Cosa de niños

Para: Mery, Isaura, Gladys, María, Celia y Carla.
A: José María Porta, César Rejas y Adi.

El dolor se hospeda donde le dan cama y comida. - Daniel


Capítulo primero - La carrera séptima de Bogotá

 Todo puede ocurrir cuando un ciudadano desprevenido, incluso los advertidos y terrenales, pasea por una de las arterias de esa gran urbe que es Bogotá, caótica y sorprendente, sentarse en una cafetería con vistas a la carrera séptima, es un placer para el más curioso y sosegado ver durante una hora apenas, decenas de miles de personas, cada una de ellas con sus rasgos y características que las diferencias de las demás, mujeres con cuerpos de reinas de belleza y hombres con tallas milimétricas y kilométricas; presentir lo que lleva el corazón de cada una de aquellas personas, sus propósitos y despropósitos, sus complejos y osadías, sus aciertos y omisiones, es propio de curiosos compulsivos y observadores magistrales. Levantarse de la mesa de la cafetería y caminar en cualquiera de las dos direcciones, desde los puentes de la veintiséis hasta la plaza de Bolívar y un poco más allá para el Sur, ver la sucesión de tiendas, grandes y pequeñas, prodigiosas y serviciales, poderosas y amables, incluso algunas casi desmanteladas, otras a rebosar hasta los techos como ocurre por lo común con las droguerías y ferreterías; tiendas convertidas en restaurantes de grandes ollas y comidas caseras como son platos de arroz blanco, sopa de menudencias, fríjoles con tocino, plátano frito y carne asada con papas sudadas, de beber agua de panela o mazamorra, gaseosa y jugo de guayaba; algunas tiendas pequeñas propias para vender cuchillos y navajas, para arreglar ropa, vender preservativos, plantas y loterías; la venta de caramelos, cigarrillos e incluso aguardiente en carritos ambulantes repletos hasta las ruedas; el teatro Jorge Eliécer Gaitán, primero teatro y luego un cine y por último local de espectáculos, grandes tiendas de venta de vestidos de paño para hombres, mujeres y niños, con cajas registradoras acorazadas de hace sesenta años; entre tienda y tienda los almacenes de gigantescas áreas, donde se vende todo menos casas y coches; algún club de ajedrez que parece más una fonda que un lugar adecuado para la práctica de tan hermoso juego a donde se accede por escaleras viejas convertidas algunas veces en laberintos de la muerte por atracos sufridos por aficionados; las preciosas iglesias que reciben a suplicantes y pecadores; una catedral descomunal parecida más a un museo que a un templo, hasta llegar a la plaza de Bolívar, al palacio de justicia ya recuperado de la penosa toma del grupo guerrillero M-19 y evacuado a sangre y fuego por el ejército nacional; la alcaldía municipal y el capitolio nacional; esta plaza ha sido exaltada y vilipendiada, como tribuna de vibrantes discursos de líderes populares; desde ese lugar  hasta el Sur la carrera séptima se estrecha, escasean las tiendas y aparecen casas viejas con sus portales de madera y hierro deteriorado por décadas de abandono y desprecio; hay un parque, el de las Nieves, de regreso al Norte, con su iglesia del mismo nombre, allí se ganan la vida lustrabotas y vendedores ambulantes; este paseo puede durar al menos una hora larga, a pie y husmeando en extrañezas, mimos, pintores y dibujantes callejeros, plazas conmemorativas y sutilezas; además de levantar la mirada por calles castigadas del Oriente y del Occidente, que ofrecen otro mundo de posibilidades; una de esas calles pequeñas conduce al café San Moritz, cercano a la carrera octava, es posible que por la calle 14, la misma calle donde están dos pequeñas y preciosas iglesias, algo pequeñas en su interior que permite resaltar la luz de las numerosas velas y velones, que ponen los devotos de diferentes santos y vírgenes que atienden sus plegarias; el San Moritz  está casi lleno de clientes algo costumbristas, que llevan gabardinas y sombreritos propios de cincuenta años atrás; allí está todo envejecido, las paredes algo desteñidas que dificulta conocer su color original; las mesas metálicas lo mismo que las sillas resisten el paso del tiempo, el mostrador de madera muestra su longevidad, sobre él está la máquina cafetera de tamaño inusual, grande y ancha, sin embargo lo que aglutina los clientes en su mayoría es su fidelidad a estar allí a pesar de las numerosas cafeterías de la zona, para disfrutar el delicioso capuchino que conserva el sabor de varios lustros, no se sabe si esto se debe a una sustancia traída de Italia por algún viajero repetitivo o la simple sencillez de su preparación; al lado del capuchino de despachan deliciosas empanadas de arroz y carne y por supuesto cerveza nacional y alemana, ésta última algo más costosa; el café San Moritz cierra temprano, tiene al fondo dos mesas de billar para clientes de día, este juego de combinaciones y destreza es propio de gentes noctámbulas, hay que tener en consideración que quienes han perdido su trabajo y mientras encuentran otro se relajan con el billar, hay quienes están ocupados solo medio día o hay quienes son aficionados al billar desde siempre y buscan la manera de seguir practicándolo, estén o no ocupados; juegan al billar apostadores de dinero, que tienen sus adversarios conocidos o que desafían a nuevos adversarios; el bar San Moritz rara vez es visitado por la policía, no tiene peleas ni malos momentos, goza de un ambiente sano y sus clientes habituales tienen comportamientos pacíficos, hay otros bares, grandes y de numerosas mesas de billar en la populosa Bogotá donde se refugian personas agresivas e insociables; por la carrera octava, paralela en gran trayecto a la séptima, hay griles y cabarets, sitios de placer nocturno, prostíbulos y cantinas de luces bajas y ambientes para enamorar; en dirección Sur se llega a la avenida Jiménez, que se extiende de Oriente a Occidente; ésta antigua avenida tiene edificios enteros de abogados y gestores prestamistas; en las primeras plantas hay negocios, restaurantes y entradas a parqueaderos; el centro de la ciudad se puede decir que termina en los puentes de la calle veintiséis, famosas porque alivian el tráfico en zona tan congestionada por vehículos pequeños y medianos; Bogotá por tradición ha tenido buenos alcaldes, personas de inmensa preparación, que de lograr el éxito social en la gestión de la urbe, son fijos candidatos a la presidencia del país; el centro de Bogotá es el corazón de la araña que extiende sus patas en todas las direcciones, incluso las montañas que no han sido obstáculo para su crecimiento y formación de nuevos barrios; de vuelta a la carrera séptima, es uno de los paseos gratos para los sentidos, las sensaciones no paran de hacernos vibrar y disfrutar, incluso de sufrir: nadie está exento de ser robado en sus pertenencias o incluso en algunos casos de ser secuestrado para pedir dinero por su liberación; la venta de tinto, el suave café colombiano, empanadas, gelatinas, pan de yuca, pan de bono, a pié de calle, lo mismo que caramelos y cigarrillos, permiten gozar el paseo, eso sí que a nadie se le ocurra hacer este paseo en carro, se llevará un disgusto de miedo por la parsimonia del tráfico atestado de miles de vehículos, buses, busetas y taxis, todos deseosos de llegar cuanto antes a sus destinos; incluso quien viaja por la carrera séptima en buseta, bus o taxi, sin ser conductor, la goza, la tortura es solo para quien conduce, que no puede perder un instante la atención por las grandes posibilidades de chocar contra otro vehículo o incluso atropellar algún peatón de los que se atraviesan sin prudencia alguna. El maestro Israel Rojas, insigne botánico de la Órden Rosacruz de Oro de Colombia, comentaba en sus conferencias que aún veía espíritus pasearse por la carrera séptima, mirar vitrinas y hablar con otros espíritus tal como lo hicieron en carne y hueso, pero que han quedado atrapados por la seducción de su magnetismo; cosas esotéricas a un lado, la carrera séptima comprendida de los puentes de la veintiséis a la plaza de Bolívar, atrapa y seduce a cualquiera, por su aroma libertario, sus variedades mágicas, su diversidad cósmica y sus placeres mundanos, es el espejo de lo que desea el ser humano en tan pocos kilómetros y área reducida; a su vez caminar por la carrera sexta, algo más desdibujada para ser paralela a la carrera séptima, contiene en su recorrido casas viejas, edificios de abogados y algunas otras profesiones como notarios y médicos, construcciones oficiales y algunas universidades como las del Rosario, la Gran Colombia y La Libre, en tan solo estas tres universidades estudian miles de jóvenes en sesiones diurnas y nocturnas; aparecen las instalaciones del palacio de San Carlos, antigua sede de los presidentes de Colombia, hasta cuando Alfonso López Michelsen se instaló en el palacio de Nariño, actual sede presidencial; hay un sector de la carrera sexta donde se concentran joyerías con exposición y venta de esmeraldas costosas, es un recorrido corto, intenso, que nutre a cualquier espíritu explorador y que da lugar a sucesos pequeños del día a día; prolongar el paseo más allá de los puentes de la veintiséis, como se les llama, es otra imagen de la ciudad, igual que hacerlo por el Sur, más allá de la plaza de Bolívar, para nuestra historia solo interesa esa estrecha área tomada la carrera séptima como la columna vertebral y las carreras octava y sexta, una por abajo y otra por arriba y luego las diversas calles que entrecruzan esas importantes carreras como costillas del tronco principal; es posible que existan otras áreas de Bogotá tan importantes como interesantes como a la que nos hemos referido, para nuestra historia escogemos la del centro, rica en posibilidades, vigorosa, misteriosa, de leyenda. Las almas por sí solas no emigran, permanecen en el sitio donde las coge el cambio,de noche o de día, el traslado a la otra dimensión; necesitan prepararse para emigrar como se necesita tener valor y recursos para viajar a otros países y regiones, de no ser así permaneceremos en nuestro hogar o domicilio; entonces si las almas no se van, se quedan entre nosotros, realizando lo que siempre han realizado, estando donde han permanecido la mayor parte del tiempo y en definitiva siendo como son, nada puede variar esto, solo ellos mismos, como acá, solo cada uno de nosotros; bien, ¿cómo no los vemos o sentimos? no los ven los que no quieren ni sentirlos, sea por incredulidad, incapacidad o simple negligencia o falta de atención; ellos ayudan si lo han hecho otras veces o su naturaleza les facilita realizarlo o desean que nos vayan bien como ocurre acá, todos queremos que a los nuestros y en general a los demás les vaya bien; no poder ayudar en concreto nada, se agradece la atención, que es importante y noble; el solo sentimiento de querer el bien de los demás es suficiente para ennoblecer el alma, los que pueden ayudar son seres privilegiados y bien dotados de libertad, voluntad, entusiasmo y acción; permanecer en el mismo lugar, muchos maestros como es el caso del maestro Israel Rojas, sensibles y de elevada fe en ellos mismos, permanecen en esa relación que les permite su naturaleza etérea, también material y energética a la vez, de dimensiones diferentes a las nuestras, pero proporcionales a los sitios y personas con los que permanecen; hay otros que desde luego vuelan y marchan donde el corazón les indica o para donde se hayan preparado; ¿acaso los santos no se van para el cielo, para el que se han preparado toda la vida, con renuncias y sacrificios? claro que sí, para ellos el cielo es lo natural y es lo que su corazón espera y desea; así todos, cada uno en su cielo o en su tierra, con sus sentimientos; con estos seres es posible la comunicación de acuerdo a canales y mensajes, como ocurre con las cartas, la telefonía, el fax, el internet o el lenguaje directo como la conversación desnuda; es hermoso todo esto, es fecundidad y riqueza con las relaciones; da posibilidades y nos ayuda a comprender y amar, último fin de nuestra vida, nada más lejano y triste que enviar a nuestros amigos lejos, a otros mundos, en el sentimiento de no volverlos a ver jamás, esto es imposible, para quien no quiera que ocurra esto, basta una foto, un objeto, un recuerdo y poca cosa más para mantenerlos cerca, como ha ocurrido siempre; es el calor del Universo que atiende los imperativos del corazón, son los impulsos de las fuerzas de la naturaleza que nacen de cada uno y se van donde cada uno quiera; esta historia se enlaza con el recorrido de los lugares del centro de Bogotá, a la que amamos tanto como aquellos que andan por ahí prendados con su entusiasmo de la calidez humana, de sus encantos, de su belleza e incluso de su sabiduría; se dice que las almas grandes se van, se alejan de lo que les sujeta y atrapa; es posible que sea así, pero la mayoría de las almas aún necesitan comprender y amar personas y lugares, pero dependen de ellos, entre más amor más libertad, de eso no hay ninguna duda y esperemos  que esta historia lo refleje así mismo.
 El cielo está gris, llueve a ratos, la carrera séptima no deja de tener la actividad febril de siempre: los andenes repletos de personas y vendedores ambulantes, alguna vez un policía o militar, hay esterillas en el suelo donde se ofrece ropa a buen precio, carteras, correas, material eléctrico y de cocina, algunos vendedores tienen una ferretería sobre la esterilla y si algo no tienen de lo que les piden, se van por un momento y vuelven con el objeto deseado; la carrera séptima está atravesada por la calle 19 que se extiende de Oriente a Occidente, tan importante como la avenida Jiménez: circulación densa de tráfico de carros y personas, vendedores ambulantes competitivos y variedad de tiendas, restaurantes y cafeterías e incluso panaderías; la calle 19 forma para el Oriente una horquilla que comunica con la avenida Jiménez, cerrando un círculo de edificios y casas viejas, por el Occidente se prolonga más de lo sospechado, llegando incluso hasta la avenida de Las Américas, pero hay que volver al centro para retomar nuestra historia. Hay un ángel llamado Manuel Danderino, que tiene delimitada la zona del centro que hemos descrito, permanece allí desde la época de la Colonia Española, luego pasa a la República, ha visto las reformas de la ciudad y cuida de personas, bienes y terrenos, del mantenimiento del lugar y muchos asuntos más para bien; viene de la Constelación de Escorpio, allí salen la mayoría de voluntarios para proteger y cuidar como ángeles muchos sitios del Universo, son eternos, sensibles y receptivos a las súplicas, hay situaciones que no pueden impedir para no alterar los impulsos naturales, pero sí pueden aliviar el dolor que sobreviene de estos cambios; pueden cambiar de sitio en concordancia con otros ángeles, también se enamoran y aman como los mortales, forman familias que cuidan y les acompañan, se divierten y sufren como los demás, pero su característica es socorrer a quien les llame, jamás se ufanan de lo que hacen, sienten pasión por su actividad angelical, viven su eternidad con naturalidad, pueden retirarse por períodos, para ellos no existe el tiempo, retornar y seguir; son visibles e invisibles según las circunstancias y cumplimiento de su trabajo; por lo común adoptan las formas y hábitos de los ciudadanos que protegen; les es imperativo cuidar de los niños, ancianos y moribundos; evitan guerras y crímenes, que nada se destruya; cuando esto ocurre es por otros imperativos superiores que ellos no pueden evitar; realizan todas las actividades de los ciudadanos comunes: estudiar, trabajar, divertirse e ir de vacaciones; cuando se enamoran no pueden anteponer intereses personales a la de los ciudadanos en general, pueden confesar sus actividades de ángeles si esto contribuye a resolver alguna situación, en fin, son seres que tienen carácter y temperamento, voluntad y entusiasmo, expresan sus alegrías y reservas, saben que son eternos pero esto no varía para nada sus preocupaciones, emociones y sentimientos; ellos a su vez están protegidos por otros ángeles o arcángeles que tienen zonas más amplias y casos complicados, pueden realizar milagros con el consentimiento de otros ángeles que custodian el proceso natural de todo, nunca se enferman ni deprimen aunque se alteran y trastornan hasta equilibrar sus energías y fuerzas; para ellos nadie se puede morir de hambre, sed ni tristeza; son seres perennes que iluminan día y noche sobre corazones; entre sus protegidos están todas las criaturas de su área, como personas, animales, espíritus, nomos, hadas, en fin las criaturas de cualquier forma y condición; desde luego protegen a otros ángeles que están de paso; quien se siente eterno es por naturaleza un ángel, como lo es también quien se siente comprometido de manera libre a proteger a otros; pueden adquirir todas las formas de las edades: niños, adolescentes, adultos, longevos, hombre y mujer, animal o persona, mortal o espíritu; en el fondo la necesidad es la misma: necesidad de ser protegidos.
 Ser ángel es de estirpe, de modo que se confunde en el tiempo el primero de ellos que luego da origen a varias generaciones de ángeles, que no tienen principio ni fin, aunque se van retirando y sustituyendo; es su naturaleza bondadosa y llena de luz: Manuel Danderino nació en un barrio pobre de Bogotá, un sitio conocido como Barrios Unidos, al Nor Occidente, cerca de la iglesia del Siete de Agosto y en dirección al barrio Modelo; su familia estaba compuesta de cinco hermanos, el padre un hombre trabajador y honesto que se gana la vida como vendedor de productos para la agricultura, la madre una mujer laboriosa y tenaz para conseguir lo indispensable para sus hijos; Manuel Danderino se educa en colegios religiosos donde concilia su naturaleza angelical con la fe cristiana, en concreto la fe católica, tiene algunas vicisitudes en la adolescencia, se enamora y se casa en plena juventud, entonces comienza su labor protectora en la zona del centro de Bogotá, encargo que le llega por un sueño que le lleva a reconocer su naturaleza y vocación ancestral, aunque su familia está compuesta de ángeles, no es indispensable que todos cumplan el trabajo angelical, pueden reservarse para otros momentos y circunstancias; trabaja primero para una oficina gubernamental de estadística, puesto al que accede por examen escrito; logra una puntuación alta que le lleva a ser el jefe de un grupo pequeño, de seis personas, que se desplaza por el Departamento del Huila, se instalan en pensiones económicas y se dedican a censar población y bienes; los ángeles no tienen necesidad de estar de cuerpo presente en el sitio que cuidan y protegen; les basta con recorrer con el corazón el lugar para hacer sentir su presencia; desde luego que sí pueden estar presentes mejor para ellos y para los demás; después de permanecer pocos meses en ese empleo, es llamado por el banco del Comercio para trabajar como mensajero en la sección de información comercial; allí conoce otras personas de bellísima condición humana y angelical; deja el empleo gubernamental con enfado del jefe que amenaza con no pagarle por marcharse; se incorpora a su nuevo trabajo con gran alegría para él y su familia, que ahora lo tiene cerca, en la misma Bogotá donde viven todos; Manuel Danderino sabe que todas las criaturas son ángeles potenciales, tienen que sentirlo así y desarrollar sus dones, es la magia del Universo que los iguala a todos y que cada uno encuentra el momento para ejercer su condición angelical; es curioso, la sede principal del banco del Comercio está en el centro de Bogotá, dos calles abajo de la carrera séptima, cuenta con unas instalaciones formidables, amplias y llenas de luz y comodidad, allí permanece un tiempo hasta cuando termina su carrera de abogado en la Universidad Libre de Colombia, sede situada a tres calles de la plaza de Bolívar, entra luego en las Fuerzas Armadas, en el ejército donde culmina su carrera castrense hasta el grado de coronel; Manuel Danderino es de estatura media baja, es decir apenas llega al metro sesenta centímetros, tiene carácter afable, mira las cosas por el lado bondadoso y se esfuerza por realizar bien su trabajo esté donde esté; tiene esposa y dos hijos, numerosos amigos, su deporte favorito es caminar y nunca se enreda es disputas, confrontaciones ni actos agresivos, los evita y los supera con actitud comprensiva y pacífica; siempre que puede recorre la carrera séptima desde la plaza de Bolívar hasta los puentes de la veintiséis, toma tinto con pan de bono y alguna empanada de carne, teje la zona pasando a las carreras sexta y quinta y luego bajando a las carreras octava y novena, por las calles veinticuatro, veintitrés y veintiuno y así la calle novena, algo más al Sur pasando por la plaza de Bolívar hasta la Universidad Libre de Colombia; en su recorrido vigila los andamios de las construcciones para que no se vayan a caer, que alguna de sus patas de hierro esté a punto de doblarse, que las madres no suelten a sus niños, que los ancianos que atraviesan una calle alcancen a llegar al otro andén, mira y se adelanta en las intenciones de los sospechosos y criminales; la risa y la fraternidad desisten cualquier tentativa delincuencial; evita atropellamientos, cuida que los espíritus que rondan por ahí despierten y marchen para cumplir su proceso evolutivo, incluso tiene conversación con ellos que argumentan sus ataduras; entonces Manuel Danderino les ayuda con palabras, frases, cuentos y novelas que él inventa para la ocasión; también vigila que nadie contamine el aire con fuego exagerado y descontrolado, que a nadie le falte la comida y la bebida a las horas respectivas; que quien ha perdido algo lo encuentre, favorece para evitar robos y atracos, caídas y golpes; facilita los encuentros amorosos, estimula el erotismo y la sexualidad liberadora, si alguien está en proceso de morir le alienta para que dé el paso de volar con fortaleza, sabe que otros seres angelicales están presentes en esos momentos de angustia y descontrol, cuida que los animales tengan refugio, calor, comida y dormida en caso de no tener dueño y hogar; transmite energía liberadora que saca a quien entra en contacto con él, infunde alegría y pasión por la vida, estimula la imaginación y fantasías para crear y narrar con voluntad y firmeza, apoya la fe, el valor y el coraje, ahuyenta los miedos y despeja las esperanzas, la ilusión y el optimismo; estos dones brotan con naturalidad en Manuel Danderino y en quienes ejercen como ángeles; auspician el deporte, las caminatas, el diálogo y la tertulia constructivas; procuran que los conductores de vehículos no se duerman, que lleguen a sus destinos; ahora, lo que no pueden evitar, aceptan su cumplimiento, que los ángeles también se afectan cuando ocurre algo doloroso que no han podido eludir, sin embargo lo consideran como órdenes superiores, que ocurre porque es para bien de los afectados y de todos los demás, saben que todos nos beneficiamos de todos, que su misión y el Universo es cosa de todos, sin excepción alguna.


