jueves, 27 de diciembre de 2012

Cuento.-

                                       Un tesoro escondido en Ciudad Kennedy.-
Para Gilma Vela, Armando García, Eduardo y Alvarito.-
" Donde te encuentres, excava un poco y brotarán todo tipo de dichas y riquezas ".- Daniel.-
 Todo Colombia está presente en Ciudad Kennedy, un territorio universal, fraterno y peligroso; los buses llegan y van no dejando ningún pasajero para recoger, ningún visitante para llegar; además de las numerosas personas que allí viven, se presentan en el barrio miles más por la leyenda de existir un tesoro escondido en cualquier sitio; la verdad es que nadie hasta la fecha ha encontrado nada, que la ilusión sigue ahí en cada alma que busca; siglos atrás según algunos historiadores, los terrenos donde se construyó la ciudad era un gran pantano con nutrida vegetación, a donde fueron a parar grandes tesoros escondidos por los indígenas para protegerlos de la ambición española; desde entonces nadie en Ciudad Kennedy habla de otra cosa, el pantano fué perdiendo agua en beneficio de constructores y también a causa de la sequía hasta quedar convertido en un territorio plano, seco y extenso; Guillermo Novoa, Alcalde Menor, ha ordenado de manera moderada excavaciones son perjuicio alguno para las viviendas, pero los resultados han sido negativos. A Guillermo Novoa, ingeniero brillantísimo, le han reelegido los ciudadanos durante más de treinta años, ha construído escuelas, centros de salud e incluso una universidad popular y gratuita, además de parques y jardines para que disfruten las familias; cuando ya casi todos los medios están agotadod en la búsqueda del tesoro escondido, un par de enamorados que pasea por uno de sus parques, ve una luz azul, tenue e titilante al lado de un árbol sin que en apariencia nada la produzca; se acercan con curiosidad y notan que esa luz proviene de las profundidades de la tierra, a donde hay que acceder a través de túneles y escaleras; los enamorados inician la aventura de bajar y después de una hora intensa se encuentran con un área equivalente a una manzana de la ciudad con tesoros que brillan y que están en gigantes cofres y cajas de madera maciza, avisan de inmediato al alcalde que ordena una excavación total y la contabilidad de sus piezas de oro y esmeraldas. Desde entonces nadie en Ciudad Kennedy carece de vivienda propia y barata, ni de estudios gratuitos, ni de comida durante miles de años.- Fin.-

                Vitelio Chisant
                                                 Masquefa, 27 de diciembre de 2.012.-

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