viernes, 18 de marzo de 2011

Cuento.-

Alejandro Magno en Barcelona.-

A Mana.-

" La frivolidad retoza con la grandeza.- " Daniel.-

Algunos sucesos de los genios de la guerra llegan a conocerse, no por los historiadores rigurosos, sino por los amigos y compadres del héroe.
Se consigue información en tertulias de borrachos como en salones de especialistas y devoradores de libros.
Pocos saben que Alejandro Magno disfrutaba con todo tipo de juegos, entre ellos el ajedrez, inventado mil años antes de su época; era tan bueno para plantear una batalla como para la estrategia en una partida de ajedrez.
-¿ Cuándo nos vamos para Barcelona ?-le pregunta el general Tarquino, jóven y bravo guerrero, lugarteniente de Alejandro, una vez finalizado un combate contra los persas.
-Ahora mismo-le contesta Alejandro- escoge dos soldados leales para que nos acompañen a tí y a mí y que nuestro ejército descanse durante los quince días que tardaremos en ir a Barcelona, jugar una partida con mi admirado ajedrecista "Bosco el ciego" y regresar.
Una vez en Barcelona, después de cabalgar dieciséis horas diarias, buscan en una aldea llamada "Colonia Miel"-llamada así por la eficacia de sus habitantes en realizar labores artesanales- a " Bosco el ciego ", leyenda viva en el mundo entero por jugar a espaldas de las piezas del ajedrez para no mirarlas y ser invencible, lo encuentran, invita al interior de su hogar a Alejandro, le atiende con bebidas y comidas abundantes y luego juegan una única partida de Ajedrez, porque "Bosco el ciego" tiene por costumbre jugar una sola partida de ajedrez con el mismo rival, por consderar la revancha mezquina, además de quitarle emoción al ajedrez y a la vida. Alejandro Magno acepta las condiciones y comienza el combate.
La partida es intensa, valiente, creadora, donde dos genios derrochan talento y recursos; al final gana " Bosco el ciego " con una maniobra original y simple, ninguno de los dos se ha movido de su silla durante las nueve horas del enfrentamiento en un silencio de infinito respeto.
Alejandro acepta la derrota, da una recompensa en oro a su rival, que la agradece y le despide con esta frase: " por tu forma de jugar y el carácter para aceptar la derrota, noto que eres un hombre de gloria, tanta que se dirá por has ganado esta partida de ajedrez, pero algún día alguien revelará el verdadero resultado."Fin.-

Vitelio Chisant

Barcelona, 16 de marzo de 2.011.-

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