sábado, 17 de agosto de 2013

Cuento.-

                                                     El espejo mentiroso.-
A: Daniel.-
"Creer en nosotros, cuestión de maquillaje".- Vitelio Chisant.-
 Goethe, esa portentosa alma, nacido en Francfort en 1749 y fallecido en Weimar en 1832, compró en una ocasión en una feria de antigüedades un espejo de mano y se lo llevó para su habitación; amigo de simbolismos y temas secretos, después de pronunciar unas palabras mágicas, lo convirtió en su confidente; tenía tan solo diecisiete años cuando le hizo la primera pregunta:
-Amigo mío ¿dime si seré famoso?
-Sí, claro que sí -le respondió de inmediato el espejo.
 Goethe no se atrevió a preguntarle más cosas por el temor a respuestas dolorosas, se creyó lo de la fama sin interesarse en qué sería especial, ni cuándo ni cómo.
 Al poco tiempo se enamoró con locura y acudió a consultar con el espejo sus sentimientos:
-Amigo mío ¿crees que Carlota me ama tanto como la amo yo a ella?
-Sí, incluso más.
 Goethe saltó de alegría; al poco tiempo empezó a escribir su obra Werther, sin tener seguridad de cómo sería recibida por la sociedad alemana; acudió de nuevo al espejo:
-Amigo mío ¿qué pasará con mi novela Werther, una vez la finalice?
-Hará llorar a muchas personas, incluso algunas se suicidarán, se mencionará con tristeza. -le contestó el espejo.
 Antes de morir Goethe confesó a sus amigos que el espejo le había mentido, aunque había acertado en todas las respuestas que le dio en muchas ocasiones, él solo hubiera querido ser un hombre simple y curioso por la vida.- Fin.-

                            Vitelio Chisant
                                                           Masquefa, 17 de agosto de 2013.-
 

1 comentario:

  1. En algunas ocasiones, solo en algunas, todos deseamos tener un espejo para que nos de unas pinceladas sobre nuestra vida.....

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