Capítulo segundo - La pequeña biografía de Ramón Macía

 Todos los hombres tenemos una biografía, pequeña o grande, según se mire, entendemos por pequeña la de una criatura sencilla, humilde, pero ambicioso y realizado para su familia, sus amigos y para él mismo; desde luego que la pequeñez no tiene nada que ver con los méritos y la intensidad vital, ni el cumplimiento de compromisos, tiene solo la percusión histórica y social, nada más, el resto es igual a la más grande por los gestos del corazón, la bondad de las manos y la discreción de vida; Ramón Macía trabaja en el banco del Comercio, sucursal central de Bogotá, lleva al servicio del banco más de veinte años, tiene cincuenta años de edad, le faltan cinco para lograr su jubilación, desempeña la función de archivador en la sección comercial; sus compañeros de trabajo son mucho más jóvenes que él, lo aprecian y él se muestra en toda ocasión afable y colaborador, es de estatura media baja, delgado y tiene gafas de cristales gruesos, tiene que acercar los ojos a los documentos al extremo casi de tocarlos pero lograr aumenta leerlos, lleva su modesto trabajo con alegría, nunca se queja de nada y sus comentarios se derivan al humor de las cosas y las circunstancias; viste la mayoría de las veces trajes oscuros, su cabello rizado es aún negro, nunca se lo deja crecer, se pone corbata a diario, en definitiva en asuntos de presentación personal es insuperable, el único reproche que alguna vez recibe es el de la lentitud debido a su precaria vista, que no a su voluntad tenaz de servicio; sus hábitos son de hierro: del trabajo a la casa y de la casa al trabajo, no es posible verlo en ninguna cafetería, ni menos en un bar, vive en la periferia y su pensamiento al salir del banco es llegar cuanto antes a su hogar, el transporte en bus ordinario tarda hasta una hora; le espera todos los días una buena mujer que pasó al casarse del hogar paterno al hogar conyugal; no ha sido posible que tengan hijos, nunca se interesa por conocer las causas, no llegan y ya está; la ausencia de hijos aumenta la relación conyugal; en este caso, puesto que el hogar se limita a dos personas, que terminan por sentirse indispensable el uno para el otro, Ramón Macía una vez que se baja del bus que le trae del trabajo, entra a una cafetería próxima a su hogar, compra dos pasteles que comen con su esposa en la cena de ese día; Ramón Macía, por un préstamo del banco, una vez que cumple cinco años a su servicio, compra una vivienda pequeña en el barrio Quiroga, al Sur de la ciudad, a pagar en veinte años con escasos intereses; consta de dos habitaciones, un baño completo, sala-comedor, cocina y un patio del fondo; para Ramón Macía es suficiente, aunque su esposa cree que hubiera sido preferible una habitación más; de las dos haitaciones una es para el matrimonio, la otra para la biblioteca, orgullo de Ramón Macía que cuenta con al menos doscientos libros propios; la tercera habitación que echa de menos la señora Macía es para recibir a los padres de ella que viven en el Sur del país; se conforman con una visita cada año, arman una cama improvisada en el salón comedor; esta circunstancia limita el tiempo de presencia de los padres a tres días; la excelente relación del matrimonio Macía con los padres de ella ennoblece sus días; como consecuencia el matrimonio Macía va a visitar a los padres de ella también una vez al año, de esta manera consideran suficiente el intercambio de visitas, de besos, abrazos y regalos; por su lado Ramón Macía carece de padres, ya fallecidos y de hermanos; el pariente más cercano es un primo hermano que para navidades se llaman por teléfono, se desean lo mejor para el año siguiente, se ponen al día de noticias familiares y luego a esperar otra llamada a las navidades siguientes; la gran motivación de Ramón Macía, junto a su hogar y su trabajo, es su relación comprometida con la Fraternidad Rosacruz de Oro, fundada en las primeras décadas del siglo XX por Krum Heller; asiste a las reuniones con su esposa los días veintisiete de cada mes y luego los domingos a la formación  de Cábala, solo para iniciados en estos sentimientos, nada le proporciona mayor alegría que hablar de temas esotéricos, aquellos que armonizan causas y efectos, personas y circunstancias, pensamientos y acciones, en fin, que nada dejan al azar, que intentan explicar los comportamientos según lo que el corazón quiere, así las personas, las plantas, las estrellas y el mismo Universo porque todos ellos obedecen a los dictados de sus propios impulsos; el director del centro rosacruz de Colombia es el maestro Israel Rojas, excepcional hombre de ciencia, escritor y también director de la revista mensual "Rosacruz de Oro", editada por el mismo centro, donde se escriben frases famosas, comentarios sobre la vida de grandes hombres que también obran de acuerdo a las máximas esotéricas, recetas botánicas para la curación y poemas que exaltan virtudes y dones; es una bella revista, impecable y recogida en pocas páginas, con grandísimos contenidos, sabios y prácticos; Ramón Macía está unido a la fraternidad desde su juventud, con ocasión de un amigo que le invita a una conferencia en el centro, sale fascinado y decide volver hasta vincularse del todo; su amigo es un enlace, que luego desaparece y no vuelve a nuevas conferencias y reuniones; Ramón Macía considera que su vida no tiene sentido sin los sentimientos que le transmite la Fraternidad que le ayudan a ser mejor persona, a resistir la cotidianidad exasperante como la que cumple en el banco del Comercio, a ofrecerle su amor a la vida; los que asisten con él a las reuniones rosacruces son sus amigos, siente alegría de verlos y de conocer su bienestar; Ramón Macía es hijo de una pareja de inmigrantes boyacenses que marcharon para Bogotá en busca de empleo al no lograrlo en sus pueblos natales de Tuta y Sotaquirá; tenía diez años y apenas había terminado la escuela primaria, el padre en parte agricultor, en parte comerciante, decide aceptar la oferta de un primo suyo para trabajar en Bogotá como transportista en una pequeña furgoneta para cargar frutas y verduras en un gigantesco mercado y repartirlas en tres tiendas de su propiedad localizadas en diferentes sitios de la capital; al comienzo Ramón Macía es matriculado en un colegio público donde cursa estudios hasta el cuarto año de bachillerato, se retira para trabajar como ayudante del padre en el transporte de la comida; cuando cumple los dieciocho años es reclutado de manera obligatoria para cumplir con el servicio militar donde está dos años, el mínimo entonces para estudiantes no bachilleres, es trasladado de cuartel en cuartel como soldado raso al principio, después como sargento por su disciplina y aplicación, cuando esperan que continúe, cumplidos los dos primeros años, decide pedir la baja y retirarse, agradece la formación recibida en los cuarteles, pero no tiene sentido para él seguir, prefiere buscarse un empleo en la ciudad, en alguna tienda o fábrica; tampoco quiere trabajar con su padre porque apenas alcanza con su trabajo y no puede pagar a una sola persona; el padre está de acuerdo y acepta que su hijo tenga otro empleo, tiene suerte y logra vincularse como mensajero en el banco del Comercio, gracias a la recomendación de un congresista boyacense, amigo personal de un vicepresidente del banco, que le abre las puertas de inmediato; a la banca llegan políticos en receso y también de la banca salen directivos para dedicarse a la política; es una simbiosis de poder político y poder financiero, relación inevitable e interesada; desde entonces Ramón Macía está en el banco, dejando a la deriva ascensos y traslados; esto tiene explicación: por un lado Ramón Macía no quiere cargos de responsabilidad y compromiso y por otro carece de ambiciones que le lleven a trepar en ese mundo competitivo de la banca, para él, comprender el sentido de la vida es suficiente para sentirse feliz, nada más le entusiasma, sus gastos son pocos, puede pagar la hipoteca de su casa y los gastos de su hogar; Ramón Macía ama la vida, se considera privilegiado por este sentimiento, lo demás es secundario y no requiere tanta atención; desde ese momento no vuelve a buscar empleo, ni a moverse de su sitio de trabajo, los jefes del banco lo ven tan conforme que deciden no trasladarle a ninguna sección, entra por información comercial y ahí se queda, nadie se explica esa inamovilidad, para él es otra cosa, es estabilidad para dejar el asunto del dinero resuelto y dedicarse a lo que tiene sentido, los compromisos del equilibrio del Universo y de su vida, los procesos para evolucionar y trascender, de un mundo denso, doloroso y amargo a un mundo sutil, liviano, amoroso y pleno; lee con su esposa libros de esoteristas famosos como Israel Rojas, Krum Heller, el maestro san Germán, el poeta Goethe, el escritor Balzac, Pracelso, Eliphas Levi y otros más; también la revista mensual Rosacruz de Oro, que colecciona con pasión desde el primer número, no le gusta discutir ni debatir ningún tema, menos los de su preferencia, sí que aporta a la conversación, complementa y da la razón con frecuencia antes de trenzarse en riñas por convicciones; no tiene ningún propósito de convencer a nadie, no espera ser convencido por nadie, siente profunda alegría cuando descubre una idea que le ayude a mejorar; durante el trabajo es callado, rara vez lo interrumpe con alguna charla, prefiere hacerlo si esta se produce, a la salida del trabajo, en los pasillos del banco sin entrar, como hemos dicho, a ninguna cafetería; no le importa nada que sea especulativo, teórico, ama lo que le ayude a comprender y sentirse mejor; es tanta la alegría que le producen sus convicciones, que lo siente un deber; se siente afortunado de que alguien lo hubiera llevado a escuchar  al maestro Israel Rojas, sueña con poder transmitir estos conocimientos a las personas que lo necesitan, no se propone ser maestro, ni siquiera profesor de nadie, solo explicar y estar en condiciones de hacerlo a quienes le pidan explicaciones de sus conocimientos, deja este sueño a su corazón para cuando llegue el momento; es significativo para el destino que convoca encuentros inesperados, el que dos criaturas angelicales se hayan conocido en el banco del Comercio, en la misma sección y departamento, les basta verse una vez para reconocerse, aunque tengan jefes diferentes, comparten labor y horarios, el trabajo de Manuel Danderino y de Ramón Macía es el mismo, ordenar el archivo tanto de carpetas como de fichas, el llevarlas al día como los documentos y cartas propios de cada cliente; un directivo llama para pedir información de un cliente interesado en solicitar un préstamo de dinero, el departamento de información comercial le provee el promedio de su cuenta corriente, de su cumplimiento en anteriores compromisos y del estado actual de las relaciones con el banco, así el directivo puede saber hasta qué monto de crédito se le puede conceder, tanto Manuel Danderino como Ramón Macía son expertos en esta información actualizada, luego hay otros compañeros que se encargan de llevar a máquina de escribir las hojas consolidadas, una o dos máximo, con el resumen, con tintas negras y rojas, de la actividad del cliente para con el banco, abajo de las hojas las firmas tanto del director como del sub-director de la sección; durante el tiempo que están trabajando juntos Manuel Danderino y Ramón Macía nunca les llaman la atención por algún error grave en la velocidad de la información; la regla de oro de un ángel como Manuel Danderino es la de no aprovecharse de su condición y naturaleza para obtener algún provecho personal; toda su potencia y facultades son para ayudar a otros en causas nobles y bondadosas, de modo que en su trabajo diario en el banco como después en otros sitios, Manuel Danderino cumple a cabalidad con esta regla de oro, lo que obtiene y logra es producto de su propio esfuerzo, de su voluntad y atención; en el caso de Ramón Macía no está impedido para solicitar alguna ayuda personal, él mismo por sí mismo se ha impuesto esta misma regla de oro, incluso ha renunciado a promoverse para otros cargos y menos el de obtener ventajas personales; mientras los dos están ahí no les pasa nada a ninguno de los veintidós compañeros restantes, comparten con alegría y fraternidad; el magnetismo de ellos dos es suficiente para la armonía en las relaciones entre todos; con frecuencia organizan en el interior de la sección algún festejo para celebrar los cumpleaños de alguno, reparten refrescos con pastel y disfrutan de la camadería de cada uno; Manuel Danderino es de signo Acuario, cumple el día 18 de febrero y aunque para los demás él tiene tan solo veintiún años de edad, él sabe que su edad es infinita, como la del Sol y las estrellas, pero nada de eso le exonera de vivir cada día como si fuera el último de su vida, con pasión y dedicación; Ramón Macía cumple el 26 de marzo, ya tiene edad de hombre maduro, pero nada de eso le importa; él sabe que la vejez y la muerte son un trámite para renovarse y ser feliz; entre todos los compañeros de trabajo hay cuatro mujeres, dos de ellas comunicativas y alegres, las otras dos son reservadas y retraídas; sin embargo para Manuel Danderino y Ramón Macía cada una de ellas tiene sus virtudes y encantos; entre las dos últimas, Cristina y Fany, son serias en sus conversaciones, dan amistad sin reserva alguna, pero sus reacciones son controladas para no ser mal interpretadas, soportan con estoicismo el dolor y las dificultades y no quieren que los demás conozcan su tristeza, pueden ser felices pero casi nunca lo traspasan de su piel, son generosas y buenas trabajadoras; las dos extrovertidas son Marta y Clarita, expresan lo que son y sienten, son simpáticas y colaboradoras, se sientan a comer con los hombres en la parte de atrás de la sección y conversan en confianza con ellos todos los temas, ríen con ventaja cuando alguno de ellos les dice un piropo o una frase de alta tensión erótica; entre los hombres hay diversidad de temperamentos y vocaciones; ahí están Neira que mantiene las distancias aunque comparte con todos, Vargas que tiene un sentimiento de obediencia y honestidad, vive como necesidad trágica; Orlando que estudia arquitectura, es fuerte y fraterno; Pardo, el subdirector, compulsivo y eficaz, poco ceremonioso; Arbeláez que está en negocios  que nada tienen que ver con su trabajo en la sección; Claros, el director, bajito y amable, es el único que se toma dos tintos cuando los trae doña Clementina en su carrito de ruedas, los demás solo toman uno, intenta ser amigo de sus colaboradores pero alguna enseñanza perniciosa le retrae, prefiere revisar revistas en su escritorio antes de hablar con su gente; Belalcázar, el más fiestero y enamorado de todos, vive con una mujer de muchos más años que él que le sostiene en su apartamento y con la cual se siente atado, a veces con temor de sufrir represalias si él la deja; Yanguas sufre un trastorno de aislamiento, no se trata con nadie y es difícil explicarse cómo tiene un empleo en ese lugar, trabaja igual que los demás pero sin cruzar palabra alguna; Barreto, natural de un pueblecito encantador del Oriente de Boyacá, aparenta seriedad pero en el fondo se divierte con todo y goza del aprecio general; Fernando, de corazón de oro, trabaja más que ninguno y le queda tiempo para ayudar a los demás, coordina sus manos eficaces con su trato fraterno; algunos otros más están por ahí en la misma dirección: buenos compañeros, serviciales y necesitados al máximo de ese trabajo para costearse los estudios y los gastos de sus compromisos diarios de hogar o de familia; Manuel Danderino anuncia que deja el empleo y se va de militar a la academia de formación de oficiales; deciden hacerle una despedida donde se abren algunas botellas de cava, se reparte y comparte un delicioso pastel de manzana con cerezas, hablan tres compañeros en representación espontánea de todos, el primero de ellos es Durán que estudia abogacía en la Universidad Libre, es un compañero afable, le gusta el ajedrez, en una ocasión trajo un juego y terminaron jugando todos en la sección, unos contra otros, menos el director y el subdirector, para impedir el caos total; Durán elogia a su compañero Manuel Danderino y le desea éxitos en su vida militar, incluso lo ve llegar algún día a General de tres estrellas, máxima graduación y honor elevado para un oficial; luego habla Orlando, de palabras precisas e ideas firmes, pide un aplauso para el compañero que se marcha y luego viene por último Fany, que derrama algunas lágrimas y entrega a Manuel Dnderino una tarjeta firmada por todos que dice: "qué opaco se ha tornado este día, cuando te despedimos con sublime modestia, qué pequeño es ese sendero que hoy cruzas, pero, cuán claro y brillante será aquel día en que te veamos colmado de honores y gloria. Hoy hacemos votos porque ese camino  lleno de piedras y espinas, se torne amplio y frondoso, lleno de mil parabienes, para ti y los tuyos y así se sienta ese gran anhelo de vivir. Tus compañeros de siempre".- A continuación hay veintitrés firmas; Manuel Danderino se despide dando las gracias por la hermosa despedida, como por la fraternidad durante el tiempo de trabajo en la sección, él asegura que está de corazón con todos; se marcha y poco se vuelve a ver con nadie; se va feliz, le gusta salir así, por la puerta grande, es decir, aplaudido por sus compañeros y amigos, sin resentimientos ni remordimientos con nadie; Ramón Macía rompe un hábito, le invita a tomar un café en la cafetería del pasaje que da acceso al banco, charlan un poco y se despiden.


