sábado, 22 de marzo de 2014

Cuento.-

                                                  Francisco, el hombre de Roquetas.-
A: Consuelo y Belén.-
"Las distancias tienen sus momentos de encuentro".- Daniel.-
 José María Porta sube con dificultad  las escaleras empinadas hasta llegar a su hogar; trabaja desde las diez de la mañana como vendedor de loterías para minusválidos; su vecino de una vivienda más arriba le oye llegar por el estruendo que produce con sus zapatones negros, le saluda y le pregunta cómo le ha ido; José María encuentra bondadosa la actitud diaria de su vecino y le invita a cenar pescado con alcachofas y beber sangría hasta la extenuación; el vecino acepta la invitación y baja de inmediato con una barra de pan; conversan de política, fútbol y mujeres, se ríen y sus voces suenan como tambores; en sus comentarios nada queda en pié, se arrasa con ferocidad y humor cada tema, ni el mismísimo Dios se salva de las demoledoras miradas; al término de una hora la conversación está agotada lo mismo que la sabrosa comida; el vecino sube de nuevo a su piso a dormir; José María sigue despierto, deja los platos, los cubiertos y las ollas sin lavar, enciende la televisión y ve una película de violencia mundana con la que vibra hasta la medianoche; el vecino se asoma por la ventana del patio común y grita a José María para que se vaya a dormir; éste le contesta que le deje en paz, se enfurece y prosigue con la película de asesinos y policías; llevan así seis años, cada uno reniega del otro sin poderse evitar.- Fin.-

               Vitelio Chisant
                                              Martorell, 22 de marzo de 2.014.-

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