordimientos con nadie; Ramón Macía rompe un hábito, le invita a tomar un café en la cafetería del pasaje que da acceso al banco, charlan un poco y se despiden.

Novela.- Primera parte.-

                                                                Cosa de niños.-
Para: Mery, Isaura, Gladys, María, Celia y Carla.-
A: José María Porta, César Rejas y Adi.-
"El dolor se hospeda donde le dan cama y comida".- Daniel.-

                                                     Capítulo primero.-

 Todo puede ocurrir cuando un ciudadano desprevenido, incluso los advertidos y terrenales, pasea por una de las arterias de esa gran urbe que es Bogotá, caótica y sorprendente, sentarse en una cafetería con vistas a la carrera séptima, es un placer para el más curioso y sosegado ver durante una hora apenas, decenas de miles de personas, cada una de ellas con sus rasgos y características que las diferencias de las demás, mujeres con cuerpos de reinas de belleza y hombres con tallas milimétricas y kilométricas; presentir lo que lleva el corazón de cada una de aquellas personas, sus propósitos y despropósitos, sus complejos y osadías, sus aciertos y omisiones, es propio de curiosos compulsivos y observadores magistrales. Levantarse de la mesa de la cafetería y caminar en cualquiera de las dos direcciones, desde los puentes de la veintiséis hasta la plaza de Bolívar y un poco más allá para el Sur, ver la sucesión de tiendas, grandes y pequeñas, prodigiosas y serviciales, poderosas y amables, incluso algunas casi desmanteladas, otras a rebosar hasta los techos como ocurre por lo común con las droguerías y ferreterías; tiendas convertidas en restaurantes de grandes ollas y comidas caseras como son platos de arroz blanco, sopa de menudencias, fríjoles con tocino, plátano frito y carne asada con papas sudadas, de beber agua de panela o mazamorra, gaseosa y jugo de guayaba; algunas tiendas pequeñas propias para vender cuchillos y navajas, para arreglar ropa, vender preservativos, plantas y loterías; la venta de caramelos, cigarrillos e incluso aguardiente en carritos ambulantes repletos hasta las ruedas; el teatro Jorge Eliécer Gaitán, primero teatro y luego un cine y por último local de espectáculos, grandes tiendas de venta de vestidos de paño para hombres, mujeres y niños, con cajas registradoras acorazadas de hace sesenta años; entre tienda y tienda los almacenes de gigantescas áreas, donde se vende todo menos casas y coches; algún club de ajedrez que parece más una fonda que un lugar adecuado para la práctica de tan hermoso juego a donde se accede por escaleras viejas convertidas algunas veces en laberintos de la muerte por atracos sufridos por aficionados; las preciosas iglesias que reciben a suplicantes y pecadores; una catedral descomunal parecida más a un museo que a un templo, hasta llegar a la plaza de Bolívar, al palacio de justicia ya recuperado de la penosa toma del grupo guerrillero M-19 y evacuado a sangre y fuego por el ejército nacional; la alcaldía municipal y el capitolio nacional; esta plaza ha sido exaltada y vilipendiada, como tribuna de vibrantes discursos de líderes populares; desde ese lugar  hasta el Sur la carrera séptima se estrecha, escasean las tiendas y aparecen casas viejas con sus portales de madera y hierro deteriorado por décadas de abandono y desprecio; hay un parque, el de las Nieves, de regreso al Norte, con su iglesia del mismo nombre, allí se ganan la vida lustrabotas y vendedores ambulantes; este paseo puede durar al menos una hora larga, a pie y husmeando en extrañezas, mimos, pintores y dibujantes callejeros, plazas conmemorativas y sutilezas; además de levantar la mirada por calles castigadas del Oriente y del Occidente, que ofrecen otro mundo de posibilidades; una de esas calles pequeñas conduce al café San Moritz, cercano a la carrera octava, es posible que por la calle 14, la misma calle donde están dos pequeñas y preciosas iglesias, algo pequeñas en su interior que permite resaltar la luz de las numerosas velas y velones, que ponen los devotos de diferentes santos y vírgenes que atienden sus plegarias; el San Moritz  está casi lleno de clientes algo costumbristas, que llevan gabardinas y sombreritos propios de cincuenta años atrás; allí está todo envejecido, las paredes algo desteñidas que dificulta conocer su color original; las mesas metálicas lo mismo que las sillas resisten el paso del tiempo, el mostrador de madera muestra su longevidad, sobre él está la máquina cafetera de tamaño inusual, grande y ancha, sin embargo lo que aglutina los clientes en su mayoría es su fidelidad a estar allí a pesar de las numerosas cafeterías de la zona, para disfrutar el delicioso capuchino que conserva el sabor de varios lustros, no se sabe si esto se debe a una sustancia traída de Italia por algún viajero repetitivo o la simple sencillez de su preparación; al lado del capuchino de despachan deliciosas empanadas de arroz y carne y por supuesto cerveza nacional y alemana, ésta última algo más costosa; el café San Moritz cierra temprano, tiene al fondo dos mesas de billar para clientes de día, este juego de combinaciones y destreza es propio de gentes noctámbulas, hay que tener en consideración que quienes han perdido su trabajo y mientras encuentran otro se relajan con el billar, hay quienes están ocupados solo medio día o hay quienes son aficionados al billar desde siempre y buscan la manera de seguir practicándolo, estén o no ocupados; juegan al billar apostadores de dinero, que tienen sus adversarios conocidos o que desafían a nuevos adversarios; el bar San Moritz rara vez es visitado por la policía, no tiene peleas ni malos momentos, goza de un ambiente sano y sus clientes habituales tienen comportamientos pacíficos, hay otros bares, grandes y de numerosas mesas de billar en la populosa Bogotá donde se refugian personas