Capítulo tercero - Ramón Macía y el maestro Israel Rojas

 La primera vez que lo llevó su amigo a la conferencia en la sede de la Fraternidad Rosacruz de Oro, situada entre las carreras sexta y quiinta con calle 22 en Bogotá, intuyó que su vida iba a cambiar de raíz; aunque Ramón Macía tiene personalidad para llevar una vida fértil, para ese momento no encuentra sosiego para su corazón, que le pregunta por el sentido de la vida, que le indaga por el propósito de la existencia y algunas cosas más que hay que buscar y descubrir; la conferencia que dicta el maestro Israel Rojas tiene como tema la visión esotérica del mundo, algo general propio para quienes pretendan pertenecer a la Fraternidad y que les da derecho para asistir a las charlas de los días 27 y domingos de cada mes las enseñanzas de Cábala; Ramón Macvía se muestra nervioso y alterado puesto que hay algo allí que le hará transformarse; a la rigurosa hora señalada de las siete de la tarde hace su aparición en el atrio del salón un hombre de frente amplia, rostro amable, orejas enormes, de postura recta, que mira con bondad al resto de asistentes; viste chaleco y corbata, vestido completo del mismo color, mira al reloj y dice: -es hora de empezar, para los que no me conocen soy Israel Rojas, director de la Fraternidad Rosacruz de Oro para Colombia desde hace muchos años, ustedes han sido invitados por algún miembro del centro rosacruz y estoy seguro tienen avidez de conocer nuestras enseñanzas; a finales de la década de los años veinte vino a Colombia Krum Heller, insigne escritor y orientador de la Órden Rosacruz para fundar un aula en nuestro país, yo le conocí y tuve el honor de llevarlo por diferentes sitios del país con sus numerosos libros y su palabra excelsa, dejó las semillas sembradas de la Fraternidad Rosacruz y nosotros sus discípulos cuidamos de ella para que siga creciendo y pueda dar sus frutos: "corazón noble, mente pura y cuerpo sano", pueden sintetizar nuestra doctrina, basada en el conocimiento y en la aplicación de esos conocimientos a la vida personal; el mundo esotérico es la mirada para adentro, lo que llamamos el mundo interior, donde brota la fuente de todo y va hacia el exterior; sirve también para entender lo oculto, lo reservado para ciertas personas encargadas de interpretar y divulgar lo secreto, para que se mantenga al margen de su profanación o uso indebido propio de la naturaleza humana; lo oculto es la forma de preservar algo, de protegerlo y cuidarlo, de gentes de reconocida reputación e integridad; como ocurre en la antigüedad con magos y sacerdotes, aunque en estos tiempos y en otros tiempos es propio para la divulgación de lo oculto; aún así se mantienen en reserva conocimientos sagrados o de suma valía para guardar en manos de todo el mundo por el temor a su mal uso; de todas formas, ocultos o no, estos conocimientos apuntan al fondo de cada planteamiento, a su resolución, desde siempre se tiene interés por la respuesta a cuestiones filosóficas como el origen del hombre, del planeta, de las especies del Universo, del por qué de la existencia, el para qué de este mundo, en una expresión sencilla, el sentido de la vida, el más allá después de la muerte, el destino, la predestinación, en fin todo aquello que se ha preguntado el hombre desde su nacimiento y llegada a la Tierra; de manera paralela a todo ello, el conocimiento de las Ciencias Naturales que permiten resolver esos cuestionamientos, les recomiendo los libros de Krum Heller, que cubren estos aspectos, también los de un esotérico magistral, Max Hendel, filósofo de cabecera del mundo oculto, su obra "Concepto Rosacruz del Cosmos" y también su libro "Cristianismo Rosacruz", junto a estas maravillosas enseñanzas está el comportamiento, la actitud en los actos diarios, la voluntad, el carácter, la entrega al oficio y la misión encomendada; no es posible tener una mitad y carecer de la otra, hay que integrarlas y apuntar hacia el mismo objetivo, como el arco y la flecha, que no es otro que la realización plena del individuo y la sociedad; solo así es posible entender la evolución, el camino hacia Dios, creador de todo, principio y fin de todas las cosas; en mis conferencias dejo para el final las preguntas de los oyentes, que deben de ser en exclusiva para aclarar algunos de estos temas, hay que controlar la mente y no dejar que juegue con nosotros, gracias-; Israel Rojas termina su intervención con el mismo entusiasmo con el que ha comenzado, sin moverse un centímetro de su atrio, a la espera de alguna pregunta; -¿qué papel juegan los espíritus en el proceso evolutivo y según la doctrina rosacruz? -pregunta un hombre de unos cincuenta años que se levanta y mira al conferenciante; -buena pregunta, se puede decir para abreviar  que todos somos espíritus, pero seguro que usted se refiere a los que han desencarnado, es decir que por el proceso de la muerte han dejado el cuerpo, le digo que igual que los que llamamos vivos, aunque todos seguimos vivos, estemos a este lado de la existencia o al otro lado, el compromiso es igual, el esfuerzo, la voluntad, los obstáculos, las relaciones, solo que proporcional a sus circunstancias, a su condición, que en nada cambia lo fundamental; lo que interesa es comprender, entender, crecer, es similar al reino animal, variado y disímil de cuerpos y habilidades; los seres microscópicos tienen las mismas necesidades; para resolver su pregunta le digo que la condición de espíritu la tienen todos, ellos siguen su proceso, según como lo hayan dejado acá y se relacionan con los espíritus que son sus semejantes-; Israel Rojas se muestra feliz con su respuesta, sonríe satisfecho y espera otra pregunta; -maestro, los que no creemos en Dios ¿podemos ser rosacruces?-; también buena pregunta jóven -contesta Israel Rojas a un hombre de escasos veinte años, delgado y de cabellos largos- todo el mundo puede ser rosacruz, siempre y cuando ame y entienda su doctrina, puede profesar la religión que quiera, tener la filosofía de su gusto, ahora, no creer en Dios es casi imposible para los que entienden la doctrina rosacruz, que se orienta hacia un creador, un ordenador de lo que somos y de lo que nos rodea; sería difícil que alguien pudiera tener una habilidad para el equilibrio entre una creencia y otra, que tienden a unirse, bueno, creer en Dios o en una doctrina como la rosacruz, o la que fuere, es el comportamiento de la persona lo que interesa, "por sus actos los conoceréis", dice Jesucristo según los evangelios, de allí que creer o no creer es poco significativo a "ser o no ser" como dice Shakespeare o el hacer o no hacer-; Israel Rojas guarda silencio y dice que espera  la última pregunta para no prolongar la sesión; -maestro -pregunta Ramón Macía que a pesar de su timidez se decide a formularla- ¿cuáles son los requisitos y las condiciones para pertenecer a la Órden Rosacruz de Oro?-; gracias por la pregunta y por el interés de querer pertenecer a la Fraternidad, supongo que la primera es querer aceptar el compromiso con la Órden, es decir asistir a las sesiones de formación, a la reunión mensual y a las especiales que se convoquen y a observar un comportamiento según lo exigido  por la Fraternidad, que va en dirección de alejarse de vicios y malas costumbres, nada más, cuando quiera puede registrarse y superar el requisito formal del bautismo, una sencilla ceremonia que se realiza  en ésta aula un día especial del mes ¿algo más?-; Israel Rojas da por terminada la sesión y se despide de los asistentes; Ramón Macía se acerca al maestro, le da las gracias y dice que desea con su corazón pertenecer a la Fraternidad, pasa luego por la secretaría, lo atiende una jóven amable y lacónica, extrae un folio para anotar sus datos personales, teléfono y domicilio, le conunica que tiene que asistir a tres sesiones de los domingos, a partir de las diez de la mañana hasta la una de la tarde para recibir una formación básica de la doctrina rosacruz y una vez superado este requisito se le bautizará un día especial que señale el maestro Israel Rojas; Ramón Macía regresa feliz a su hogar, le cuenta a su esposa la novedad de su registro en la Fraternidad y ella le dice que también quiere registrarse y recibir la formación  y luego el batismo; Ramón Macía exclama de alegría, porque le gusta ir acompañado de su esposa a todas partes; las sesiones las dicta el doctor Cruz, un médico que acompaña a Israel Rojas a dictar conferencias por el país, su especialidad es la Medicina Natural, tiene una consulta donde los pacientes pagan la mitad, en forma absoluta, es decir, bien pueden abstenerse de pagar ningún peso o bien pueden pagar una cantidad ilimitada; Ramón Macía asiste con su esposa los tres domingos obligatorios donde les recomiendan leer los libros básicos de la Doctrina Rosacruz; al final necesitan exponer de manera verbal sus opiniones  de la Fraternidad  y de su compromiso con ella; Ramón Macía habla de sentirse feliz por haber descubierto el centro y considera que le abre los ojos al conocimiento y la dicha de una conducta humana; la esposa se extiende más, habla de la bondad de su marido, que ella lo sigue a él donde él quiera y que si él busca paz y realizaciones  en el centro rosacruz, ella hallará lo mismo y asistirá con él a las sesiones y reuniones que él quiera; termina diciendo que el amor determina su conducta y que eso le da felicidad; los dos son aceptados y consultado Israel Rojas se indica el día 8 de febrero para el bautismo de Ramón Macía, su esposa y un jóven que también ha estado en el curso de formación llamado Vitelio, de escasos dieciocho años de edad y estudiante de primer año de Leyes  en una universidad privada de Bogotá; llega el día 8 de febrero , la sesión la preside Israel Rojas, que habla con generosidad de cada candidato, de la importancia del bautismo porque indica tener la señal de pertenecer a la Fraternidad para ser protegido por los seres superiores que rigen el mundo; a continuación lee unas palabras de compromiso para con la Órden, para que los tres candidatos digan "sí acepto", quedan bautizados y pueden a partir de ese momento asistir a cuantas sesiones se preconicen y actos solemnes de la Fraternidad; Ramón Macía y su esposa deciden invitar a tomar un refresco a Vitelio, el nuevo joven bautizado, donde entablan amistad que se prolonga por la eternidad; Vitelio tiene formación religiosa, pero es insuficiente para él, necesita según sus palabras, acercarse al mundo natural y comprenderlo, sus padres no se han opuesto a su ingreso a la Órden, aunque se muestran algo reticentes a la doctrina rosacruz, la que ven extraña y diferente a la doctrina católica donde han crecido y se han formado, tanto ellos como sus ascendientes por muchas generaciones; Vitelio les confiesa que con el tiempo piensa dedicarse a escribir, junto a su amigo del alma que se mantiene al margen de la doctrina rosacruz, pero con quien comparte su interés por la poesía y la novela; Ramón Macía y su esposa se muestran agradecidos por esta nueva amistad y se comprometen a verse en las reuniones sin falta, tanto en la de los domingos, como la de los días veintisiete de cada mes y leer obras indispensables para su preparación; Ramón Macía regresa al banco el día siguiente y desempeña su labor sencilla de siempre, pero esta vez tiene un aliciente nuevo: estar incorporado a la Fraternidad Rosacruz de manera plena, además de empeñarse en los conocimientos de su doctrina; los compañeros del banco le siguen con aprecio su compromiso y alaban que se encuentre feliz en su desempeño; en el banco no para de trabajar ni habla en horas laborables, prefiere hacerse el desentendido cuando hay algún tema que le interesa para no alterar su entrega; sus compañeros acuden a él en la seguridad que encuentran apoyo, es el caso de alguna ficha o alguna carpeta que haya que localizarse en el archivo; en una ocasión lo llama aparte el director de la sección, le dice que está satisfecho con su actividad, pero que si quiere ser trasladado a otra sección a fin de poder ascender a un cargo de responsabilidad e incluso con alguna mejora salarial; Ramón Macía fiel a sus sentimientos de no buscar nada nuevo ni distraerse con otros cargos rechaza la oferta y expresa su afán de permanecer en esa sección en la realización de la misma tarea; el director le manifiesta que admira su determinación, pero que si alguna vez cambia de opinión cuente con él; ya en casa a donde llega en bus, se pone a estudiar con su esposa la doctrina rosacruz en los libros que le han recomendado, en especial el maestro Israel Rojas, entre los dos leen despacio algunos capítulos difíciles de comprender, los interpretan una y otra vez y siguen adelante cuando ya lo han resuelto; van preparados para las clases de Cábala de los domingos, para ello estudian Astrología, Filosofía, Religión y cultura general, además de Ciencias Naturales; a Ramón Macía le gusta buscar las respuestas  a todo por sí mismo, según él hay que buscarlas entre los científicos y profesores; en las reuniones de Cábala de los domingos se encuentran con Vitelio, un estudioso de los temas esotéricos, que escribe poemas y frases de la vida cotidiana, amante de la Filosofía y las Letras con formación autodidacta; el bachillerato lo estudia en el colegio de los Hermanos Maristas y obtiene de ellos la pasión por el conocimiento; aún se sorprende de la preparación de los religiosos, incluso hay unos, como el hermano Fabio que tiene dos carreras universitarias y había empezado una tercera en la Universidad de Santo Tomás, en Teología; Vitelio prefiere la Filosofía, pero ama leer la Biblia donde encuentra respuesta a muchas inquietudes como ocurre con las grandes obras maestras de la literatura universal y del pensamiento; no falta ningún domingo, lo mismo que Ramón Macía y su esposa; Ramón Macía le pregunta si está interesado en trabajar en el banco del Comercio, donde trabaja él, estaría dispuesto para ayudarle a entrar dada su amistad con el jefe de personal del banco, incluso con la vicepresidenta de relaciones humanas, doña Cecilia; Vitelio se lo agradece mucho, expresa que en estos momentos no quiere cambiar de empleo, trabaja como vendedor de una librería religiosa, de la Salle, que gana comisiones por las ventas realizadas y su sueldo base le permite pagarse los estudios y sus libros; empieza a trabajar a las dos de la tarde hasta las nueve, la mañana las tiene para estudiar filosofía y letras; la amistad se fortalece entre la pareja Macía y Vitelio, incluso quedan de verse algún sábado para interpretar los estudios de los libros esotéricos, en especial " Concepto Rosacruz del Cosmos", difícil de asimilar; tiene Vitelio una novia desde hace tres años, se llama Lucrecia, trabaja como vendedora de ropa  interior en "Dalia" que también le paga comisiones por el volumen de ventas cada mes, además de salario base; Lucrecia vive en un apartamento con su madre en Ciudad Kennedy, lleva una vida sencilla y amable, los fines de semana van al cine o visitan alguna familia amiga; Vitelio transmite a Lucrecia y su madre su pasión por los estudios rosacruces y les deja libros y revistas para que ellas poco a poco se interesen por esta disciplina; Vitelio vive con sus padres y cuatro hermanos más, son todos unidos y solo se encuentran los domingos en la tarde para reírse, ya que así como Vitelio está ocupado, también lo están sus hermanos, los dos hermanos mayores también estudian y trabajan, mientras que los dos hermanos menores avanzan en sus estudios del bachillerato; Vitelio evita compromisos distintos a los que ya ha establecido, le encanta el ajedrez, pero ha decidido dejarlo por restarle tiempo al estudio de la filosofía, la metafísica y las letras; desde la adolescencia empieza a practicar el ajedrez pero tiene la valentía de abandonarlo; tiene buenos recuerdos de ese juego, pero considera que para realizar un papel importante hay que consagrarse por entero y no solo por momentos; los domingos por la tarde ve la televisión la familia al completo, películas del Oeste, de Orson Wells o de suspenso, comen en familia y charlan de todos los temas; el único interesado es el padre en la política, la madre y los hijos lo escuchan, se muestra apasionado porque ha vivido momentos difíciles y trágicos en la vida de Colombia, es liberal furibundo, adora a políticos de la personalidad de Alberto Lleras y de su sobrino Carlos Lleras; los hijos están al margen de estos aspectos políticos, prefieren un sistema político más social, de mejor reparto de la riqueza, donde se eliminen poco a poco los sectores pobres ayudándolos con tarifas bajas en los servicios y con ayudas públicas para la educación de sus hijos, viviendas a bajos precios, a pagarlas como propietarios a muchos años, en fin, lo que no se consigue con facilidad; el padre y la madre se interesan por los estudios de la Fraternidad Rosacruz, Vitelio les explica y deja a todos convencidos de que ama esos conocimientos, permite llevarlos en una ocasión a una conferencia de entrada libre para que conozcan al maestro Israel Rojas, al que muestra como un sabio; mientras tanto Ramón Macía y su esposa prosiguen en los estudios rosacruces, han decidido formar los sábados junto a Vitelio una tertulia con estos temas donde invitan algunos amigos para que puedan formarse con ellos en las lecturas de los libros recomendados; y una vez que estos amigos están capacitados, los llevan al aula rosacruz, para que sean admitidos; algunos de estos amigos son compañeros de Ramón Macía del banco del Comercio como Marta Rodríguez, Orlando y Marlén; otro amigo de Vitelio como Guillermo Novoa, que formado también en colegios católicos, ha decidido ampliar sus conocimientos al mundo esotérico, esta labor de divulgación les satisface, porque además de repasar los conocimientos adquiridos, lo sienten como un voluntariado porque ayuda a extenderlos; Vitelio, Ramón Macía y su esposa, tienen sin saberlo, dotes de divulgadores, son didácticos, lo que más convence a sus discípulos es la alegría en sus vidas, lo que es por sí mismo suficiente para creerles; las reuniones se realizan en la casa de los esposos Macía que prestan su hogar y su atención a esta tarea, siguen avanzando en la formación de los domingos, no faltan en ninguna ocasión.


