domingo, 4 de agosto de 2013

Cuento.-

                                                             Muerte involuntaria.-
A: Laureano Gómez Serrano.-
" Peón es peón y con esta hambre...".- Anónimo.-
 Hay un secreto bien guardado entre los jugadores de ajedrez del mundo y los habitantes de la ciudad de Tunja: en 1.975, cuando Karpov es declarado campeón del mundo por incomparecencia de Fischer, el ruso decide aceptar una invitación del concejal de Tunja, Oscar Dueñas, para jugar una partida de ajedrez amistosa entre el mejor ajedrecista de la región, Miguel Vargas, excéntrico y bohemio, contra el nuevo campeón del mundo; el empresario Jaime Riaño paga los gastos y subvenciona el evento, además de facilitar el hotel Panorama en Paipa, de su propiedad, para jugar la partida en el salón "Luis Carlos Galán Sarmiento".
 Karpov sufre la primera derrota como campeón y luego en un extraño ataque de histeria le da un puñetazo a su desconocido rival, con tan mala suerte que cae al suelo y muere en el acto. Nombran de inmediato un instructor para el caso, le corresponde a un juez sencillo, poco ambicioso, tímido y nervioso, con la principal virtud de ser afable con todo el mundo, además de amante del ajedrez; en cuestión de tres horas escucha testigos, recibe en indagatoria a Karpov a través de intérprete de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Tunja, practica la reconstrucción de los hechos, interpreta la prueba forense y determina que la muerte fué involuntaria, que lo normal hubiera sido sufrir un simple moratón en el rostro; deja en libertad a Karpov, que pide perdón a la familia de Miguel Vargas y le indemniza con una cantidad elevada de dinero; parte de ese dinero se destina a construír un monumento recordatorio para la víctima, se le designa como deportista de oro de la ciudad y se instituye en su memoria un torneo anual de ajedrez.
 El acontecimiento no trascendió por la rapidez de su ejecución, la conclusión determinante del proceso y la humildad social del fallecido y su familia, convirtiéndose en leyenda  de la que poco se ha escrito.- Fin.-

                     Vitelio Chisant

                                                      Masquefa, 4 de agosto de 2.013.-

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