agresivas e insociables; por la carrera octava, paralela en gran trayecto a la séptima, hay griles y cabarets, sitios de placer nocturno, prostíbulos y cantinas de luces bajas y ambientes para enamorar; en dirección Sur se llega a la avenida Jiménez, que se extiende de Oriente a Occidente; ésta antigua avenida tiene edificios enteros de abogados y gestores prestamistas; en las primeras plantas hay negocios, restaurantes y entradas a parqueaderos; el centro de la ciudad se puede decir que termina en los puentes de la calle veintiséis, famosas porque alivian el tráfico en zona tan congestionada por vehículos pequeños y medianos; Bogotá por tradición ha tenido buenos alcaldes, personas de inmensa preparación, que de lograr el éxito social en la gestión de la urbe, son fijos candidatos a la presidencia del país; el centro de Bogotá es el corazón de la araña que extiende sus patas en todas las direcciones, incluso las montañas que no han sido obstáculo para su crecimiento y formación de nuevos barrios; de vuelta a la carrera séptima, es uno de los paseos gratos para los sentidos, las sensaciones no paran de hacernos vibrar y disfrutar, incluso de sufrir: nadie está exento de ser robado en sus pertenencias o incluso en algunos casos de ser secuestrado para pedir dinero por su liberación; la venta de tinto, el suave café colombiano, empanadas, gelatinas, pan de yuca, pan de bono, a pié de calle, lo mismo que caramelos y cigarrillos, permiten gozar el paseo, eso sí que a nadie se le ocurra hacer este paseo en carro, se llevará un disgusto de miedo por la parsimonia del tráfico atestado de miles de vehículos, buses, busetas y taxis, todos deseosos de llegar cuanto antes a sus destinos; incluso quien viaja por la carrera séptima en buseta, bus o taxi, sin ser conductor, la goza, la tortura es solo para quien conduce, que no puede perder un instante la atención por las grandes posibilidades de chocar contra otro vehículo o incluso atropellar algún peatón de los que se atraviesan sin prudencia alguna. El maestro Israel Rojas, insigne botánico de la Órden Rosacruz de Oro de Colombia, comentaba en sus conferencias que aún veía espíritus pasearse por la carrera séptima, mirar vitrinas y hablar con otros espíritus tal como lo hicieron en carne y hueso, pero que han quedado atrapados por la seducción de su magnetismo; cosas esotéricas a un lado, la carrera séptima comprendida de los puentes de la veintiséis a la plaza de Bolívar, atrapa y seduce a cualquiera, por su aroma libertario, sus variedades mágicas, su diversidad cósmica y sus placeres mundanos, es el espejo de lo que desea el ser humano en tan pocos kilómetros y área reducida; a su vez caminar por la carrera sexta, algo más desdibujada para ser paralela a la carrera séptima, contiene en su recorrido casas viejas, edificios de abogados y algunas otras profesiones como notarios y médicos, construcciones oficiales y algunas universidades como las del Rosario, la Gran Colombia y La Libre, en tan solo estas tres universidades estudian miles de jóvenes en sesiones diurnas y nocturnas; aparecen las instalaciones del palacio de San Carlos, antigua sede de los presidentes de Colombia, hasta cuando Alfonso López Michelsen se instaló en el palacio de Nariño, actual sede presidencial; hay un sector de la carrera sexta donde se concentran joyerías con exposición y venta de esmeraldas costosas, es un recorrido corto, intenso, que nutre a cualquier espíritu explorador y que da lugar a sucesos pequeños del día a día; prolongar el paseo más allá de los puentes de la veintiséis, como se les llama, es otra imagen de la ciudad, igual que hacerlo por el Sur, más allá de la plaza de Bolívar, para nuestra historia solo interesa esa estrecha área tomada la carrera séptima como la columna vertebral y las carreras octava y sexta, una por abajo y otra por arriba y luego las diversas calles que entrecruzan esas importantes carreras como costillas del tronco principal; es posible que existan otras áreas de Bogotá tan importantes como interesantes como a la que nos hemos referido, para nuestra historia escogemos la del centro, rica en posibilidades, vigorosa, misteriosa, de leyenda. Las almas por sí solas no emigran, permanecen en el sitio donde las coge el cambio,de noche o de día, el traslado a la otra dimensión; necesitan prepararse para emigrar como se necesita tener valor y recursos para viajar a otros países y regiones, de no ser así permaneceremos en nuestro hogar o domicilio; entonces si las almas no se van, se quedan entre nosotros, realizando lo que siempre han realizado, estando donde han permanecido la mayor parte del tiempo y en definitiva siendo como son, nada puede variar esto, solo ellos mismos, como acá, solo cada uno de nosotros; bien, ¿cómo no los vemos o sentimos? no los ven los que no quieren ni sentirlos, sea por incredulidad, incapacidad o simple negligencia o falta de atención; ellos ayudan si lo han hecho otras veces o su naturaleza les facilita realizarlo o desean que nos vayan bien como ocurre acá, todos queremos que a los nuestros y en general a los demás les vaya bien; no poder ayudar en concreto nada, se agradece la atención, que es importante y noble; el solo sentimiento de querer el bien de los demás es suficiente para ennoblecer el alma, los que pueden ayudar son seres privilegiados y bien dotados de libertad, voluntad, entusiasmo y acción; permanecer en el mismo lugar, muchos maestros como es el caso del maestro Israel Rojas, sensibles y de elevada fe en ellos mismos, permanecen en esa relación que les permite su naturaleza etérea, también material y energética a la vez, de dimensiones diferentes a las nuestras, pero proporcionales a los sitios y personas con los que permanecen; hay otros que desde luego vuelan y marchan donde el corazón les indica o para donde se hayan