Capítulo cuarto - A Ramón Macía lo visita un ángel

Satisfecho por su ingreso junto a su esposa en la Fraternidad Rosacruz de Oro, Ramón Macía recibe en sueños la visita de un ángel  que le dice llamarse Zacarías, encargado de cuidar la salud, el bienestar y la economía de quienes se lo piden; lo ve con sus alas doradas y su hermoso cuerpo; Ramón Macía sorprendido y feliz a la vez, le pregunta qué mensaje trae para él; el ángel le contesta:  me dedico a velar por la salud de todas las criaturas, si tu quieres hacer algo por los demás te pido estudies las propiedades de las plantas y de los minerales, que pueden ayudar a sanar a quienes lo necesiten, hazlo poco a poco, con esmero y voluntad, a cambio, además de una inmensa satisfacción por acercarte a los otros, no te faltará nada de los dones que te puedo ofrecer; los ángeles tenemos nuestra especialidad, cuido de ti y de tu esposa en la misión que te espera; Ramón Macía despierta, le cuenta la historia a su esposa que le sugiere lo transmita al maestro Israel Rojas, que él sabría interpretar de manera integral el sueño; esa misma noche se entrevista con el maestro Israel Rojas, le comunica el sueño; de inmediato le dice: -es un honor recibir en sueños o en cualquier otro medio un ángel y además estar beneficiado con la misión tan noble y altruista, dale cumplimiento a cabalidad, además que serás feliz, ayudarás a muchas personas de salud quebrantada, tienes la biblioteca de la Fraternidad a tu disposición y también mi modesto conocimiento, suerte hermano-; Israel Rojas lo despide con un apretón de manos que Ramón Macía interpreta como un buen augurio para su misión, desde entonces se decide en sus horas libres, junto a su esposa a estudiar las plantas y sus propiedades, lo mismo que los minerales; los fines de semana salen al campo a recorrer sitios de abundante vegetación para distinguirlas e identificarlas; con el tiempo Israel Rojas le llama para incorporarlo como instructor de la Fraternidad de ese mundo a lo que 

Ramón Macía agradece y corresponde; sus estudios se intensifican, ya no puede disponer de más libros, está ocupado a todas horas, el aprendizaje de las plantas es dispendioso pero reconfortante, "hay que sentirlas" -dice para sí- "que ellas te enseñen", siente alegría de aprender y nutrir su vida; los padres de ella están sorprendidos del cambio que ha tenido; la esposa, de ser ama de casa, humilde y sin ambiciones, se convierte en una mujer que necesita conocer el Universo, la vida, las ideas y las personas para darle sentido a todo; en cuanto al conocimiento de las plantas, Israel Rojas le da un mensaje sencillo:  -ámalas y distínguelas-; tal cual, deja de preocuparse por el nombre y propiedades, sale al campo con su esposa y se encarga de acariciarlas y de sentirlas como son, su forma, su tallo, sus hojas, su olor, igual que a una persona, que no es difícil distinguir una persona de otra, su cuerpo, su rostro, su manera de ser, de expresarse, de obrar, así llega con rapidez la sabiduría, una planta se distingue de otra, incluso las de la misma especie y familia, que nada es igual una cosa de otra, sigue al pie de la letra el consejo del maestro Israel Rojas, para amarlas hay que acariciarlas, agradecerles su existencia, comunicarse con ellas, estimar su enorme servicio con sus propiedades, detenerse en su figura, su textura, luego poco a poco se sabrá el favor medicinal que prestan, experimentando una y otra vez hasta comprobar sus beneficios como lo hacen los científicos; de las salidas al campo, la naturaleza es generosa por su prodigalidad en plantas, a lado y lado del camino; llegan a casa e intentan probar su eficacia con agua y van anotando y registrando cada noción; le comunican a Vitelio el sueño y la dedicación por las plantas y los minerales, aunque primero han comenzado por las plantas; Vitelio se muestra feliz y pide el favor a Ramón Macía para que lo vinculen a esa tarea que él también quiere conocer de plantas y minerales y así les ayudará, lo aceptan encantados y empiezan a salir los cuatro, es decir se les añade la novia de Vitelio, Lucrecia,  que aunque no tiene tiempo disponible para ella, decide acompañarlo, se da cuenta Lucrecia de la unión de los esposos Macía, para ella es un ejemplo a seguir y así lo hace, decide Lucrecia acompañar a Vitelio a las reuniones de los sábados y realiza la solicitud para pertenecer a la Fraternidad Rosacruz, Vitelio se encarga de instruirla y formarla, luego la acompaña a los cursos preliminares y llega para ella el día del bautismo y la consagración, de modo que Ramón Macía y su esposa cuentan con otra pareja en su actividad intensa, la relación de los cuatro se vuelve equilibrada y duradera; Vitelio estudia por su cuenta los ángeles, siempre le han atraído estos seres protectores y hermosos, en la Biblia están en momentos especiales, una amiga suya le regala las cartas con todos sus nombres, la actividad protectora que cubren, su dibujo y alguna explicación del mensaje que aportan; con frecuencia se echa las cartas, las distribuyen boca abajo sobre una mesa y saca una, dos y hasta tres que enseñen algo, advierten, previenen y animan en una tarea; de modo que cuando Ramón Macía le explica el sueño de la aparición del ángel Zacarías, nombre que le dice el mismo ángel !más hermoso aún! Vitelio no duda en creerle y apoyarle: !es grandioso! -exclama-, no vacila con salir con ellos al campo a compartir el conocimiento en plantas y minerales; Lucrecia que no está nada motivada en un comienzo por estos temas, va entrando hasta quedar sorprendida y agradecida por los que ellos dicen, que les da felicidad; Lucrecia vive con los padres y dos hermanos más, su padre es de prestigio como abogado, litiga por su cuenta en el ramo penal donde ha ganado casos y dinero; Lucrecia estudia matemáticas y física, hasta ahora empieza; luego sus otros dos hermanos estudian el bachillerato, Lucrecia tiene vocación científica, es poco dada a creer de buenas a primeras los prodigios y milagros que los demás cuentan, necesita anteponer la prueba para ello, nada de creer a ciegas, de modo que cuando Vitelio le habla de temas esotéricos se lo toma con cierta ironía y pragmatismo, hasta cuando se da cuenta de la pasión que pone su novio en estos conocimientos que no dejan margen a la duda, más que pruebas, lo mejor de todo es el impacto que ejerce en su naturaleza, en la de Vitelio, que día tras día no cesa de hablar de temas esotéricos, de estudiar, de leer, en fin, en la transformación de Vitelio va también su propia transformación; ahora, lo de las plantas y minerales es también ciencia, ojalá ella -dice para sí- pudiera conocer la naturaleza  tanto como quieren los rosacruces conocerla; Lucrecia apuesta en definitiva por apoyar del todo a Vitelio, primero porque lo ama, luego porque confía en lo que hace y tercero porque así le demuestra su amor; Ramón Macía empieza a recetar a sus amigos y personas cercanas las plantas para tratamientos sencillos, como tos, gripes, dolores musculares, de cabeza, congestión hepática y salpullidos; quienes han recibido las recetas quieren retribuirle en algo, él lo rechaza pero advierte que el dinero que pensaban darle a él se lo entreguen para alguna fundación, asociación o centro de ayuda comunitaria o persona que lo necesiten, así se siente mejor y también los que reciben las recetas sienten que pagan el servicio; va creciendo el número de personas que le conocen y así también va creciendo su sabiduría; cada vez más estudia porque necesita resolver algunas cosas difíciles; cuando esta situación se presenta envía al paciente donde el maestro Israel Rojas que sí que puede con casos complicados; el mismo Israel Rojas cuando hay casos que no puede sanar lo advierte y comenta que las leyes de la naturaleza son imparables, que es para bien que algo no se pueda curar, en definitiva es la divinidad la que decide lo que se puede sanar y lo que no es posible, el maestro Israel Rojas decide llamar a Ramón Macía un día a la semana, en las horas de la noche cuando sale del trabajo del banco, para que atienda la consulta cuando él no la pueda atender por estar fuera de la ciudad o atendiendo otros asuntos importantes, de modo que al menos dos veces al mes lo llama el maestro Israel Rojas y allí sí que llegan todo tipo de casos más difíciles; Ramón Macía advierte a los pacientes lo mismo que su maestro, que es la divinidad la que cura, que de no lograrlo es porque ella en su sabiduría infinita lo ha querido así; no deja Ramón Macía su trabajo en el banco, porque son muchos los años de relación laboral y porque gracias a ese salario puede atender gratis a sus numerosos pacientes; considera con la espera, que cuando se jubile, todavía le quedan al menos cinco años, puede dedicarse del todo a la sanación de pacientes y al estudio intensivo de la doctrina rosacruz, mientras tanto sigue vinculado a la entidad financiera, que cada día más lo aprecia y lo arropa por sus cualidades humanas; Vitelio continúa en el avance de sus estudios de filosofía y letras, junto a los estudios de las plantas y minerales con Ramón Macía y su esposa y su pasión por la doctrina rosacruz; Lucrecia prosigue la vida universitaria con las matemáticas y la física y apoya sin titubeos a Vitelio en todo lo que él emprende, han decidido casarse cuando termine sus estudios porque quieren vivir juntos para compartir las aficiones recíprocas; Ramón Macía, que tiene alma religiosa, compra estampitas con la imagen del ángel Zacarías, que distribuye por todo su hogar y al que reza cada día, ella le sigue en su devoción y pide que su esposo pueda cumplir su compromiso; el maestro Israel Rojas escribe un nuevo libro siguiendo su profunda formación rosacruz, lo vende a bajo precio, casi que lo regala y en las conferencias de los días veintisiete, sorprende a los asistentes con nuevas observaciones de la vida, de la naturaleza y del amor, es hombre que le gusta ir al cine, a los restaurantes y pasear por pueblos y ciudades para conocer las costumbres de sus gentes, las plantas y minerales que por allí aparecen; es un hombre que vive solo en una habitación desde hace muchos años, en total armonía con los moradores que son los propietarios y disfrutando todos en paz y armonía, es una bella historia de entrega y humanidad, en definitiva de sabiduría; todo para bien de los demás, de ellos mismos y del Universo entero.


