viernes, 27 de abril de 2012

El altar de Plutón.- Novela.-

Cuarta entrega.-

2.- El club Omega.-
A iniciativa de Cano se reúnen en casa de Jairo varios amigos comunes, todos menores de veinte años: Alejandro, Fernando, Esperanza, Alvaro, Lucía, Eduardo y alguno más, intentan agruparse y realizar actividades para distraerse. -¿ Quieres ser presidente del grupo ?-, le preguntan a Cano que parece tener la voluntad de dirigirlo, ha tenido la idea y tiene el entusiasmo suficiente para sacarlo adelante. -Está bien, a condición de un secretario para que lleve actas de cada reunión y me ayude en la administración-, acepta Cano que mira a Jairo y le propone como secretario; Jairo es de formación académica, le gustan la filosofía, la literatura, los idiomas, incluso el latín; -acepto- dice Jairo con una mirada de niño regañado, sus gafas oscuras no dejan ver sus ojos azules, pequeños y vivaces: -bueno, es importante que organicemos la reunión de la semana próxima-, Cano empieza su actividad, cree que el mejor día para las reuniones es el sábado, todos le apoyan y pide iniciativas para la siguiente reunión; -leeré un poema mío -exclama Jairo con evidente emoción; Alejandro insinúa que se invite a otros amigos que conoce, argumenta que así el grupo crecerá y habrá más roce social, se ríe con malicia pensando en traer otras mujeres y fomentar los amores entre los participantes; Cano insiste en que haya otra casa para la siguiente reunión; -yo echaré unos nuevos chistes- dice Cano, conocido por su capacidad para contarlos, es hombre de salón y tertulias, tiene hábil palabra y corazón alegre; -bueno, ya está, poemas y chistes, ¿ es suficiente, no ?- interviene Fernando, estudiante de Química, sabe tocar la guitarra y tiene solemnidad en su trato que no se concilia con su corta edad; -está bien, es suficiente y termina la sesión, de aquí en adelante hay libertad de palabra y de tema-, concluye Cano que se da por satisfecho con la primera reunión, para celebrarlo destapa una botella de aguardiente que había traído encubierta entre algunos libros y revistas, bebida de bajo coste y alto rendimiento en sus efectos embriagadores; todos beben un poco, hablan de política sin freno alguno, aquello de "arreglar el país" es un hábito social, comentan las últimas noticias, se despiden y marchan para sus respectivas casas.

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