jueves, 21 de marzo de 2013

Cuento.-

                                                       La espera sorprendente.-
Para: Victoria y Eduardo.-
A: Edgar Alba y familia.-
 "-Por favor déjame vivir un poco más- le dice la liebre al zorro que está a punto de atraparla. -No puedo porque se burlarían de mí y no me dejarían los otros zorros salir de casa- contesta el zorro tragándose a la liebre." Daniel.-
 En la única cafetería que existe en la calle Cristóbal Colón del barrio  Abrahan Lincon de los Ángeles, hay un hombre sentado, del que no es posible calcular su edad,  en una de las mesas con numerosas hojas en blanco y una caja completa de colores.
-Les pinto lo que quieran a cambio de diez dólares- dice este extraño personaje de nombre Adi, nadie conoce su apellido aunque asegura ser de ascendencia rumana, es simpático, de mirada limpia y destreza de manos para el dibujo.
-Adi, tengo una gran melancolía, estoy triste, no sé por qué, hágame por favor un dibujo que me rescate de tan penoso estado de ánimo.
 Adi coge sus colores, mira al personaje con detenimiento y en pocos minutos dibuja al triste hombre vestido de payaso en medio de numerosos niños que no paran de reír. Al ver el dibujo cambia su semblante, siente tanto gozo que le paga veinte dólares al artista que se lo agradece.
-Adi, hoy es el cumpleaños de mi hijo Luca, tiene cinco años, es bello y feliz y quiero llevarle un dibujo suyo.
 Adi coge los colores y sin levantar la cabeza como en otros casos la hunde en el papel y con gran rapidez dibuja un niño apesadumbrado, mal vestido, pidiendo un poco de pan en la esquina de una oscura calle a varios transeúntes. Una vez terminado el dibujo se lo muestra al padre del niño bello y feliz que se sorprende pero con gran intuición  comprende  el mensaje del artista: hay niños que sufren y necesitan ayuda y Luca puede tenerlo en cuenta. Paga y se marcha satisfecho con tan especial dibujo.
 Y así durante los días traza al momento imágines coloreadas de diverso contenido. De pronto un día inesperado y único llega a la cafetería el hermano de Adi y le dice en voz baja al oído para que nadie más escuche: -nuestra madre ha muerto-. Adi intenta mantenerse imperturbable ante la dolorosa noticia, coge los colores de inmediato y dibuja una preciosa rosa en las manos de los dos hermanos, de sus rostros brotan discretas lágrimas que al caer al suelo se convierten  en mariposas de tantos colores que forman un arco iris con escalinatas doradas.
                     
                Vitelio Chisant
                                         Martorell, 20 de marzo de 2.013.-
                                               

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