preparado; ¿acaso los santos no se van para el cielo, para el que se han preparado toda la vida, con renuncias y sacrificios? claro que sí, para ellos el cielo es lo natural y es lo que su corazón espera y desea; así todos, cada uno en su cielo o en su tierra, con sus sentimientos; con estos seres es posible la comunicación de acuerdo a canales y mensajes, como ocurre con las cartas, la telefonía, el fax, el internet o el lenguaje directo como la conversación desnuda; es hermoso todo esto, es fecundidad y riqueza con las relaciones; da posibilidades y nos ayuda a comprender y amar, último fin de nuestra vida, nada más lejano y triste que enviar a nuestros amigos lejos, a otros mundos, en el sentimiento de no volverlos a ver jamás, esto es imposible, para quien no quiera que ocurra esto, basta una foto, un objeto, un recuerdo y poca cosa más para mantenerlos cerca, como ha ocurrido siempre; es el calor del Universo que atiende los imperativos del corazón, son los impulsos de las fuerzas de la naturaleza que nacen de cada uno y se van donde cada uno quiera; esta historia se enlaza con el recorrido de los lugares del centro de Bogotá, a la que amamos tanto como aquellos que andan por ahí prendados con su entusiasmo de la calidez humana, de sus encantos, de su belleza e incluso de su sabiduría; se dice que las almas grandes se van, se alejan de lo que les sujeta y atrapa; es posible que sea así, pero la mayoría de las almas aún necesitan comprender y amar personas y lugares, pero dependen de ellos, entre más amor más libertad, de eso no hay ninguna duda y esperemos  que esta historia lo refleje así mismo.
 El cielo está gris, llueve a ratos, la carrera séptima no deja de tener la actividad febril de siempre: los andenes repletos de personas y vendedores ambulantes, alguna vez un policía o militar, hay esterillas en el suelo donde se ofrece ropa a buen precio, carteras, correas, material eléctrico y de cocina, algunos vendedores tienen una ferretería sobre la esterilla y si algo no tienen de lo que les piden, se van por un momento y vuelven con el objeto deseado; la carrera séptima está atravesada por la calle 19 que se extiende de Oriente a Occidente, tan importante como la avenida Jiménez: circulación densa de tráfico de carros y personas, vendedores ambulantes competitivos y variedad de tiendas, restaurantes y cafeterías e incluso panaderías; la calle 19 forma para el Oriente una horquilla que comunica con la avenida Jiménez, cerrando un círculo de edificios y casas viejas, por el Occidente se prolonga más de lo sospechado, llegando incluso hasta la avenida de Las Américas, pero hay que volver al centro para retomar nuestra historia. Hay un ángel llamado Manuel Danderino, que tiene delimitada la zona del centro que hemos descrito, permanece allí desde la época de la Colonia Española, luego pasa a la República, ha visto las reformas de la ciudad y cuida de personas, bienes y terrenos, del mantenimiento del lugar y muchos asuntos más para bien; viene de la Constelación de Escorpio, allí salen la mayoría de voluntarios para proteger y cuidar como ángeles muchos sitios del Universo, son eternos, sensibles y receptivos a las súplicas, hay situaciones que no pueden impedir para no alterar los impulsos naturales, pero sí pueden aliviar el dolor que sobreviene de estos cambios; pueden cambiar de sitio en concordancia con otros ángeles, también se enamoran y aman como los mortales, forman familias que cuidan y les acompañan, se divierten y sufren como los demás, pero su característica es socorrer a quien les llame, jamás se ufanan de lo que hacen, sienten pasión por su actividad angelical, viven su eternidad con naturalidad, pueden retirarse por períodos, para ellos no existe el tiempo, retornar y seguir; son visibles e invisibles según las circunstancias y cumplimiento de su trabajo; por lo común adoptan las formas y hábitos de los ciudadanos que protegen; les es imperativo cuidar de los niños, ancianos y moribundos; evitan guerras y crímenes, que nada se destruya; cuando esto ocurre es por otros imperativos superiores que ellos no pueden evitar; realizan todas las actividades de los ciudadanos comunes: estudiar, trabajar, divertirse e ir de vacaciones; cuando se enamoran no pueden anteponer intereses personales a la de los ciudadanos en general, pueden confesar sus actividades de ángeles si esto contribuye a resolver alguna situación, en fin, son seres que tienen carácter y temperamento, voluntad y entusiasmo, expresan sus alegrías y reservas, saben que son eternos pero esto no varía para nada sus preocupaciones, emociones y sentimientos; ellos a su vez están protegidos por otros ángeles o arcángeles que tienen zonas más amplias y casos complicados, pueden realizar milagros con el consentimiento de otros ángeles que custodian el proceso natural de todo, nunca se enferman ni deprimen aunque se alteran y trastornan hasta equilibrar sus energías y fuerzas; para ellos nadie se puede morir de hambre, sed ni tristeza; son seres perennes que iluminan día y noche sobre corazones; entre sus protegidos están todas las criaturas de su área, como personas, animales, espíritus, nomos, hadas, en fin las criaturas de cualquier forma y condición; desde luego protegen a otros ángeles que están de paso; quien se siente eterno es por naturaleza un ángel, como lo es también quien se siente comprometido de manera libre a proteger a otros; pueden adquirir todas las formas de las edades: niños, adolescentes, adultos, longevos, hombre y mujer, animal o persona, mortal o espíritu; en el fondo la necesidad es la misma: necesidad de ser protegidos.