Capítulo quinto - La universidad Libre de Bogotá

 Situada algo más en el Sur que en el centro de Bogotá,  sobre la carrera sexta, aparece la puerta principal doble y de metal, fundada por allá en la década de los años veinte del mismo siglo, por el General Benjamín Herrera, como respuesta a las ideas conservadoras de la época, dominantes en la sociedad colombiana, de modo que su fundamento es liberal y así creció hasta los años sesenta, cuando la revolución cubana hizo inclinar su ideología por el marxismo leninismo, dominante a partir de entonces  en las universidades públicas y populares; la Universidad Libre de Colombia adaptó el criterio de ayudar a los estudiantes con pocos recursos económicos, estuvo en varias ocasiones al borde de la quiebra; los rectores sucesivos, personas de prestigio nacional, no sabían qué hacer para recaudar cientos de letras impagadas, giradas por los estudiantes para acceder a la matrícula, en ocasiones se nombraron rectores con alguna solvencia financiera para que ayudaran  el claustro a recuperarse; supongo que también colaboraron organismos públicos y privados en su mantenimiento; después esa política varió y el coste de la matrícula subió año tras año, hasta casi igualarse a las universidades privadas de prestigio; las dos jornadas, diurna y nocturna, aglutinan tantos estudiantes que los salones se llenan y por cada curso hay hasta cinco salones; la mentalidad de la universidad continúa siendo popular, por sus salones pasan estudiantes de pocos recursos, por lo común, pero que van logrando emplearse en la banca, las oficinas públicas y las empresas privadas; al final de la carrera, en especial el derecho, se consigue empleo como juez de pueblo; así se inician muchas carreras judiciales que se coronan en algunos casos en la Corte Suprema de Justicia o El Consejo de Estado, organismos máximos en la justicia, el personal contratado para dictar las clases es bueno y hasta excelente, unos logran su acceso por su amistad personal con el decano de la facultad de Leyes y otros por sus magníficas calificaciones durante su carrera universitaria; en el primer año se estudian ciencias políticas, derecho romano, derecho constitucional e ideas políticas, además de alguna materia menor complementaria; las ciencias políticas las dicta un verdadero maestro, el profesor Gerardo Molina, marxista de convicción y liberal de adaptación, es decir que necesitan enseñar a los demás su liberalismo, para acceder a cargos y aspirar al Congreso de la República; ser marxista de alguna manera margina, dificulta el desarrollo político del adepto, aunque dé prestigio en el mundo universitario y popular; es el caso, además del señalado, el del profesor Gregorio Becerra, distinguido ideólogo marxista y opaco militante liberal, de segundo órden, dispuesto a recibir algún nombramiento nacional; el profesor Gerardo Molina es algo distinto, modesto en su vida, carece de ambiciones políticas y se escuda en la cátedra universitaria para exponer con libertad sus ideas; escribe un bello tratado político: "Las ideas liberales en Colombia", lo que le consagra como historiador y analista del proceso político en Colombia; en cierta forma es fácil mezclarse entre el marxismo y el liberalismo, aunque en estricto análisis ideológico son incompatibles, en el ejercicio diario se confunden; el liberalismo, igual que el marxismo, rechaza a la clase terrateniente y financiera, también la imposición doctrinal de la Iglesia Católica y sus enseñanzas, espera mejorar la vida de los proletarios, obreros y campesinos, intenta reformas agrarias para evitar los excesos de los poderes en bienes, busca repartir beneficios en becas, escuelas y universidades públicas, de mínimo coste para el acceso de estudiantes de escasos recursos, por un lado estas prácticas omiten y exoneran de hablar de temas doctrinales, imposibles de reconciliarse como se demuestra con el ejercicio del marxismo de la Unión Soviética, en su visión de la doctrina del proletariado, se convierte en dictadura de políticos y camarillas adoctrinados en burocracia  y en beneficios para unos pocos; el profesor Gerardo Molina como otros distinguidos marxistas, se distancian de la Unión Soviética y vuelven al liberalismo en una de sus corrientes más sensibles: el apoyo a gentes sin recursos, de pocas posibilidades, personas que se encuentran a primera vista en cualquier calle latinoamericana, en especial en Bogotá, ciudad populosa e imposible de controlar; también hay otro tipo de profesor de ideas políticas, algo escéptico con el marxismo radical, pero que no abandona la ideología cubana, un punto de parada en el marxismo creativo, regional: es difícil encontrar profesores que hayan indagado por sí mismos en las canteras de la Historia, las ideas que movilizan la sociedad, por el contrario se limitan a transcribir las ideas de otros profesores, por lo común franceses, es el caso del profesor Maurice Duverguer, tratadista leído por obligación en la facultad de Leyes y de la cual extrajeron sus conferencias los profesores de la universidad; este francés expone con claridad una definición de regímenes e ideas políticas, conservando la mesura en sus observaciones y aplicaciones; es una especie de anatomista político, excelente y didáctico; el profesor del derecho romano es Eduardo García Sarmiento, serio en su exposición, joven, con su discreto bigotico y sus mejillas bien rasuradas, cabello corto y cuerpo toráxico; el derecho civil en el primer año es casi inexistente por su colosal contenido, no es confiado a manos maestras; es una materia de segunda mano en el primer curso; la Universidad Libre se apunta a las manifestaciones populares contra el gobierno que sea, unos cuantos estudiantes organizan el asunto y se desfila por las calles lanzando gritos, la prensa del día siguiente relata con cierta ironía el tumulto, expresa y lamenta: "la falta de originalidad de los estudiantes", que siempre gritan las mismas consignas, es una actitud crónica de protestar, más famosas son sus asambleas internas celebradas en el recinto principal, donde los oradores pasan uno a uno incendiando con sus arengas el ambiente; el motivo de la asamblea es acabar con la reputación de algún profesor o rector y expulsarlo del centro; son famosas las asambleas manipuladas por estudiantes revoltosos que intentan dominar a la mayoría, también lo es la que intenta expulsar de la universidad al profesor Dagoberto Charry Rivas, por su renuncia al marxismo ortodoxo y su ingreso en el liberalismo tradicional, del Huila, una bonita región del Sur de Colombia, no le dejan hablar y no es posible tampoco expulsarlo; estas asambleas son testimoniales, es decir carecen de la fuerza y de la autoridad para imponer una decisión, son un concurso de oratoria, vigorosa e improvisada, con la que se premia con aplauso a rabiar de los estudiantes; la mayoría de los líderes que provocan  y manejan las asambleas de la universidad, consiguen cargos como profesores en la Universidad Libre o en otras universidades y dejan de protestar; lo mismo ocurre con los radicales, que una vez empleados en un banco o en una oficina pública se afilian a los partidos tradicionales, el liberal y el conservador; verdadero maestro del derecho civil es "el negrito"Adolfo Mina Balanta, que se sienta en la silla de madera y cruza las manos sobre la mesita, habla de los contratos y de las obligaciones sin parar, con sentido común; pone a un lado un paquete de cigarrillos marlboro y durante una hora de clase enciende al menos tres cigarrillos; le sobran las notas, los códigos y las conferencias escritas que llevan otros profesores; hay un destacado grupo de profesores académicos, fieles a sus escuelas, doctrinales, poco creativos, buenos transmisores del conocimiento como Jaime Bernal Cuéllar, Jairo Parra Quijano, Darío Samper y alguno más; son profesores vocacionales, llamados por las universidades año tras año, a quienes les resulta imposible aceptar otros cargos; Darío Samper es un político de la cátedra, un intelectual de la doctrina política, tiene una formación personal en la experiencia, amigo del mayor líder popular que ha tenido Colombia: Jorge Eliécer Gaitán; prefiere nutrir su doctrina liberal con sucesos conocidos y vividos por él, es un expositor elevado, ameno y poco convencional, es muy querido por el alumnado que no le ha visto cambiar de rumbos políticos; hay otros profesores que cumplen su labor de enseñanza, de la que se han beneficiado miles de estudiantes que han escogido diversos caminos en el ejercicio de su aprendizaje: jueces, inspectores, banqueros, asesores, consultores, burócratas, algún político y muchos litigantes; una de las muchas ventajas de la Universidad Libre para los estudiantes es su horario nocturno, a partir de las seis de la tarde hasta las diez de la noche; para los que trabajan de día les resulta estupendo, incluso para los que no trabajan y aspiran a conseguir empleo; los empleados bancarios terminan a las cinco de la tarde, en una hora se desplazan hasta el claustro universitario; los profesores de la sección nocturna son algo más considerados a la hora de otorgar resultados; es difícil que un estudiante del horario nocturno pierda el año; al final del curso todos aprueban por el soporte del profesor a los de esta sección; hay estudiantes que destacan por su capacidad de asimilar los conocimientos, deciden mantener un liderazgo de notas que lo sustentan hasta la terminación de la carrera; cuando se llega al último año, es decir el quinto, hay que refrendar los conocimientos con la presentación de exámenes preparatorios, divididos en cinco áreas básicas, los que con dificultad se superan, después hay que presentar una tesis de grado sobre cualquier tema de las leyes el derecho y las ciencias sociales, luego viene la fecha del grado y entrega del título que permite ser candidato a empleos con el Estado, en casoz concreto, con la Administración de Justicia que designa jueces y fiscales; una vez terminado el quinto año es difícil graduarse antes de un año, pero se comentan leyendas como la de los estudiantes Benjamín Ochoa y Manlio Acero Larrota, que obtuvieron el título a los dos meses de haber terminado la carrera, pero la leyenda continúa, esa marca quizá es superada; el servicio de cafetería es excelente, los precios son accequibles y las mesas son utilizadas  para comer, beber y jugar al ajedrez, las tertulias son profusas con los temas políticos del día; entre los estudiantes hay casos famosos como el de un presidente del Congreso Nacional, el del actor Gilberto Puentes y el de algún deportista de élite; no se conoce hasta el momento el que algún egresado de la Universidad Libre hubiera sido presidente de la República; las asambleas estudiantiles son debates demagógicos y frívolos, el liderazgo estudiantil es ególatra e inútil y estéril, solo política barata, de ideas fijas, nada en beneficio de los estudiantes, de su bienestar; hay casos aberrantes como el de un profesor de Metodología o algo parecido, que durante el año no asistió a dictar ninguna clase, llegó para el fin de curso y apareció sin disculparse; un estudiante le reprocha su inasistencia y el profesor sanciona al alumno enviándole a presentar la prueba final con otro profesor, amigo del anterior, que por supuesto raja al estudiante, en otro momento, un estudiante es examinado en derecho procesal civil por dos profesores, uno de ellos es un verdadero maestro, libre y claro, el otro es un repetidor ególatra, de nociones comunes, de pronto éste último profesor expresa con vehemencia  una doctrina procesal en relación a un artículo del código, que deja sorprendido al maestro, que le escucha con estoicismo; el alumno aprueba el examen sin apenas haber tenido ocasión de contestar; el estudio de las leyes es teórico, salen teorías para cada caso, con cada personaje y en cualquier momento; es contrario a la práctica y del ejercicio de la abogacía del día a día, nada se habla, nada se dice de lo que ocurre en las secretarías de los juzgados, de la relación de los abogados con los clientes ni en el cobro de honorarios; el estudio de la abogacía es solo para dar clases a los estudiantes al tener una profesión y un título que puede servir para muchas cosas, con algo de suerte, desde inspector de policía a magistrado y ministro; en el peor de los casos de no lograr emplearse, le queda al egresado el recurso de pagar una oficina en alquiler y litigar lo que pueda conseguir, es decir, cualquier clase de pleitos, la mayoría de ellos simples y sin complicaciones; hay que ser valientes, contra todas las apariencias, para dedicarse a ejercer con independencia la abogacía; pueden llegar casos como se puede pasar una temporada sin percibir ningún céntimo; es cuestión de aguantar, de seguir y de esperar; algunos estudiantes tienen la suerte de estar vinculados a la Administración Pública, a la Justicia o una empresa privada; en estos casos la situación es inmejorable, con el título profesional ascienden de cargo, mejoran el sueldo y reclaman nuevos derechos; son pocos los vinculados a buenos empleos, hay también oficiales del ejército y de la policía que tienen permisos de sus jefes para estudiar una carrera que les de reputación y ascensos; la abogacía es de las carreras que escogen los militares, que piensan en retirarse con el tiempo y la edad de servicio para ejercerla; los que tienen pensado dedicarse a la política son pocos o quizá ninguno, de la Universidad Libre no salen abogados para eso; de otras universidades privadas como la Javeriana o la del Rosario sí que salen alumnos para la política; hay otros grupos de estudiantes que deciden dedicarse por vocación o por casualidad a la enseñanza del derecho; se espera que necesiten tener altas calificaciones como promedio de la carrera, pero no siempre es así, decide más la influencia del decano o del rector para que alguien resulte vinculado a la cátedra; la preparación que se logra en la Universidad Libre es básica, de ahí hacia una formación superior le toca al estudiante, a su talento o su práctica; las relaciones sociales entre los estudiantes son casi nulas, no se realizan bailes y comidas comunes para celebrar algún acontecimiento; el estudiante de la sección nocturna es apático a este tipo de reuniones y vínculos, lo único que le interesa es terminar cuanto antes sus estudios para abrirse camino en un mundo competitivo, difícil y hasta imposible; en solo Bogotá pueden existir treinta mil abogados en disposición de conseguir clientes a cualquier tarifa, desde luego que los mejores casos, cuando hay clientes ricos y solventes, los cogen grupos selectos de abogados, despachos de prestigio integrados por algún catedrático de renombre o un exmagistrado de la Corte; lo mejor es conseguir con el tiempo un número de clientes que caso por caso den los ingresos suficientes para mantenerse en el ejercicio de la abogacía con sosiego y solvencia; ese término medio es el del abogado excelente, que cumple con sus compromisos y está al tanto del avance y desarrollo de los procesos; es garantía para los clientes del buen resultado de sus casos, cuida de los dineros y no se empeña en tramitar casos imposibles de ganar; tiene una visión mesurada de sus propósitos y busca acuerdos que permitan algún beneficio para los intereses encomendados; puede ocurrir a estos abogados que les llegue un caso de asunto civil, como herencias, testamentos, repartos de bienes y tierras, que por el monto debatido les pueda corresponder honorarios jugosos para invertir en una vejez amable y cómoda o que sea nombrado por algún amigo de alta jerarquía en un cargo judicial que le permita cotizar el mínimo a la seguridad social para pensionarse con alguna cantidad suficiente; esos son los sueños de la mayoría de abogados litigantes; cuando ese sueño no llega, no sé qué pasa con el retiro, cuando les llegue la hora, supongo que hay que seguir en la abogacía hasta la muerte, vivir con alguna pareja que les proteja y ampare, con un hijo que cuide de ellos o como en la mayoría de los casos, que la muerte les sorprenda en edades donde todavía no se piensa en la jubilación; la verdad es que los abogados no sufren el acoso de no tener dinero para retirarse; tienen confianza de ganarse la vida hasta el último suspiro; es posible, siguiendo los oficios, que tratadista ninguno, no sé de dónde salen o de dónde vienen los que escriben libros, los que empiezan con un libro menor, siguen en la creación jurídica y luego pasan a escribir libros de mayor alcance, por su información y su cantidad de ejemplares; los abogados que se vuelven tratadistas son aquellos que alguna universidad les financia la producción del libro, con el tiempo que necesitan para escribirlo; en definitiva son escasos, del extranjero llegan cientos de libros jurídicos y los abogados se acostumbran a que esos son los libros importantes, necesarios para la consulta, dándole menor valor a los libros creados en el propio país; en fin, son los hábitos de los gustos; ¿a qué más se pueden dedicar los abogados? a los negocios, es decir con algún dinero que les llegue, una herencia, un golpe de suerte o un préstamo, invierten en alguna actividad mercantil, ya sea en una tienda al público, de importaciones y de exportaciones o de vendedores de seguros y productos de algún nivel como libros, mapas, antigüedades, joyas, relojes o inmuebles; el título de abogado les sirve para conseguir distinción social, pero se desmarcan por completo de la abogacía, también pueden asesorar empresas de transportes, de aduanas o de coches; solo se conoce un caso, quizá dos, nunca tres, de un abogado que se retira antes de tiempo para dedicarse en exclusiva a escribir, tal como suena, a escribir cuentos, novelas y frases, lo realiza primero para sí mismo, luego lo comparte con los demás en las redes sociales, como Facebook o un blog, allí publica con regularidad, alguna fundación y almas caritativas le patrocinan el tiempo que necesita para ello y una cantidad mínima de ingresos; reduce sus gastos y todo el tiempo en el delirio como escritor, sus obras pueden dar resultado, eso no lo sabe nadie hasta el momento, lo que sí se sabe es que logra cumplir un sueño de su vida, cuando escribe para él es porque lo necesita para entender su alma y su mundo; le animan algunos que leen sus escritos y se sienten identificados con lo que allí se dice, le envían mensajes y señales de entusiasmo, y esa es su recompensa; incluso llega a cambiarse de nombre, busca un seudónimo y arranca, con alguna duda al comienzo, después con seguridad y sin volver a suspender su labor; ni él mismo se explica esa determinación, es posible que, si creemos en la reencarnación, haya dejado en otra vida el oficio de escritor a medias y ahora procura realizar del todo; también puede ser consecuencia de una reacción, un impulso de su alma que se lanza a la tarea de escritor para comprenderse a sí mismo y su entorno; dado que el oficio de abogado no le satisface y le deteriora el alma; es un caso utópico pero que tiene luz propia; algún egresado de la Universidad Libre se vincula a la carrera diplomática, como  cónsul en un principio, luego como embajador; hay que tener un gran padrino en la política para conseguirlo, alguien de peso como senador o ministro; no se me ocurre otro destino para los abogados egresados de esta universidad distintos de los señalados; es posible que haya algo más, por supuesto, recorro una y otra vez los escenarios y parece que ya están todos ocupados; para finalizar, hay un caso excepcional, parecido al abogado escritor, es el abogado médico-forense, es decir, con dos profesiones a su alcance, da informes científicos con criterios legales, es una maravilla de profesional.
Fin de la primera parte.


