miércoles, 12 de junio de 2013

Cuento.-

                                                          El puente del Diablo.-
A Manuel.-
" Las sociedades libres evitan todas las formas de absolutismo".- Daniel.-
 El privilegio de la convergencia fértil de dos ríos, el Anoia y el Llobregat, desde siempre dió posibilidad a Martorell de ser un asentamiento idóneo de pueblos prósperos, que fué cambiando según el Imperio dominante o la civilización conquistadora del momento, de modo que su historia se remonta a varios milenios, también facilita su florecimiento por estar en medio de montañas que nutren de agua natural y biosques en permanente creación, el fácil acceso al mar Mediterráneo por donde llegan productos de otras tierras lejanas que enriquecen su poblado y la eventual marcha de sus habitantes al continente africano o el Asia cercana.
 En el siglo II de Nuestra Era, gobernaba la ciudad el jóven patricio Francés Alonso, natural de Martorell, formado en la Escuela Superior de Administración Pública de Barcelona, entonces conocida como Barcino, que dirigía un discípulo de Cicerón, el romano Enrico Villamizari, con fama de orador político igual a su insigne maestro.
 Francés Alonso era un hombre amante del conocimiento, curioso y explorador, tenía el cuidado de anotar cualquier descubrimiento en cuadernos que luego convertía en libros; es el caso que llegó a elaborar con el paso de los años una enciclopedia llamada "Naturaleza y vida social", llegaron a ser doce volúmenes donde integraba costumbres de los pueblos que llegó a conocer como gobernante o como simple estudioso; esa maravillosa enciclopedia  se perdió en gran parte en un incendio de la biblioteca de Martorell, causada por los enfrentamientos religiosos del siglo IV, algunos fanáticos la consideraban "dañina para la formación y cultura de los habitantes del poblado".
 Además de mejorar las vías públicas empedrándolas con material eterno traído de las canteras de Tarragona, entonces conocida como Tarraco, ciudad de inmenso esplendor en todos los sentidos; construyó un excelente acueducto que aprovechaba al máximo las aguas de la montaña, primero con embalses y luego con canalización a las plazas públicas donde se levantaron fuentes para que los ciudadanos pudieran en cualquier momento acceder al más hermoso líquido del Universo; decretó la enseñanza primaria como obligatoria y gratuita, facilitó para que los mejores estudiantes pudieran continuar sus estudios en Barcelona, incluso en Roma que tenía asignados cupos  para estudiantes de las numerosas provincias del Imperio; relevó del trabajo obligatorio a los niños hasta los dieciséis años y de los ancianios a partir de los setenta años, que empezarín a percibir una paga hasta su muerte.
 Francés Alonso tenía una bella y sensual amante llamada María Azucena Albert Ojeda, nacida en un poblado cercano a Castellón, que ya contaba al menos con mil habitantes, de niña se trasladó con sus padres a Martorell, que se dedicaban a fabricar zapatos con cuero de ganado que traían del Norte y del Sur de Hispania; sus zapatos eran de altísima calidad, tanto por el material como por su detallada elaboración. Francés Alonso se fijó pronto en María Azucena, a la que conquistó e hizo su amante por el resto de su vida; esta atractiva mujer era aficionada a temas de magia y de Filosofía Natural como la adivinación a través del vuelo de los pájaros, la forma y tamaño de las nubes, el cantar de los animales y sus movimientos, los sueños y una poderosa intuición  que rara vez se equivocaba  al vaticinar algún acontecimiento; para ella el Diablo era un personaje natural en la magia de la vida porque mostraba la otra cara, escondida y oculta, producto del miedo y de la arrogancia, distinta y de igual importancia de los seres considerados bondadosos y benéficos; rechazaba toda tiranía de un Dios único;  creaía que " el mal era creado por los hombres para aterrorizar a sus enemigos y someterlos a sus dictados"; para ella el Diablo da equilibro en la armonía del infinito; al final de su vida fué asesinada por un fanático religioso; Francés Alonso, que vivió varios años más, construyó el " puente del Diablo" en honor a su memoria y de su amor incondicional.- Fin.-

                   Vitelio Chisant

                                                    Masquefa, 12 de junio de 2.013.-

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