jueves, 3 de octubre de 2013

Cuento.-

                                                       Sócrates en Bracafé.-
Para Alejandro Rueda Durán.-
"Cuando se ama, ningún tiempo es pasado".- Daniel.-
 A Sócrates le gusta pasear por Barcelona, en compañía de sus amigos de siempre Platón, Jenofonte y Alcibíades y los de último momento Pablo, César, Diego y José María; los domingos se pone su túnica enteriza de color plata, los demás días viste vaqueros, camisetas y botas al tobillo con tacón, lleva un pendiente fijo en la oreja derecha con la figura de un triángulo rectángulo en homenaje a su maestro Pitágoras.
 Llega a las seis de la tarde en punto todos los días al bar Bracafé  situado en la calle Caspe, donde consume exquisito capuchino, que en otras ocasiones alterna con cerveza, café solo e incluso una copa de coñac cuando las temperaturas lo requieren.
-¿De qué hablamos hoy? -pregunta Sócrates a sus amigos.
-De la inmortalidad del alma -le reclaman Platón y Pablo.- Fin.-

                         Vitelio Chisant

                                                      Masquefa, 4 de octubre de 2.013.-

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