 Ser ángel es de estirpe, de modo que se confunde en el tiempo el primero de ellos que luego da origen a varias generaciones de ángeles, que no tienen principio ni fin, aunque se van retirando y sustituyendo; es su naturaleza bondadosa y llena de luz: Manuel Danderino nació en un barrio pobre de Bogotá, un sitio conocido como Barrios Unidos, al Nor Occidente, cerca de la iglesia del Siete de Agosto y en dirección al barrio Modelo; su familia estaba compuesta de cinco hermanos, el padre un hombre trabajador y honesto que se gana la vida como vendedor de productos para la agricultura, la madre una mujer laboriosa y tenaz para conseguir lo indispensable para sus hijos; Manuel Danderino se educa en colegios religiosos donde concilia su naturaleza angelical con la fe cristiana, en concreto la fe católica, tiene algunas vicisitudes en la adolescencia, se enamora y se casa en plena juventud, entonces comienza su labor protectora en la zona del centro de Bogotá, encargo que le llega por un sueño que le lleva a reconocer su naturaleza y vocación ancestral, aunque su familia está compuesta de ángeles, no es indispensable que todos cumplan el trabajo angelical, pueden reservarse para otros momentos y circunstancias; trabaja primero para una oficina gubernamental de estadística, puesto al que accede por examen escrito; logra una puntuación alta que le lleva a ser el jefe de un grupo pequeño, de seis personas, que se desplaza por el Departamento del Huila, se instalan en pensiones económicas y se dedican a censar población y bienes; los ángeles no tienen necesidad de estar de cuerpo presente en el sitio que cuidan y protegen; les basta con recorrer con el corazón el lugar para hacer sentir su presencia; desde luego que sí pueden estar presentes mejor para ellos y para los demás; después de permanecer pocos meses en ese empleo, es llamado por el banco del Comercio para trabajar como mensajero en la sección de información comercial; allí conoce otras personas de bellísima condición humana y angelical; deja el empleo gubernamental con enfado del jefe que amenaza con no pagarle por marcharse; se incorpora a su nuevo trabajo con gran alegría para él y su familia, que ahora lo tiene cerca, en la misma Bogotá donde viven todos; Manuel Danderino sabe que todas las criaturas son ángeles potenciales, tienen que sentirlo así y desarrollar sus dones, es la magia del Universo que los iguala a todos y que cada uno encuentra el momento para ejercer su condición angelical; es curioso, la sede principal del banco del Comercio está en el centro de Bogotá, dos calles abajo de la carrera séptima, cuenta con unas instalaciones formidables, amplias y llenas de luz y comodidad, allí permanece un tiempo hasta cuando termina su carrera de abogado en la Universidad Libre de Colombia, sede situada a tres calles de la plaza de Bolívar, entra luego en las Fuerzas Armadas, en el ejército donde culmina su carrera castrense hasta el grado de coronel; Manuel Danderino es de estatura media baja, es decir apenas llega al metro sesenta centímetros, tiene carácter afable, mira las cosas por el lado bondadoso y se esfuerza por realizar bien su trabajo esté donde esté; tiene esposa y dos hijos, numerosos amigos, su deporte favorito es caminar y nunca se enreda es disputas, confrontaciones ni actos agresivos, los evita y los supera con actitud comprensiva y pacífica; siempre que puede recorre la carrera séptima desde la plaza de Bolívar hasta los puentes de la veintiséis, toma tinto con pan de bono y alguna empanada de carne, teje la zona pasando a las carreras sexta y quinta y luego bajando a las carreras octava y novena, por las calles veinticuatro, veintitrés y veintiuno y así la calle novena, algo más al Sur pasando por la plaza de Bolívar hasta la Universidad Libre de Colombia; en su recorrido vigila los andamios de las construcciones para que no se vayan a caer, que alguna de sus patas de hierro esté a punto de doblarse, que las madres no suelten a sus niños, que los ancianos que atraviesan una calle alcancen a llegar al otro andén, mira y se adelanta en las intenciones de los sospechosos y criminales; la risa y la fraternidad desisten cualquier tentativa delincuencial; evita atropellamientos, cuida que los espíritus que rondan por ahí despierten y marchen para cumplir su proceso evolutivo, incluso tiene conversación con ellos que argumentan sus ataduras; entonces Manuel Danderino les ayuda con palabras, frases, cuentos y novelas que él inventa para la ocasión; también vigila que nadie contamine el aire con fuego exagerado y descontrolado, que a nadie le falte la comida y la bebida a las horas respectivas; que quien ha perdido algo lo encuentre, favorece para evitar robos y atracos, caídas y golpes; facilita los encuentros amorosos, estimula el erotismo y la sexualidad liberadora, si alguien está en proceso de morir le alienta para que dé el paso de volar con fortaleza, sabe que otros seres angelicales están presentes en esos momentos de angustia y descontrol, cuida que los animales tengan refugio, calor, comida y dormida en caso de no tener dueño y hogar; transmite energía liberadora que saca a quien entra en contacto con él, infunde alegría y pasión por la vida, estimula la imaginación y fantasías para crear y narrar con voluntad y firmeza, apoya la fe, el valor y el coraje, ahuyenta los miedos y despeja las esperanzas, la ilusión y el optimismo; estos dones brotan con naturalidad en Manuel Danderino y en quienes ejercen como ángeles; auspician el deporte, las caminatas, el diálogo y la tertulia constructivas; procuran que los conductores de vehículos no se duerman, que lleguen a sus destinos; ahora, lo que no pueden evitar, aceptan su cumplimiento, que los ángeles también se afectan cuando ocurre algo doloroso que no han podido eludir, sin embargo lo consideran como órdenes superiores, que ocurre porque es para bien de los afectados y de todos los demás, saben que todos nos beneficiamos de todos, que su misión y el Universo es cosa de todos, sin excepción alguna.- (Continúa).-                  

