miércoles, 12 de marzo de 2014

Cuento.-

                                                   Una llamada internacional.-
A Jenny Castellano.-
-Por favor señorita, una llamada para España.
-Claro que sí, con todo gusto, pase a la cabina tres, desde ahí la puede hacer.
 Un hombre alto, de más de 1,80 centímetros, el cabello largo y negro, entra a la cabina tres e intenta llamar a su destino.
-Por favor ¿cuál es el indicativo?
-Sí señor, por supuesto, marque primero 00 y luego 7, también  34, después el número de allá.
 La señorita que le atiende tiene una bella nariz aguileña, le brillan sus pequeños ojos para atender con rapidez al público, ahora se concentra  en su cliente alto y simpático que intenta varias veces comunicarse, pero no le resulta posible.
-¿Me puede señorita ayudar a llamar? seguro que tiene usted más suerte que yo, no logro aún dominar las direcciones y teléfonos en Bogotá.
-Está bien señor, déjeme insistir. -Ella consigue la comunicación deseada, le pasa el auricular del teléfono al cliente que consigue hablar con los suyos.
-Señorita, muchas gracias ¿cuánto le debo?
-Son mil doscientos pesitos y un besito en la mejilla. -La bella mujer sonríe y sus mejillas apenas enrojecen.- Fin.-

            Vitelio Chisant
                                        Bogotá, 12 de marzo de 2.014.-

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