sábado, 20 de marzo de 2010

Cuento, última parte

El infinito viste de pantalón corto.-
A Carla.-
" Alargamos la existencia, acortamos la vida".-Daniel.-
El infinito descansa después de una larga jornada. Ha despachado asuntos con los océanos, las montañas, los planetas y la bondad.-
A los océanos les ha recomendado no desbordarse, a las montañas no erosionarse, a los planetas no perder el equilibrio; a la bondad no le dijo nada, le miró a los ojos y le cogió la mano.
En otra ocasión realizó un viaje relámpago al Sol, quería comprobar si era cierto si había aumentado su potencial calórico, según quejas de los habitantes del planeta Tierra. Al llegar al Sol sintió que la temperatura era amable.
-Señor Sol -decidió preguntar el infinito- ¿Por qué se quejan los terrícolas?
-Ellos se quejan de todo -respondió el Sol- del calor y del frío, les cuesta mucho ser felices como son.
-Ya veo -reflexionó el infinito- les visitaré y les diré que el Sol se está congelando para que amen el calor del Sol.
Así ocurrió, el infinito advirtió a los terrícolas que el Sol se está congelando, se quejaron de inmediato y obligaron al infinito a ir al Sol para que subiera la temperatura.
El infinito volvió a sus aposentos del Cosmos y archivó el caso por " manifiesta necedad".-
Los terrícolas se siguen quejando unas veces del excesivo calor y otras veces del excesivo frío.-FIN.-
Vitelio Chisant
El Espinal, 20 de marzo de 2010.-

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