Segunda parte

Capítulo primero 

Del tronco de la Plaza de Cataluña salen varios brazos, fuertes y prolongados; en dirección al mar está la Rambla de Canaletas que es un río humano; la interceptan varias calles estrechas y milenarias, como la del Carmen, la Hospital, Nou de la Rambla, San Pablo, Ferrán, la Plaza Real, Escuderías, el edificio de la Gobernación de la Defensa, María Claret, hasta llegar a la Avenida Colón, un puente de madera sobre el mar Mediterráneo que da acceso a la zona comercial de vital importancia con restaurantes, cines y tiendas, conocida como Maremagnun, hasta llegar al famoso barrio de la Barceloneta que en un principio fue habitado por pescadores y con el tiempo transformado hasta convertirlo en residencial de precios elevados; en este barrio está la iglesia de san Miguel, pequeña y hermosa, el convento de las Hermanas de san Vicente de Paúl, siendo su directora sor Genoveva Masip, conocida en toda la ciudad por su entrega a los enfermos de Sida y toxicómanos; el hospital del Mar, embellecido por una arquitectura que permite disfrutar las vistas al mar, la amplia avenida Juan de Borbón y desde luego las playas tan buscadas en el verano; de la plaza de Cataluña hacia la montaña está la Rambla de Cataluña, cruzada por la ronda san Pedro, Diputació, Consell de Cent, Aragón que es una arteria que junto a la Diagonal y la Gran Vía, atraviesan Barcelona Este-Oeste, Valencia, Mallorca, Provenza y Rosellón; esta Rambla es rica en construcciones bellas, imitación piedra de uno a dos siglos máximo de existencia, de comercios de primera línea, plácidas terrazas para tomar el café y otras bebidas y licores; en invierno se instalan calentadores para hacer agradable la permanencia; al final de la Rambla está la avenida Diagonal que toma el relevo como ruta transversal que parte la ciudad en dos, como un trazado caprichoso y desigual; de la Ronda san Pedro se puede ir a la plaza Universitat en una dirección y en la otra la plaza Urquinaona; de la plaza Universitat sale la ronda san Antonio que lleva al mercado del mismo nombre, conocido por su feria de ,libros los días domingos a buen precio; paralelas a las ramblas de Cataluña están el Paseo de Gracia, que se prolonga hasta la avenida Diagonal; en el Paseo de Gracia se instalan tiendas de productos finos y elevados precios, cafeterías de diferentes niveles, la mayoría de ellas accesible al cliente modesto; el número de turistas es grande el que recorre las dos Ramblas, es posible que sean los sitios más recorridos de toda la ciudad en todos los tiempos de su existencia; las iglesias son  numerosas, destacan la Catedral, la de Belén, la Merced, Santa María del Mar, Bonanova, Sarriá, además de capillas en casi todos los centros religiosos; los estadios de fútbol, el Camp Nou del club Barcelona y el del club Español que primero fue el estadio de Sarriá y luego el estadio de Cornellá; la mayoría de los barrios tienen su estadio, el de los Juegos Olímpicos el más antiguo de todos; el parque de la Ciudadela que contiene el zoológico y el Parlament; el parque del Tibidabo en la montaña acompañada por la iglesias del mismo nombre, el barrio de Gracia, famoso por sus fiestas, el barrio de la Barceloneta, de origen habitado por pescadores, pero luego foco de reformas inmobiliarias hasta hacerlo casi imposible por sus precios; el Metro de más de diez líneas que no deja casi ningún sitio sin comunicación por transporte; la Plaza Sant Jaime donde están los palacios gubernamentales de la Generalitat y del Ayuntamiento; el parque del laberinto en el barrio de Horta, los grandes hospitales como el Clínic, San Pablo, Bellvitche y del Mar, la Universidad de Barcelona, la de Pompeu Fabra, el Colegio o Escuela de Idiomas, el terminal de trenes de la estación de Francia y la de Sans, algunas avenidas entrañables como el Paseo San Juan, Luis Companys, Marina, Balmes, Aribau y Roger de Flor, el cine Coliseo, la Via Julia, la calle Gran de Gracia, la Travessera de Gracia; el club de ajedrez Barcelona, la Vía Laietana, la oficina de Correos, la calle Fontanella, Bracafé de la Calle Caspe y numerosos sitios más, inolvidables, únicos de mi amada Barcelona; olvido citar el Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona, el aeropuerto del Prat y el convento de Bellesguard; caminar desde la plaza de la Universitat por la Gran Vía, en medio de la arteria hay un paseo peatonal, pasar Aribau, Balmes, Muntaner, Urgell, Casanova, Rocafort y llegar a la Plaza de España, luego coger por Creu Cuberta, el Metro Hostafranc, la carretera de Sans y el Metro Plaza de Sans hasta llegar a la estación del mismo nombre, la más grande de trenes de Barcelona; en medio de todo Barcelona es sencilla de recorrer, incluso a pie, utilizando para ello las arterias y calles que dan acceso al centro que no es otro que la Plaza de Cataluña; muchos y diversos sitios para desayunar, un café con leche y una pastita, el tradicional bocata de jamón, queso, lomo o butifarra o de atún, en fin, muchos más se consiguen a buen precio, no solo en los barrios periféricos sino en el mismísimo centro; una de las avenidas más hermosas para caminar es el Paseo de Gracia, donde la mitad al menos de los transeúntes son extranjeros; el Museo de la Ciencia por la Plaza Kennedy hacia el Tibidabo, tantos lugares para disfrutar. Por el casco antiguo laten las escantadoras calles: Carretas, Reina Amalia y la avenida Paralelo con su parada de Metro; el barrio Navas que lo cubre la avenida Meridiana, el barrio Roquetas en lo alto de la montaña que tiene dos paradas de Metro, algunas calles del barrio de Gracia: Torrent de la Olla, Mozart y Córsega, la citada avenida Paralelo con sus teatros y cines, en especial el Molino Rojo ya transformado, la avenida de Colón donde se levanta la estatua del Almirante en importante altura, el mercado del Borne donde se encuentran piezas arqueológicas de gran valor; el mercado del Ninot cerca del hospital Clínic, la Zona Universitaria donde funciona la Universidad de Barcelona con la casi totalidad de facultades, el barrio de Lesseps arriba del barrio de Gracia, la bella zona de Bonanova con casas y construcciones elegantes, el barrio de Sarriá con su bella iglesia; volviendo al Casco Antiguo la calle de Baños Nuevos, la iglesia del Pi y la calle Escudillers, el cementerio de san Andreu, la zona verde y amplia de Montjuic, incluídas las construcciones Olímpicas del año 92, su cementerio y jardines, el casino junto al hotel de Las Arts, de construcción reciente, el hotel Vela a orillas del mar Meditarráneo, el barrio de Pueblo Nuevo, el barrio de Pueblo Seco  cuna del cantante Juan Manuel Serrat, los tranvías en diferentes zonas, el Puerto y el Paseo Marítimo, la avenida Juan de Borbón, el restaurante Cheika que tiene un mural original y divertido creado por un pintor colombiano, las librerías esotéricas Karma y Arunachala, las conferencias sobre los ángeles de Jaime Gambús, de los extraterrestres de Luis Griffols, el humanismo del profesor Calderón, los servicios sociales de Cáritas y de la Cruz Roja, la misión caritativa del padre Paco y del hermano Adriano, la inmensa labor de sor Genoveva Masip, la entrega del jurista Eugenio Gay en favor de los Derechos Humanos, las clases de Astrología del argentino Cordero, la insuperable biblioteca del Carmen, las idas y vueltas interminables por la Rambla de Canaletas, los dulces artesanales del Barrio del Pi, los poemas de Diego Calvo Carreño y Celia Ramos, la sobria iglesia de san Miguel en el barrio de la Barceloneta, el museo Picasso por la calle Princesa, los cómodos trayectos en autobús, la estación del Norte de autocares, la zona de las ferias internacionales en la plaza España, los jardines y parques públicos de todo Barcelona y sus amables gentes.
Ignacio Chávez, conocido entre sus amigos como Nacho, llega a Barcelona con treinta y seis años de edad, se instala en casa de un conocido que le da albergue por petición expresa de un hermano que vive en Bogotá, trae bajo el brazo una novela escrita con solvencia de recursos emocionales titulada "El sueño del alfil", se la lleva al crítico literario y dueño de la editorial "La séptima puerta", señor Pablo Juliá que decide leerla y le pide al escritor retorne en diez días para darse una opinión personal de la novela; regresa Nacho a los diez días, el editor está feliz con el texto, dice que aunque aún se le pueden hacer unos pocos retoques se puede publicar de inmediato, editar al menos veinte mil ejemplares en edición corriente, económica; le da un anrticipo de mil dólares para que haga los retoques y le asegura que antes de un mes estará publicada; le obliga a firmar un contrato donde cede los derechos al editor, que a su vez debe pagar el diez por ciento del total recaudado con las ventas de los veinte mil ejemplares; este dinero le permite a Nacho sacar un apartamento sencillo de dos habitaciones en la avenida Paralelo número setenta y dos, donde empieza a escribir otra novela que espera tener acabada en un máximo de seis meses; con el dinero percibido del editor se garantiza ese tiempo para terminar la novela; si el primer tema es autobiográfico, la segunda novela intenta penetrar en la historia reciente de Colombia, invadida por el narcotráfico, la política mercenaria y la alegría y diversidad de sus pueblos, con sus costumbres y hábitos religiosos; está cerca de la biblioteca del Carmen que le otorga un carné de investigador para que pueda tener un cubículo para él solo mientras dure su búsqueda; instala un teléfono en el apartamento, llama a sus padres, su novia y algunos amigos, promete viajar al terminar la novela que empieza a escribir para divulgarla en Colombia, mientras tanto conoce al abogado boliviano Julio Bolívar que lleva asuntos de extranjería y que está dispuesto a tramitar su expediente para obtener la residencia española; Julio Bolívar le confiesa que lleva veinte años en España pero que no ha logrado adaptarse, aunque tiene su sitio en el Colegio de Abogados de Barcelona y algunos amigos del gremio; este abogado es bajito, algo regordete, mirada humilde, nariz grande y manos gruesas, le gusta cocinar y sabe hacerlo bien, invita a Nacho en varias ocasiones a comer en su casa, a su vez Nacho le cuenta un poco la historia de su nueva novela y le promete un ejemplar de la que está por publicarse; Julio Bolívar está sorprendido del éxito de Nacho que ya empieza a ser entrevistado en emisoras de radio para hablar de su primera novela, además de una portada en la Vanguardia, el periódico de la Comunidad Autónoma de Cataluña con mayor tiraje; Nacho le cuenta que su nueva novela se traslada desde el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948 hasta la llegada de Alfonso López Michelsen en 1974 a la presidencia de Colombia, cuando finaliza la etapa del Frente Nacional o convenio político entre liberales y conservadores, para superar la sangrienta guerra civil entre estos dos bandos y alternarse en el poder, invento original surgido del cerebro superior de Alberto Lleras; es una historia de amor surgida en un pueblo de Boyacá entre una joven liberal y un hombre conservador, que logra triunfar por encima de tantos odios entre familias, demostrando así el resurgir de una nueva Colombia. Nacho en su momento empieza a estudiar derecho en la Universidad de Santo Tomás, antes de finalizar el primer año y por un incidente en favor de una compañera, le empujan a dejar los estudios y retirarse a escribir, tal como lo concibe desde la adolescencia; logra conseguir un trabajo de medio tiempo como vendedor en una papelería religiosa y dispone de la tarde en el oficio creador; su mejor amigo, Rafael, le acompaña en el proceso creativo, aunque él continúa con el estudio de Leyes: -¿por qué no vuelves a la facultad? -le dice Rafael convencido de que se pueden adelantar las dos actividades al mismo tiempo: -no es posible, el incidente universitario me sirve para meditar, no tiene sentido poseer el pensamiento dividido, ser un "esquizofrénico" en el mejor sentido de la expresión, tener el pensamiento quebrado por la mitad, de todas maneras gracias por la atención de regenerarme-; Rafael no vuelve a insistir en el asunto, se ven con regularidad por las tardes en la misma cafetería de Bogotá, cerca de casa, se enseñan lo que tienen escrito, cuentos, frases, trozos de novelas, comentarios y críticas, se vuelve constructiva la relación entre estos dos amigos; Nacho evoca estas situaciones en su nuevo destino, Barcelona, se sigue comunicando con Rafael, que se inclina más por la poesía, sin dejar la facultad de Leyes; en sus horas libres va a escuchar conferencias sobre cine, literatura y temas jurídicos; en esto último conoce a Eugenio Gay, decano del Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona, motivo para organizar seminarios y foros de las diversas áreas jurídicas, en especial el desarrollo de los Derechos Humanos; él toma nota de estas conferencias, algunas le parecen teóricas como cuando se habla de reuniones en lugares paradisíacos como Ginebra, París o incluso Nueva York y no en los sitios de combate; también rechaza la forma unilateral como se plantean, es decir solo desde una perspectiva, en una dirección nada más, cuando hay que verlas desde dos o más vertientes; Nacho se acostumbra a sentir la necesidad del equilibrio en los planteamientos, como le ocurre con la filosofía, el derecho, la economía, la literatura; forma parte de su cultura personal, una dialéctica que descubre desde la pubertad, cuando encontraba cojos los planteamientos  desde un solo lado, incluso en los crímenes, sabe que además de la conducta del asesino, hay otros factores que contribuyen a la consumación del hecho delictivo; Eugenio Gay empieza a conocerlo y tratarlo, lo considera un invitado especial e incluso lo postula para dictar conferencias sobre la vida política en Colombia, además de un poco de la historia de la literatura de allí mismo; Eugenio Gay es un hombre alto, afirmativo y buen organizador, aspira algún día a llegar a un cargo de primera línea pero sabe que necesita superar peldaños lo que empieza a conseguir poco a poco; -¿de qué lugar de  Colombia eres Nacho?- le pregunta en la víspera de una conferencia a donde asisten los dos como invitados especiales; -de Bogotá, aunque he vivido en otros sitios por el trabajo de mi padre al que trasladan con frecuencia, pero al final terminamos en la capital, donde mis hermanos y yo culminamos el bachillerato en colegios religiosos; es una ciudad caótica, libertaria y creativa; -responde Nacho abriendo los ojos y las manos; -¿te gustaría vivir del todo en España?