                                       

jueves, 29 de agosto de 2013

Cuento.-

                                          Las escalinatas al fondo de la tierra.-
Para Olguita
"Descender o ascender, depende cómo se mire".- Daniel.-
 Claudia y Vilma son dos amigas nacidos en Honduras y y afincadas en Barcelona donde se conocen al trabajar para un paquistaní en una tienda de alimentos; un bello día,  con el Sol en Virgo y la Luna en Géminis, deciden renunciar a su trabajo y con algunos ahorros escogen viajar por el mundo, cada una en una dirección diferente y sin realizar ninguna comunicación entre ellas, den lugar a que el destino las vuelva a juntar.
 Después de siete años se encuentran por casualidad en Baltimore en los Estados Unidos, se abrazan y se cuentan sus experiencias:
-Yo -dice Vilma- a las pocas semanas de separarnos, me casé con un gringo que me trajo para acá.
 -Yo -dice Claudia- soy la amante de ese gringo que nunca me dijo que estaba casada contigo.- Fin.-

               Vitelio Chisant
                                           Martorell, 29 de agosto de 2.013.-

martes, 27 de agosto de 2013

Cuento.- la libertad.- Fin.-

                                                           Un artista sin teatro.-
Para Danilo Mota.-
"Actuamos mejor cuando no nos pagan por hacerlo".- Daniel.-
 Javier Espitia estudia teatro en Barcelona, trabaja la escultura, la pintura y el dibujo, hace artesanía y es aficionado a la fotografía; estas actividades alimentan su espíritu curioso y creador, además de calmar su ansiedad existencial; bebe cerveza con frecuencia y organiza fiestas en su vieja vivienda donde vive solo; recibe visitas de amigas que calientan su cama y amigos con los que divagan en temas políticos y cotidianos; los escasos dineros que le llegan son para cubrir los gastos de una persona escuálida, escurridiza, estoica y bondadosa; ama la vida con pasión y carece de brújula, reloj y reglamentos en su administración.
 El casco antiguo de Barcelona acoge almas de esta naturaleza sutil, sus estrechas y centenarias calles les pertenecen, lo mismo que sus bodeguitas, colmados y bares; el mundo para ellos es una bola de plastilina para moldear a su antojo hasta conseguir belleza y sonido; el Sol no les despierta ni la Luna les acuesta, solo escuchan la voz de la inspiración que luego transforman en materias eternas; sus manos se liberan con el trabajo que les comunique el corazón y su credo es terminar la obra empezada.
 Javier Espitia no va a donde ningún médico, ni consume un fármaco, ni profesa religión alguna, ni se interesa por la metafísica, tampoco tiene interés por las ideas políticas distintas a que todo el mundo necesita techo y comida, la felicidad lo tiene sin cuidado, la armonía le es indiferente y la paz mundial es una utopía; piensa que la delincuencia es un imperativo social y que las fronteras son propias de la estupidez humana, lo mismo que las banderas y símbolos patrios; prefiere el caos al órden que reprime la libertad.- Fin.-

