viernes, 9 de marzo de 2012

Guiño de Tigre, segunda parte, a mamá.-

Séptima entrega.-
1.-Daniel anuncia que se va para el convento de los hermanos carmelitas, una vez que ha terminado su bachillerato, prepara sus cosas y asiste en el último momento a una entrevista con el director de la Comunidad Religiosa que quiere estar seguro de la vocación del aspirante; después de una charla de una hora por los jardines del seminario, el director llega a la conclusión de que la vocación de Daniel es frágil y circunstancial como causa de su huída del mundo que le cierra otras puertas; este acierto se agradece. Es 1967, de sorpresas y encuentros.-
2.-Mi padre que conduce un hermoso chevrolet, acorazado de lujo, frena de inmediato para contemplar un cielo espectacular y místico, propio de una pintura de Miguel Angel; nos encontramos en una carretera de pueblo cerca de Fusa -donde vivimos- de paseo dominguero; es de día, nos bajamos del automóvil y llegamos a la conclusión de que tanta belleza es una mensaje de la Divinidad para cada uno de nosotros, una señal de prosperidad y felicidad. Proseguimos la marcha absortos y contemplativos. Es 1960.
3.-El hermano Julio, educador Marista, tiene un extraño y secreto concepto de Daniel y de otros compañeros en el Instituto Champañat de Pasto, donde cursamos el segundo de bachillerato, en 1962; es nuestro profesor de todas las materias, menos de matemáticas en manos del profesor Calderón, un ecuatoriano bondadoso; el hemano Julio es un cruzado de la educación, que siente la necesidad de transmitir el esfuerzo a sus alumnos, con la ayuda de las orientaciones católicas; es religioso austero, delgado y bajito, lleva entre sus manos a la hora del recreo un rosario que mueve pepita a pepita con devoción, sin perder el control de las demás funciones del patio: la situación se vuelve tensa y rebelde, mis padres deciden hablar con él, no se sabe el contenido de la charla, sin embargo su actitud cambia, lo mismo que la de Daniel.
4.- Elsa reclama de mi madre el favor de ayudarla ante la denuncia que le presenta su esposo por abandono de hogar, es hombre celoso y obsesivo y quiere reconquistar a su mujer; el deterioro de su vida matrimonial es grande, inevitable; acompaño a mi madre a la comisaría de la policia nacional, al salir Elsa nos dice: -ustedes los hijos de Aurita son guapos, pero su madre es única.

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