miércoles, 30 de septiembre de 2009

La felicidad se queda corta -cuento-

Esperanza Hernández se levanta con rapidez, sale de la habitación justo al amanecer y entra en la habitación de Joselín que comparte con su hermano; ella se sienta en su cama, lo despierta con un saludo suave: - Buenos días Joselín, quiero hablar un rato contigo. Joselín se despierta, se recarga contra la almohada, se sorprende de la presencia de Esperanza.

-Dime Joselín, ¿eres feliz? - Sin esperar la respuesta alarga la pregunta con vivacidad:

-¿Es dificil lograr ser feliz?

-¡No! ser feliz no creo que sea tan dificil aunque yo carezco de fortaleza para hacerlo...

Esperanza no lo deja continuar.

-¿Fortaleza? estaba convencida que la felicidad se lograba con los ideales, la fé, la voluntad, en fin...

- Sí, todo eso ayuda-le salio al paso Joselín con entusiasmo-sin fortaleza no es posible realizar los ideales, ni practicar la fé, ni templar la voluntad, intenta vivir la fortaleza, yo no he podido por eso ser feliz-concluyó Joselín con frustración.

Esperanza le cogio las manos y las puso entre la suyas, sin quitarle la mirada a los ojos huidizos de Joselín le pregunta con ansiedad:

-Dime algo que identifique la fortaleza, por favor.

-Esperanza, si tuviera fortaleza te besaria ahora mismo cuando todos duermen, que sé que estás de visita en nuestra casa, que pocas veces te veo...

Esperanza se acercó a Joselín, le besó en la boca con pasión, le dijo con picardía:

-Sí, es verdad-comentó Esperanza sin rubor alguno-la fortaleza tiene sus limites creados para cada uno, ser feliz incluye aceptarlos.

Se levanta e inicia su actividad con la hermana de Joselín que la llama desde la habitación del lado. FIN

Vitelio Chisant


Barcelona, 27 de Septiembre de 2009

1 comentario:

  1. Gracias pa, fortaleza es lo que tengo sin duda alguna. Besitos para ti, te quiere sasa

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