                     Vitelio Chisant
                                                     Martorell, 27 de agosto de 2.013.-

domingo, 25 de agosto de 2013

Frases del día.-

-Hay una mirada para ti en la que no te fijas.- Vitelio Chisant.-
-Todo favor hace cola para recoger su recompensa.- Vitelio Chisant.-
-La ausencia de carácter intensifica el temperamento.- Vitelio Chisant.-
-La vida es asunto de todos.- Vitelio Chisant.-
-El alcance del pensamiento es la frontera.- Vitelio Chisant.-
-Cambiamos de dioses, la devoción sigue intacta.- Vitelio Chisant.-
-El terror como la inocencia gustan de símbolos.- Vitelio Chisant.-
-La vida se transforma con un café temprano.- Vitelio Chisant.-
-El deseo y el amor rivalizan a puño limpio.-Vitelio Chisant.-
-Hasta lo más costoso es un regalo.- Vitelio Chisant.-
-Soy un fauno domesticado.- Vitelio Chisant.-
-Los muertos están más vivos que nunca.- Vitelio Chisant.-
-Los ojos ven lo que el corazón quiere.- Vitelio Chisant.-

viernes, 23 de agosto de 2013

Cuento.-

                                                     La dama de diamantes.-
A: Manuel.-
" La imagen aparece cuando la necesitamos".- Daniel.-
 Gonzalo Fonseca lleva una vida ordenada, tiene esposa e hijos y una modesta vivienda en Tunja gracias a la herencia de los suegros, que ha mejorado con el dinero que gana como taxista; su rutina la compensa con su carácter gracioso e irónico, tiene talento para burlarse de personas y circunstancias; nada le falta y nada le sobra, pero aún así espera algún acontecimiento que dé un giro importante a su vida.
-Señor ¿por favor me pueda llevar a ésta dirección? -una bella y algo misteriosa mujer se sube al taxi y le enseña un pequeño papel con los datos a donde quiere ir.
-Lo siento señora, pero no conozco ese lugar -le dice Gonzalo Fonseca que levanta al máximo las cejas y su rostro se enrojece al mirarla.
-No importa, vaya hacia adelante que yo le iré indicando.
 El taxista obedece, de ésto hace veintisiete años, desde entonces no ha regresado a su hogar y le dan por desaparecido.- Fin.-

                     Vitelio Chisant
                                                Martorell, 23 de agosto de 2.013.-

miércoles, 21 de agosto de 2013

Cuento.-

                                               La valiente liebre y el temeroso tigre.-
A: Lucía.-
"Hay una fuerza súbita y misteriosa que se inclina a nuestro favor".- Daniel.-
-¿Por qué no hablamos un poco? -le dice la liebre al tigre, en una llanura común, ante la curiosidad de algunos animales que observan la escena.
-Pero ¿cómo te atreves a decirme eso? lo propio es tu cautela ante mi feroz presencia -le responde un sorprendido tigre que desiste de perseguirla.
-Ya lo sé, pero soy diferente a otras liebres y sé que tú también eres diferente a otros tigres -contesta la liebre segura de sí misma.
-Bueno, está bien, me tienes convencido, me acercaré hasta una distancia prudente, digamos tres metros, por si de pronto me da por atacarte, tú puedas correr y evadirte de mis garras.
-!Magnífica idea! ya sabía yo que tú eras distinto -acepta la liebre el acercamiento  del tigre hasta los tres metros de distancia; los dos animales inician un diálogo íntimo y prolongado, que cautiva a los demás animales del entorno  que también se acercan y rodean a los protagonistas. Al finalizar el diálogo, el tigre le dice:
-Es la última vez que me acerco a tí, en algunos momentos he tenido el impulso de atraparte y devorarte.
-No temas por eso amigo tigre -le contesta la liebre con fijación en los ojos del felino, -antes de atacarme y devorarme, tus garras se hubieran convertido en manos suaves y tu fiereza en ternura.- Fin.-

              Vitelio Chisant
                                                Martorell, 21 de agosto de 2.013.-

sábado, 17 de agosto de 2013

Frases del día.-

-Un día, una vida.- Vitelio Chisant.-
-Otorga y ganarás.- Vitelio Chisant.-
-El hogar es un útero con muebles.- Vitelio Chisant.-
-Basta que sea posible para que ocurra.- Vitelio Chisant.-
-La eternidad es asunto diario.- Vitelio Chisant.-
-La felicidad alimenta sin engordar.- Vitelio Chisant.-
-El respeto al adversario no impide superarlo.- Vitelio Chisant.-
-La destrucción es una manera extraña de crear.-Vitelio Chisant.-
-El Sistema Solar es el harén del Sol.-Vitelio Chisant.-
-Basta que sea ajeno para desearlo.- Vitelio Chisant.-
-La ciencia es asunto de fe.- Vitelio Chisant.-
-La sorpresa y la oportunidad son femeninas.- Vitelio Chisant.-
-El planeta es cosa de niños.- Vitelio Chisant.-

