miércoles, 20 de febrero de 2013

Cuento.-

                                           Conversaciones con el señor Medina.-
A: Patricia Navarrete y hermana.-
Para: Eduardo López López.-
 "Los personajes de pueblo son pinturas inmortales".- Daniel.-
 Llega una nueva funxionaria para ocuparse del juzgado promiscuo municipal de Tuta, es bella y jóven, además de soltera e inteligente; se posesiona ante el alcalde municipal el señor Camacho, un hombre de mundo, divertido y bondadoso; asisten a la ceremonia oficial el señor Rodríguez como personero y el señor Medina como tesorero, de lejos miran la escena la telefonista que está al tanto de los acontecimientos del pueblo, el jefe político de los conservadores, el registrador y algunos pocos ciudadanos que para esos momentos no tienen nada qué hacer; levanta el acta el señor Cepeda como secretario del alcalde, trabajador ceremonioso y leal con su cargo y con su jefe.
-Señorita juez ¿quiere decir algo?-le pregunta el alcalde cuando ya le ha tomado el juramento de rigor y se ha firmado el acto correspondiente.
-Sí, he tenido ocasión de pasear por el pueblo y debo confesarles que me gusta mucho, sus pocos comercios son bien atendidos. he tomado en la cafetería de la esquina del parque una deliciosa infusión de manzana y tengo entendido por estadísticas que Tuta es uno de los territorios sin delincuencia profesional, sin delitos de sangre y con voluntad de progresar de parte de los ciudadanos y de las autoridades, estoy para servirles a todos en el cumplimiento de las leyes, gracias-.La nueva funcionaria sonríe orgullosa del sentido de sus palabras; cuando todo parece estar culminado toma la palabra  el señor Medina: -Aunque no haya delincuencia en el pueblo, abundan señorita juez los escándalos, los pleitos por insultos y calumnias, demandas por paternidades desconocidas y ojo que no tardará en llegar a su despacho la señora Idalí, viuda y de conducta floja, a decirle que mi mujer tiene un amante y que el alcalde se está acostando con ella,  lo mismo que la mayoría de los empleados públicos e incluso el honorable párroco, y que por eso se siente bien protegida, desde ahora le pido su venia para conversar con usted  en privado y ponerla al día de lo que incendia el pueblo.- Fin.-

                  Vitelio Chisant
                                                Martorell, 19 de febrero de 2013.-

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