- Eugenio Gay pretende acoger a Nacho para su causa de los Derechos Humanos, el decano conoce bien a Colombia porque ha sido invitado por varios políticos, también por el presidente Virgilio Barco para que ayude a comprender la situación política y social y hacer reformas importantes; Eugenio Gay al visitar Colombia se convence de la profunda fractura social, con años, incluso siglos de haberse gestado y desarrollado, lo que conduce de manera inexorable a la violencia política; la inmensa masa de pobres no soporta tantas privaciones cuando observa  que hay otra masa menor con muchos privilegios; corregir esta fractura requiere también años de esfuerzo, nada fáciles, porque hay unos hábitos, se diría que estructuras, casi que inmodificables, por desgracia amparados por una masa internacional que goza de los mismos privilegios que sus amigos de Colombia; esta es la opinión de Eugenio Gay, negativa y contraria a su temperamento, pero decide reconvertirla a su natural estado emocional, para eso también opina que encuentra la gente colombiana creativa, que sabe ganarse la vida sin tanto apoyo gubernamental, es constante y le gusta estudiar, lo que garantiza su progreso; Nacho es del mismo pensar, no lo ve todo perdido, encuentra que hay talento y virtudes del pueblo, incluso de la clase política, dignos de tenerlos en cuenta para explotarlos; por ejemplo -dice Nacho que gusta como escritor de ver asuntos concretos, particularidades, detalles, que por lo común se pasan por alto, la gente le gusta ser independiente, montan algún chiringuito, realizan algún oficio donde venden lo que sea, pagan sus impuestos y organizan sus horarios; nota Nacho que esto se debe a la carencia de empleos, tanto públicos como privados, entonces hay que lanzarse a conquistar el mercado, poco a poco pero sin arriesgar ni con excesiva facilidad, para no caer de nuevo; los puestos ambulantes -hace hincapié- son infinitos en una ciudad como Bogotá, de la que se calcula existen casi diez millones de habitantes; estos puestos ambulantes venden cigarrillos, galletas, caramelos, aguardiente y tinto, por no agregar mil cosas pequeñas más, que pueden dar de comer a una familia completa; luego están los vendedores de loterías, que son numerosos, están en todos los pueblos de Colombia y venden todo tipo de loterías; hay que recordar -insiste Nacho- que cada departamento del país tiene su propia lotería, de modo que cada día bien se pueden vender dos o tres clases de loterías; Eugenio Gay está contento con estos análisis de Nacho, personales o algo salpicados de imaginación y está dispuesto a darle una oportunidad única, vincularlo al Colegio de Abogados como asesor en temas de Colombia, incluso de Suramérica. Nacho le da las gracias, pero encuentra que necesita tiempo para escribir, solo escribir, con alguna excepción en conferencias aisladas, pero decide rechazar el vínculo definitivo, comprometido; también -argumenta Nacho- necesita viajar a Colombia dos o tres veces al año, donde también está invitado a dar conferencias sobre su primera novela ya publicada; de todas formas Eugenio Gay le pide se deje ver con regularidad por el Colegio para colaborar de vez en cuando; Nacho se recluye en su apartamento de la avenida Paralelo durante días y horas enteros, aún no le tiene título a su nueva novela, pero avanza con disciplina y tesón, algunas horas se desplaza a la prolífica biblioteca de la calle Carmen, donde consigue lo que busca; con frecuencia el abogado Julio Bolívar llama por teléfono a Nacho para invitarlo a comer, Nacho acepta porque lo encuentra sensible y bondadoso, además que le encanta relatarle cosas de Colombia y preguntarle por las de Bolivia, intercambian información; el abogado boliviano lo lleva a restaurantes chinos donde algunos son clientes suyos, también a un restaurante portugués y desde luego a un restaurante boliviano situado a las afueras de la ciudad, a donde se accede con el Metro; Nacho ha conseguido una amiga que se la han presentado en una reunión en el consulado colombiano, se llama María, es natural de un pueblo cercano a Castellón, instalada en Barcelona por necesidades de trabajo, lo que hace con el cuidado de ancianos, la limpieza de casas y oficinas y de manera eventual en residencias; María es bonita, inteligente y sensual, ha tenido muchos amantes, es libre y no son pocos los hombres que han sido abandonados por ella; pronto se enamora de Nacho que no le promete ni ofrece nada, con excepción de compartir su cama, a lo que accede María sin muchos requerimientos; deciden acompañarse un tiempo, es decir van los dos a todas partes, lo ve escribir, mientras que ella, cuando está en casa, cocina a su voluntad y gusto; por su parte Nacho comparte con ella el dinero que le llega de la venta de su primera novela, que logra abrirse camino poco a poco por todas las ciudades de España; cuando necesita dinero acude a su editor que no le niega algún avance; María es chica de pueblo, tiene una cultura general por su propia formación, realiza con entusiasmo su trabajo y ansía algún día formar un hogar y tener hijos: -¿crees que serías  buena madre? -le pregunta a María que le contesta con un auto elogio: -no solo sería buena madre, también buena esposa y lo que haga falta-, María se ríe pero reconoce que Nacho para ser hombre de hogar no tiene vocación ni aptitud, solo quiere consagrarse como escritor y que es imposible apartarlo de ese pensamiento; hacen agradable su compañía yendo a la filmoteca juntos, donde las entradas son baratísimas, más aún cuando se saca un abono por el año completo, después de cine van a tomar algo y conversan de la película; Nacho agradece la presencia de María en su vida, la que le entusiasma y estimula; María a su vez encuentra compensación al tener como compañero ocasional a un hombre inteligente y sensible; Nacho y María extienden su radio de amistades, asisten también a tertulias, incluso se han inscrito para pasar un fin de semana entre monjas, que aprovechan para descansar, así tengan que asistir el domingo a misa, durante el fin de semana comparten comida con personas comprometidas en el mundo social, del voluntariado y de la asistencia  a necesitados, además de conocer personas de gran espiritualidad; en algún momento de la cena cada uno puede improvisar una oración antes de tomar los alimentos; quedan impresionados con la elocuencia de otro asistente esporádico, que dice llamarse Diego Calvo Carreño, que ha escrito un bello libro de poemas, lo ha editado con sus propios ahorros y lo ha regalado entre sus amigos; Diego hace mención en su oración de la importancia de la clase obrera, de los obreros y campesinos, de los estudiantes y también de los patronos y empresarios para que converjan en relaciones justas y puedan llevar adelante la producción, el comercio y la prosperidad; nadie puede aplaudir por el respeto a la sobriedad del convento, sin embargo en otro auditorio se hubiera llevado un aplauso atronador; charlan luego aparte y Nacho toma nota de las cualidades de Diego, al que incluye en sus textos literarios como personaje a tener en cuenta; Diego vive en un apartamento solo, gana una pequeña paga por discapacidad cerebral al sufrir angustia por el excesivo trabajo para una imprenta y el exagerado celo que pone en su desempeño; con esa paga cubre el alquiler del apartamento, algunos alimentos y los servicios; le es imposible algo más; escribe poesía, la que trabaja al límite para no cometer ningún error gramatical, de redacción, de ortografía, en fin, incluso contrata un profesor de literatura para publicar el libro de poemas; el esfuerzo monetario es grande, se endeuda con el banco para lograr su publicación, siendo su garantía la pequeña paga de su pensión como jubilación por invalidez; sus amigos agradecen el esfuerzo y extienden sobre él un cariño infinito. Eugenio Gay llama por teléfono a Nacho para comentarle que el fin de semana siguiente van a llegar unos colombianos ilustres para dictar una conferencia sobre la realidad política actual, son profesores universitarios como Umaña Mendoza, hijo de un distinguido hombre de acción, Eduardo Umaña Luna, defensor desde siempre de personas acusadas por sus ideas revolucionarias, le acompaña a Umaña Mendoza el profesor Diomedes Daza, ambos dedicados a la enseñanza del derecho penal, con especialidad en defender sindicalistas, perseguidos políticos y dirigentes renovadores y progresistas; asiste encantado con María, que ha decidido formarse sus propios criterios sobre las ideas políticas de Colombia; son puntuales a la conferencia, Eugenio Gay hace la presentación formal, muestra cifras demoledoras como el elevado número de personas asesinadas por el hecho de discrepar con la ortodoxia de la política oficial y de no aceptar la línea gobernante; desde luego que son personas -más tarde lo argumentan los conferencistas- que obran por su propio riesgo y cuenta; el primero en hablar es Diomedes Daza, nacido en territorio de la Costa Atlántica, territorio de ganaderos potentes que llegan a formar escuadrones de la muerte para defenderse del asedio de la guerrilla y de los secuestradores; Diomedes Daza advierte que ha sido amenazado en muchas ocasiones para que se vaya del país, más de veinte o deje la defensa de ciertos líderes regionales; la verdad -advierte de nuevo-  que las amenazas no vienen solo de una dirección, vienen del fuego cruzado entre la guerrilla y todo lo que se le parece, por un lado, y por el otro, por el gobierno y todo lo que se le parece, como paramilitares y escuadrones de la muerte; Diomedes Daza comenta la ironía que al defender un líder de pueblo, sencillo y valiente, fuera amenazado al mismo tiempo por las dos alas enfrentadas, cada una de ellas lo veía como un enemigo real o potencial; la verdad -continúa con su exposición- clamaba por la honestidad, la utilidad de los fondos municipales y el respeto a las decisiones judiciales, puesto que los dos enemigos poderosos se veían afectados por un modesto hombre, al que logró su excarcelación y libertad total; tuvo que marcharse de la zona y dedicarse a otras cosas distintas, como las organizaciones deportivas en ciudades diferentes; a su vez Eduardo Umaña Mendoza amplía la visión social de Colombia, dice que está de acuerdo con su amigo y colega Diomedes Daza, pero quiere darle una mirada filosófica, como todo en la vida -agrega con gravedad- hay que llevarlo a ese terreno para hacer comprensibles los acontecimientos y los corazones humanos; una vez trazado el canal filosófico, por ahí circulan las aguas de la historia, que inventa los hombres, las ideas y los sucesos; se pregunta entonces cuál es el contenido filosófico del pueblo colombiano, responde que después de reflexionar durante un tiempo lo reduce a la falta de fe en sí mismo, lo que le genera el vaivén de la inseguridad, si no tiene fe en sí mismo, ni la tiene a los demás, de sus dirigentes, ni de su historia, de su porvenir; esa desconfianza despedaza su entusiasmo, lo lleva a la violencia, porque quiere reclamar a la fuerza lo que no ha ganado en el alma, casi similar a lo que sucede con cada persona en particular, hay quienes necesitan reclamar a los demás lo que no logran por sí mismos y no lo logran por sí mismos por falta de fe en ellos, dudan de sí mismos; la historia del país es sencilla de observar y entender, guerras de unos contra otros, de los que ganan el poder contra los que lo quieren, cuando éstos lo consiguen entonces es la guerra entre estos nuevos hombres de poder contra los que han sido desplazados; lo más curioso de todo es que el poder conseguido por el cual han existido cientos y miles de víctimas y destrucción, es la apariencia del poder, cuando el verdadero poder está en otros sitios, en otras manos, en otras arcas; cuál es entonces -vuelve a preguntarse- el poder aparente que da lugar a tantas guerras, no olvidemos que no han terminado las guerras, hay una ahora mismo, a las puerta de las ciudades, en los campos, entre el ejército y las Farc, que son iguales que los anteriores, con una fachada ideológica pero el contenido igual a ver quién se alza con el poder -repite- es el poder aparente, es la lucha por una quimera, una ilusión, un espejismo, aunque me resulte difícil creerlo -insiste- el pueblo colombiano es fácil de engañar, como lo son los niños o en general las personas ingenuas; el poder es invisible, impenetrable e invencible, porque se transforma, se diluye para vivir, no muere nunca, no puede morir, es eterno; la gente cree que el poder se obtiene por ganar un combate o una elección, no es así, ni siquiera los que se perpetúan en el poder lo tienen de verdad; voy más allá -el conferencista se emociona- ni siquiera matar una persona, una idea o todo un pueblo es poder; me da risa cuando veo en los periódicos que Obama o Putin o el Secretario General del Partido Comunista Chino son los más poderosos del planeta !cuánta ingenuidad hay en esas afirmaciones! ostentar un gobierno, incluso por la dictadura, es expresión de poder, entonces ustedes me dirán asombrados -levanta la mirada sobre el auditorio- ¿cuál es el verdadero poder o dónde está? he ahí la gran pregunta que yo quiero ustedes me ayuden a contestarla, yo tengo mis borradores y conjeturas al respecto, pero necesito que ustedes me ayuden a completarla;  de lo que sí estoy seguro es que la búsqueda desesperada de eso que llamamos poder ha causado dolor y tragedia, miseria y exilio y lo seguirá causando; ¿hasta cuándo? -sigue el profesor Umaña Mendoza con sus interrogantes- hasta que la naturaleza humana comprenda que el verdadero poder no está ahí afuera, sino en cada uno, adentro, bien adentro, aunque esto cause sorpresas está relacionado con nada menos y nada más que con la felicidad; se me dirá -prosigue el conferencista-  que la felicidad tiene que ver con bienes materiales, consumibles, contesto que sí, pero no de manera directa como tenerlos es igual a felicidad y no tenerlos es igual a infelicidad, no, de ningún modo; lo que llega de la felicidad como de todas las cosas buenas, es que cada uno la concibe y busca de una manera, no hay una felicidad para todos, ni todos detrás de la misma felicidad, pero sin embargo !cosa curiosa! -se sorprende el profesor Umaña Mendoza- ahora hablamos a nivel de pueblos, de la gente que vive en un país, en un territorio, que las personas que buscan la felicidad se entienden, se protegen, se ayudan, forman un sólido colectivo que los pondrá a salvo de los gobernantes y políticos que quieren prometerles lo que no es posible dar; hagamos acá un ejercicio del tema de la felicidad -el profesor Umaña Mendoza coge un lápiz y un papel- cada uno de ustedes dirá en público y en voz alta lo que busca de la felicidad, mejor cómo hay que ser y tener para ser feliz, eso sí, solo les pido autenticidad en la respuesta, en caso de no estar seguros habrá que decirlo así, entonces no daríamos paso a ningún engaño; empieza el conferenciante a tomar nota, se escuchan las siguientes respuestas: riquezas, un buen empleo, alegría, sexo, viajes, amor, ropa, salud, creatividad...y muchas otras anotaciones similares; ¿ustedes creen -pregunta el profesor Umaña Mendoza- que quien busca creatividad combatiría al que tiene riqueza o el que busca amor se riñe o enfrenta al que tiene salud? se puede contestar de todo, no se trata de resolver ahora el tema, se trata de cuestionar y de meditar o pensar a fondo; les dejo otra pregunta que va por el mismo camino: ¿ al  ustedes creen que lo que buscan como felicidad, se le puede exigir a un gobernante, sea el que sea y que de esa obtención y de esa negación del gobernante se logra la buscada felicidad? al acabar su conferencia el profesor Umaña Mendoza todos sonríen y aplauden, que se muestra contento de haber calentado la reunión, de haber suscitado entusiasmo y meditación; Nacho Chávez se acerca luego de terminada la conferencia a sus paisanos, les da las gracias por haber maravillado a los asistentes con sus fluidas exposiciones y les manifiesta poder tener algún contacto personal con ellos en virtud de estar escribiendo una segunda novela que tiene como fondo la historia reciente política y social de Colombia; ellos le dejan sus teléfonos particulares en Colombia y le piden que cuando vaya al país se ponga en contacto con ellos para intercambiar opiniones y sentimientos que puedan ayudarle para su nueva novela; Nacho Chávez les da en particular las gracias, pero en especial al profesor Eduardo Umaña Mendoza, porque es defensor de un sindicato de trabajadores de Telecom, empresa de comunicaciones estatal, que están siendo juzgados por terrorismo, cuando lo único que han hecho es una huelga general para reivindicar sus derechos laborales; Nacho Chávez tiene un hermano menor que está entre los detenidos porque se sumó a la huelga, junto con otros técnicos; estos comentarios dan lugar a una charla informal y amena entre los tres; en términos generales el profesor Umaña Mendoza pone al corriente a Nacho Chávez del estado del proceso judicial, asegura que en el fondo lo que quiere el gobierno es un escarmiento por la huelga en un sector tan sensible como son las comunicaciones del país, pero no condenarlos por terrorismo, así el fiscal general del Estado se empeñe en argumentarlo en esos términos.