Cuento.-

                                                     El espejo mentiroso.-
A: Daniel.-
"Creer en nosotros, cuestión de maquillaje".- Vitelio Chisant.-
 Goethe, esa portentosa alma, nacido en Francfort en 1749 y fallecido en Weimar en 1832, compró en una ocasión en una feria de antigüedades un espejo de mano y se lo llevó para su habitación; amigo de simbolismos y temas secretos, después de pronunciar unas palabras mágicas, lo convirtió en su confidente; tenía tan solo diecisiete años cuando le hizo la primera pregunta:
-Amigo mío ¿dime si seré famoso?
-Sí, claro que sí -le respondió de inmediato el espejo.
 Goethe no se atrevió a preguntarle más cosas por el temor a respuestas dolorosas, se creyó lo de la fama sin interesarse en qué sería especial, ni cuándo ni cómo.
 Al poco tiempo se enamoró con locura y acudió a consultar con el espejo sus sentimientos:
-Amigo mío ¿crees que Carlota me ama tanto como la amo yo a ella?
-Sí, incluso más.
 Goethe saltó de alegría; al poco tiempo empezó a escribir su obra Werther, sin tener seguridad de cómo sería recibida por la sociedad alemana; acudió de nuevo al espejo:
-Amigo mío ¿qué pasará con mi novela Werther, una vez la finalice?
-Hará llorar a muchas personas, incluso algunas se suicidarán, se mencionará con tristeza. -le contestó el espejo.
 Antes de morir Goethe confesó a sus amigos que el espejo le había mentido, aunque había acertado en todas las respuestas que le dio en muchas ocasiones, él solo hubiera querido ser un hombre simple y curioso por la vida.- Fin.-

                            Vitelio Chisant
                                                           Masquefa, 17 de agosto de 2013.-
 

viernes, 16 de agosto de 2013

Cuento.-

                                                            Todo es para bien.-
A: Guillermo Roncancio.-
"El pensamiento es un caballo salvaje que obedece solo al corazón del jinete".- Daniel.-
 Nada tan desconcertante como las premoniciones de Hugo Barreto, modesto trabajador de una oficina bancaria, alto y fuerte, al que solo le basta mirar el rostro de una persona para descubrirle su destino.
-Usted quiere casarse cuanto antes, pero le resultará difícil amar a su marido ni a ningún marido, solo amará amigos y amantes ocasionales -le dice a una bella rubia, sensible, de ojos verdes, secretaria del jefe.
-Usted -le dice a su jefe, un hombre bajito, gafas y cabellos en punta -será siempre el primero de la oficina pero el último en comprender la naturaleza de los subalternos, le interesa lucir antes que servir.-
-Usted es un buen hombre, pero ni su astucia ni su inocencia le bastarán para realizarse -le predice al mensajero, recién llegado al banco, de estatura media y carácter retraído.
 Así todos desfilan antre risas y exclamaciones.- Fin.-

                Vitelio Chisant
                                              Martorell, 15 de agosto de 2.013.-

lunes, 12 de agosto de 2013

Frases del día.-

-El arte de adivinar es un instinto.- Vitelio Chisant.-
-No dejar huellas es propio de ladrones, amantes y sabios.- Vitelio Chisant.-
-El abuso hiere la virtud.- Vitelio Chisant.-
-Después de una buena comida, los problemas empequeñecen.- Vitelio Chisamt.-
-Todos somos artistas pero a pocos se les remunera por serlo.- Vitelio Chisant.-
-La mezquindad es contagiosa.- Vitelio Chisant.-
-Los agujeros negros están aquí entre nosotros.- Vitelio Chisant.-
-Un filósofo es un deportista del pensamiento.- Vitelio Chisant.-
-La quietud anda más rápido.- Vitelio Chisant.-
-El beso de Judas es una traición amorosa.- Vitelio Chisant.-
-La telepatía con hilos es el nuevo invento.- Vitelio Chisant.-
-Amor mío, la luz pálida de tu mirada enceguece el fuego de mi pasión.- Vitelio Chisant.-
-La intrepidez iguala los espíritus.- Vitelio Chisant.-

viernes, 9 de agosto de 2013

Cuento.-

                                                    Un pueblo para un abogado.-
A: los egresados de 1973.-
"En esta vida nadie se escapa de ser egresado en algo en alguna parte".- Daniel.-
 Las clases del último año de la facultad van finalizando sin que nadie se de cuenta; lo que importa es tener un padrino, un pariente, al menos un conocido que pueda echar una mano para conseguir empleo, no importa cómo, ni cuánto, ni para qué.
 Desde luego que los más brillantes, como Ochoa, Martínez o Daza, ya les sobran ofertas, pero los demás, los otros doscientos, por contar a lo bajo, ¿qué hacemos?
 Poe fortuna siempre hay un pueblo  que espera un abogado, no importa cuántos habitantes tenga y si es posible acceder después de diez horas en flota, entre más lejos de los sitios urbanos, mejor, la competencia disminuye, solo los más desgraciados pueden irse para allí, para atrapar un cargo de juez, alcalde, personero, tesorero, inspector, incluso guardián de los calabozos municipales que de manera generosa le llaman director de prisiones; todo esto es mejor a quedarse en la capital esperando una llamada que nunca te hacen o una carta que jamás será echada al correo, de la administración pública o alguna entidad financiera.
 Una vez intalado en el pueblo hay que empezar a conspirar para que te asciendan o de enamorarte de la hija de los dueños de la casa más bonita, con negocio propio, quedarte a vivir allí por muchos años, con unos buenos suegros que te den la oportunidad de financiar tus ambiciones abogadiles.- Fin.-

