martes, 3 de diciembre de 2013

Cuento.-

                                                 Un toque final de trompeta.-
A los Hermanos Maristas de la enseñanza.-
"Profunda es la educación que nos descubre".- Daniel.-
 Claudio intenta humillar al nuevo de la clase, algo despistado y de comportamiento lineal que no ofende a nadie; al no conseguirlo le pide disculpas y decide apoyarlo durante el curso escolar; Claudio es obeso y dice lo que se le antoja, no tiene frenos en la boca ni en el corazón; -Oye tú -le dice a Salas empujándolo contra la pared- ¿por qué siempre que ando me encuentro contigo? -Salas apenas se molesta pero es incapaz de reventarle la cara con un puñetazo; Claudio vuelve a la cordura, pide disculpas y se acomoda en su pupitre con las manos cogidas entre sí, a la espera del desarrollo de la clase.
-¿Quién puede resolver este problema matemático, el que se atreva  que pase al tablero y si lo consigue tendrá una nota excelente para este mes -exclama el profesor del área con entusiasmo. El único capaz de resolverlo es el mismo de siempre, bueno en todo, menos en Educación Física, donde se comporta con torpeza; se trata de Guillermo Novoa, los primeros años los estudió en un seminario para ser sacerdote, pero al final abandonó sus estudios canónicos porque "sentía otras pasiones a las que tengo que atender", según lo dijo a su confesor; -su disciplina fortalece su voluntad, y la libertad de haber dejado de manera voluntaria  el seminario multiplica su talento-, es la opinión que tiene de él su profesor de matemáticas; resuelta la ecuación, recibe el aplauso de sus compañeros.
-Hay un concurso de oratoria en la semana cultural -comenta el profesor de Humanidades- quisiera saber quién puede representar el curso-; solo levanta la mano Pinilla, que ha visto películas en blanco y negro de oradores y por los comentarios instructivos y apasionados de su padre; -tiene que preparar un discurso de diez minutos y decirlo en el teatro delante de todo el colegio -acaba  el profesor de completar su comentario para el concurso-; Pinilla empieza a escribir el discurso pero no está satisfecho y decide copiar unas elocuentes palabras dichas por un célebre militar cuando toma posesión de las tierras del enemigo derrotado; lo pronuncia y recibe felicitaciones; él sabe que no es suyo el discurso y siente remordimiento el resto de su vida.
 Nacho Chávez, de prominente nariz aguileña, toca la trompeta por unos instantes en clase y dice que "así da el toque final a una dilatada discusión entre compañeros", todos ríen, el profesor tolera la broma.- Fin.-

                        Vitelio Chisant
                                                   Martorell, 3 de diciembre de 2.013.-

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