Capítulo segundo

Nacho Chávez comenta luego con María la posibilidad  de viajar a Colombia para investigar el proceso histórico de los últimos años, tal como lo tiene decidido para su segunda novela, escribe cartas a unos amigos y llama por teléfono a familiares para anunciar la permanencia en Bogotá durante al menos seis meses, recibe repuestas afirmativas y a los pocos días se marcha con María, que no conoce Colombia y aprovechará para visitar algunas poblaciones de la mano de Nacho Chávez; hablan con el titular del apartamento que decide guardarles la vivienda a cambio de una remuneración disminuida; la familia de María va a despedirlos al aeropuerto y entre besos y lágrimas se marchan un diez de mayo; al llegar a Bogotá después de un viaje con escala en Venezuela, luego de nueve horas de vuelo, son recibidos por los hermanos y sobrinos de Nacho Chávez, a los pocos días ya viven en una habitación independiente, en el barrio "El quiroga", donde una señora inmigrante del campo del Departamento del Tolima que vive allí con sus dos hijos de menos de treinta años, que trabajan; la hija menor, Edelmira, tiene un hijo de apenas dos años, está vinculada al Distrito de Bogotá en actividades administrativas, puesto que logra gracias a un examen de aptitud y conocimientos, después de enfrentarse para el concurso contra más de mil aspirantes; combina Edelmira su trabajo con el Distrito con los estudios de abogacía en la Universidad Nacional de Colombia, el centro académico más grande del país, que puede llegar a tener más de quince mil estudiantes de las diferentes facultades y especializaciones; el hijo menor, Pablo, trabaja como mozo de almacén para una gran cadena de supermercados, tiene su sede de trabajo al comienzo en una tienda cerca de su casa, pero puede ser trasladado en cualquier momento; la madre de estos dos hermanos se llama Lola, es alta y simpática, nalgas y senos grandes, cabellos negros y nariz sinuosa, está separada ya hace tres años, lo que le obliga a marcharse de su pueblo natal, El Guamo, y emprender viaje para Bogotá para conseguir trabajo y abrir un horizonte para sus hijos; Lola es esbelta y atractiva, ha decidido no tener ningún otro hombre en su vida para no perjudicar la entrega total a sus hijos; Lola cuida del nieto para que Edelmira pueda estudiar y trabajar sin dificultades; Lola se interesa por el propósito de Nacho Chávez y de María y decide indagarlos con curiosidad: -¿cómo se llamará la nueva novela que escribe? -Nacho Chávez primero se queda pensando, luego expresa que no le tiene nombre, pero luego de un golpe de emoción, decide: -se llama Gualanday, un rio que recorre varios lugares donde de niños íbamos con nuestros padres y hermanos de paseo, allí nos bañábamos y luego comíamos gallina con papas y arroz; eran los domingos y allí estábamos todo el día-; Nacho Chávez decide darle ese nombre, aunque el argumento de la novela es histórico, el perfil autobiográfico está presente; -¿para cuándo puede estar terminada? -indaga de nuevo Lola con una gran sonrisa y dispuesta a disfrutar los pormenores de la creación de la novela; -pienso, si todo sale según lo previsto, para dentro de seis meses, buscaremos un editor en Colombia, de lo contrario lo buscaremos en Barcelona, ojalá pueda ser publicada en Bogotá, me gustaría; lo importante es que resulte buena, sea aceptada y pueda venderse para financiar la próxima novela y así seguir con el proceso creador, nada fácil si no hay apoyo- Nacho Chávez se ensombrece al decir esto último, Lola le asegura éxitos, luego charla con María: -¿y tú qué harás mientras tanto? -María le comenta sus fines de visitar las principales ciudades como Medellín, Cali, Popayán, Pasto y luego Cartagena, Barranquilla y Santa Marta; Lola le ofrece su apoyo en la información e incluso le dice que le acompañará para conocer Bogotá; logran entenderse y estrechar sus lazos; Edelmira, a pesar de su corta edad, se enamora de Nacho Chávez y siempre que puede le expresa ese sentimiento, de manera disimulada y astuta, hasta el punto que termina siendo su amante en ausencia de María que está visitando la ciudad; en el fondo de su corazón Edelmira quiere irse a trabajar a España y su relación con Nacho Chávez le da ocasión para conseguirlo; Nacho Chávez está encerrado en la mañana en la habitación escribiendo la novela y por las tardes va a la biblioteca Luis Angel Arango, verdadero templo de los libros y la documentación, incluso ha logrado conseguir un cubículo pata tener acceso a información privilegiada; está contento porque hay bastante material de la etapa histórica que investiga, se va formando una idea clara de los acontecimientos a partir del asesinato del líder liberal  Jorge Eliécer Gaitán, crimen no aclarado aún del todo; Nacho Chávez empieza por interesarse por ese hecho que casi acaba con el pais y que exaltó la violencia, porque ya venía reinando la violencia desde mucho tiempo atrás, pero el suceso de sangre la fortaleció hasta el extremo que el Estado también se implicó en su auge; pero al margen del magnicidio, el fondo del por qué tanta violencia política es de gran interés; luego empieza a darse cuenta que hombres ilustres, inteligentes y audaces toman partido en la en la contienda fraticida; Nacho Chávez cree advertir que hay todo tipo de causas para generar tanta violencia, sin darle prioridad a ninguna causa, lanza la idea que Colombia es proclive a la lucha fraticida, hacia adentro, así como otros paises buscan sus enemigos fuera, Colombia los busca adentro; siente que se le ha dado importancia a la política y de lo que de ella se deriva, como la estructura del Estado, del Congreso de la República, de la composición de la justicia y en general de las instituciones oficiales; este interés ha primado sobre la economía, la vida cultural, la iniciativa privada y de las relaciones internacionales. el por qué de eso, cree, que la vida nacional, del quehacer diario, está marcado por esa información, por los periódicos y los políticos, la radio y la televisión y las gentes tratan la vida política como si lo interesante del país estuviera ahí; por ejemplo es más importante un político que un empresario, votar que el saber leer y escribir, pertenecer a un partido político que ser independiente con un negocio, además se pone empeño que un gobierno cambie un país, su mentalidad, no es así, lo siente Nacho Chávez y lo consolida en su novela; cuando un p aís piensa por sí mismo, no hay gobierno ni tratado que lo sustituya; esta sensibilidad y suceptibilidad son recipientes para ser llenados de ideología, doctrina y prejuicios, ideas ajenas nada propicias del individuo; hasta el momento la violencia surge de un adoctrinamiento, del reclutamiento social de almas disponibles para cualquier cosa; Nacho Chávez registra estos pensamientos dentro del argumento novelístico, en el fondo de todo, narra un amor apasionado, difícil, propio de la época y de las circunstancias; los fines de semana y en los ratos libres Nacho Chávez va con María al estadio de fútbol Nemesio Camacho, más conocido como "El campín", logra conocer de cerca el clásico, similar a todas las ciudades del mundo, entre los dos importantes equipos de la ciudad como son Santa Fe y Millonarios, de éste último equipo surgió el famosísimo Di Estéfano, considerado por muchos el mejor jugador de todos los tiempos, que se fue contratado por el Real Madrid a España en una puja política y deportiva con el club Barcelona; pasean por la carrera séptima, por la décima, la avenida Jiménez, alrededor del centro; toman tinto con almojábanas, empanadas de carne y otras delicias del lugar; leen los periódicos a diario y se dan cuenta que Bogotá es una ciudad de respeto, por el número exagerado de crímenes y robos, entonces deciden que cuando vayan a pasear, indagar un poco de su conveniencia, no estar en la calle más allá de las seis de la tarde y no salir antes de las seis de la mañana, no visitar lugares aislados y cuando escojan viajar en taxi, tomar el número de las placas; con estas prevenciones continúan en el conocimiento de la capital; -María ¿qué te parece si vamos a visitar mi antiguo claustro colegial? donde terminé el bachillerato, es el instituto del Carmen de los Hermanos Maristas -invita Nacho Chávez a su novia, porque quiere visitar algunos religiosos que contribuyeron en su formación como escritor; María acepta encantada y deciden ir por la tarde, después de las cinco, cuando ya han terminado las clases y los religiosos están disponibles; almuerzan como de costumbre en compañía de Lola, que en ocasiones les prepara el arroz, plátanos y papas, mientras ellos ponen la carne; los hijos están trabajando y llegan hasta por la noche; después de la noche Nacho Chávez y María van al instituto del Carmen, se van en bus, se bajan en la calle 39 con carrera décima y caminan hasta llegar a la carrera 16; el instituto del Carmen ocupa una manzana completa, tiene al menos cuatro plantas, en las tres primeras están los salones de enseñanza y en la última las habitaciones individuales de los religiosos; sale a recibirlos un novicio con sotana de color oscuro, con amabilidad les acoge, cuando Nacho Chávez le comenta el motivo de la visita, el novicio ilumina su rostro y expresa su alegría al decirles que los hermanos Julio, Fabio, Orduz, Victorico, Aristizábal, Idrobo y alguno más están ahí y que va a llamarlos; regresa al momento primero con el hermano Julio y minutos más tarde con el hermano Fabio; se dan abrazos con Nacho Chávez,  que les presenta a María; el hermano Julio es un hombre de unos sesenta y cinco años, algo obeso, tez enrojecida, de buen humor, le saca gracia a todo; ahora -dice- está retirado de la enseñanza y dirige la revista del colegio que es quincenal, además le gusta organizar eventos deportivos, obras de teatro y encuentros entre ex-alumnos;por eso encuentra afortunada la ocasión para vincular  a un antiguo alumno, Nacho Chávez, para actividades con los ex-alumnos; le pide su colaboración para organizar una mesa redonda sobre su primera novela y también para que haga comentarios de la construcción de la segunda.-Nacho Chávez le ofrece su apoyo, se muestra emocionado y da las gracias por la hermosa formación recibida; -yo he tenido  un cambio fundamental en mi vida religiosa -le confiesa el hermano Julio- de llevar un comportamiento riguroso con mis alumnos, le daba mucha importancia a la memoria, a la doctrina y a la formacíón académica, giré con rotundidad a raiz de un sueño donde fui visitado por uno de mis alumnos, vestido de ángel, que reprochó mi afán por la disciplina y me invitó a mirar más en la imaginación, la creatividad y el talento naturales, que tiene cada estudiante, lejano y distante de uno a otro; por ejemplo ha sido una estupidez encontrar que un estudiante es malo porque no rinde como el modelo de estudiante, aplicación, conducta, memoria y disciplina; este mal estudiante seguro que tiene otros talentos que hay que mirarlos con bondad y paciencia; su rebeldía en clase puede ser la de no estar de acuerdo con una enseñanza que no descubre su talento; esta visita del ángel, es hora que lo diga con el corazón emocionado, fuiste tú, por el que yo no tenía ninguna confianza, en mi opinión personal no eras el estudiante estrella y por eso te veía con un futuro incierto, de hombre frustrado; ese ángel eres tú y desde entonces cambié  mi manera de pensar y de ver a los alumnos; me volví tolerante, bajé la guardia de la disciplina, le quité importancia a la memoria y dejé que los estudiantes fueran en su estado natural, eso sí, cada uno rinde como es, como siente seguro su corazón;; también descubrí que la religión es un auxiliar para que el individuo se realice, pero no un fin en sí mismo, una meta, un objetivo; lo comprendí de inmediato y no dejo de verlo así y me ha dado mejores resultados con mis alumnos; soy un religioso feliz y realizado, gracias a la Divina Providencia que me iluminó con aquella visita, donde tú, Nacho Chávez fuiste el protagonista visitante, gracias-; el hermano Julio humedece sus ojos, con algunas lágrimas que seca de inmediato con un pañuelo blanco que extrae de un bolsillo de la sotana negra; Nacho Chávez se levanta y le da un abrazo fraternal; vuelve y se sienta; toma la palabra el hermano Fabio que le da las gracias por el encuentro, se reafirma en su total entrega a la enseñanza, de que encuentra cada día un nuevo motivo para educar a los jóvenes y que son muchos los ex-alumnos que tiene; Nacho Chávez recuerda que el hermano Fabio era de preparación científica y social único, une los dos mundos y que por ahí brota el verdadero sabio; le recordó aquella vez que en plena clases de física, decide realizar un elogio del Che Guevara que había mueto en combate en Bolivia, al que consideró un mártir por sus ideas, la coherencia de su existencia al hacer lo que tanto predicaba y ponerlo como ejemplo de alguien superior; el hermano Fabio es bajito, delgado, tiene barba larga y el cabello bien corto, como de un patricio romano; es algo más serio aunque se ríe de las gracias y del humor del hermano Julio; los dos se despiden con fraternidad, luego entran a la misma sala los hermanos Aristizábal, Idrobo y Orduz, que también se muestran contentos de la visita de Nacho Chávez, le preguntan por su actividad actual y le desean que ojalá culmine con éxito su novela "Gualanday"; Nacho Chávez les asegura que la enviará para que ellos la lean una vez sea publicada, junto a su primera novela "El sueño del alfil", se despiden. Nacho Chávez camina por la carrera séptima cogido de la mano de María, ven vitrinas de ropa y comen caramelos de los carritos ambulantes, de pronto escucha la exclamación: " no puede ser es Nacho Chávez ", éste vuelve a mirar sorprendido y ve a Patricia Navarrete a quien conoció en el barrio San Miguel como vecinos que eran de la misma calle; Patricia se casó y se marchó del barrio, mientras que Nacho Chávez continuó hasta cuando también se mudaron del barrio con sus padres, pero al poco tiempo él se desprendió de sus padres, se fue a buscar aventuras por el Sur del país; desde cuando Patricia Navarrete se fue del barrio, nunca más volvieron a saber nada el uno del otro, solo por amigos comunes, ¿dónde estás ahora Nacho Chávez, a qué te dedicas? -le pregunta Patricia sin ocultar su inmensa alegría; Patricia y Nacho Chávez vivieron un romance fugaz en la adolescencia, se van a tomar tinto los tres, entran en la cafetería Sant Moritz, Patricia empieza a contar con rapidez su historia personal, ha sufrido mucho, tiene dos hijos y vive sola, su esposo y ella se han separado y los hijos viven con la abuela materna que los ha criado; María y Nacho Chávez la consuelan y le prometen que si llegan a ver una oportunidad para ella en España se la comunicarán para que se vaya para allí, se despiden y dejan de verse un tiempo; Nacho Chávez y María aprovechan unos días disponibles para viajar por algunos sitios de Colombia, que él ya conoce, estuvo en la adolescencia viviendo en ellos, son la región de Boyacá y el Departamento de Nariño, al Sur del país; en cada sitio de éstos visita entidades y personas con las que puede contar cuando llegue la publicación de su segunda novela aún en curso, toma nota de los desastres de la guerra entre el ejército y guerrilla en el Sur del país que él con sus padres y hermanos conoció como lugares verdes, ricos en flora y fauna, paisajes pintorescos, de las tradiciones de los campesinos y ahora convertidos en campos de batalla, sembrado de minas antipersona, los jóvenes campesinos no tienen elección entre irse con la guerrilla o con el ejército a tomar las armas y combatir a sus propios hermanos; Nacho Chávez nota que hay consumo de drogas poderosas como la cocaína y la heroína, situación desconocida para él; precisa que esta novedad está en el abaratamiento de la droga de consumo interno porque es mezclada con otras sustancias, para dejar, como ocurre con el comercio de productos legales, que la droga de calidad vaya al extranjero, en especial los Estados Unidos y Europa;regresan a Bogotá y preparan las maletas para España, se despiden de familiares y amigos y vuelan en una empresa francesa; llegan a Barcelona donde vuelven a su apartamento de la avenida Paralelo; Nacho Chávez decide acabar la novela cuanto antes, trae información y sentimientos suficientes, ya ha decidido llamarla "Gualanday" en honor al bello recuerdo de los paseos con sus padres y hermanos cuando niño, el rio que lleva ese nombre junto al pueblo y alrededores, que tantas alegrías le traen con solo recordarlo; está orgulloso de su título y está dispuesto a que sea un éxito. Nacho Chávez culmina su novela "Gualanday", se la lleva al editor que promete un tiraje de un millón de ejemplares en menos de un mes, le tiene confianza  al escritor  al que anima a escribir una tercera novela; María decide marcharse del todo para la provincia de Castellón a iniciar una vida vida alejada de la sombra de Nacho Chávez; éste asiste a una velada poética donde conoce a Celia Ramos que le regala el libro "Fieramente hombre", escrito por ella; después de un corto tiempo de verse deciden vivir juntos en el mismo apartamento de la avenida Paralelo de Barcelona; Celia Ramos le confiesa que escribió un poema pensando en su nuevo amor, aunque para ese momento todavía no se habían conocido; ella recuerda que la poesía es clarividencia, entonces le recita estos versos:  "Todos los caminos son el mismo camino/ todos los días van hacia otros días/ todas las noches buscan las perdidas estancias".

                                                                Fin de la novela

Vitelio Chisant
                                               Martorell, 5 de diciembre de 2.013, a las diez de la mañana.

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