                       Vitelio Chisant

                                                   Martorell, 8 de agosto de 2.013.-

domingo, 4 de agosto de 2013

Cuento.-

                                                             Muerte involuntaria.-
A: Laureano Gómez Serrano.-
" Peón es peón y con esta hambre...".- Anónimo.-
 Hay un secreto bien guardado entre los jugadores de ajedrez del mundo y los habitantes de la ciudad de Tunja: en 1.975, cuando Karpov es declarado campeón del mundo por incomparecencia de Fischer, el ruso decide aceptar una invitación del concejal de Tunja, Oscar Dueñas, para jugar una partida de ajedrez amistosa entre el mejor ajedrecista de la región, Miguel Vargas, excéntrico y bohemio, contra el nuevo campeón del mundo; el empresario Jaime Riaño paga los gastos y subvenciona el evento, además de facilitar el hotel Panorama en Paipa, de su propiedad, para jugar la partida en el salón "Luis Carlos Galán Sarmiento".
 Karpov sufre la primera derrota como campeón y luego en un extraño ataque de histeria le da un puñetazo a su desconocido rival, con tan mala suerte que cae al suelo y muere en el acto. Nombran de inmediato un instructor para el caso, le corresponde a un juez sencillo, poco ambicioso, tímido y nervioso, con la principal virtud de ser afable con todo el mundo, además de amante del ajedrez; en cuestión de tres horas escucha testigos, recibe en indagatoria a Karpov a través de intérprete de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Tunja, practica la reconstrucción de los hechos, interpreta la prueba forense y determina que la muerte fué involuntaria, que lo normal hubiera sido sufrir un simple moratón en el rostro; deja en libertad a Karpov, que pide perdón a la familia de Miguel Vargas y le indemniza con una cantidad elevada de dinero; parte de ese dinero se destina a construír un monumento recordatorio para la víctima, se le designa como deportista de oro de la ciudad y se instituye en su memoria un torneo anual de ajedrez.
 El acontecimiento no trascendió por la rapidez de su ejecución, la conclusión determinante del proceso y la humildad social del fallecido y su familia, convirtiéndose en leyenda  de la que poco se ha escrito.- Fin.-

                     Vitelio Chisant

                                                      Masquefa, 4 de agosto de 2.013.-

Frases del día.-

-El enamoramiento es una tiranía dulce.- Vitelio Chisant.-
-La locura es fuego creador.- Vitelio Chisant.-
-La amenazas reiteradas son burlas.- Vitelio Chisant.-
-Caminar es el vuelo de los hombres.- Vitelio Chisant.-
-Los perros responden a nuestro inconsciente.- Vitelio Chisant.-
-La inmortalidad se conforma con vivir el día.- Vitelio Chisant.-
-El destino está escrito, el mérito está en leerlo.- Vitelio Chisant.-
-La declaración de amor está aún lejos del amor.- Vitelio Chisant.-
-Nada más frívolo que un juramento.- Vitelio Chisant.-
-El pensamiento recoge las migajas de los sentidos.- Vitelio Chisant.-
-El amor también es un sentimiento violento.- Vitelio Chisant.-
-La vida se manifiesta en cualquier circunstancia, tiempo y dimensión.- Vitelio Chisant.-
-Compartir, actitud multiplicadora.- Vitelio Chisant.-

jueves, 1 de agosto de 2013

Cuento.-

                                                              La palabra acorralada.-
A los políticos.-
"Nuestro propio lenguaje nos sustituye".- Daniel.-
Hay un encuentro al más alto nivel ente oradores de diferentes épocas y regiones para escoger al mejor de ellos que pueda representar a los hombres en la reunión anual con los dioses; gracias a que el tiempo no existe para ese concurso, es posible encontrar a los más elocuentes entre los griegos, los latinos, anglosajones, españoles y americanos que registra la Historia, pero también otros más modestos de enorme potencia y belleza en la palabra.
 Cada uno de ellos tiene la ocasión con su vibrante verbo de mostrar ante un jurado de mil personas el contenido de su eventual presencia ante los dioses, para mejorar las condiciones de vida en la Tierra. Las arengas son extraordinarias e insuperables, resulta difícil la tarea al jurado; casi al final de la memorable lista, interviene un orador de nombre Rafael Mejía Quintero, natural de Covarachía, un diminuto pueblo de Boyacá (Colombia),conocido entre sus amigos como "el loco", por la rapidez como su lengua interpreta su pensamiento, que alguien puso en la lista de oradores en el último momento; "el loco" resultó ganador del concurso, contra todo pronóstico; lo entrevistan por el motivo de su éxito, se limita a contestar:
-Al subir a la tribuna de oradores me acordé de mi abuelo, labriego analfabeta, que en alguna ocasión me dijo: "Rafael, no digas nunca nada que no reclame tu estómago". Fin.-

                           Vitelio Chisant
                                                        Masquefa, 1 de agosto de 2.013.-