sábado, 23 de febrero de 2013

Cuento.-

                                              El hombre que quiso ser ángel.-
Para Andreíta Guerrero y Elenita Durán.-
 "Volar no es suficiente para los seres celestiales".- Daniel.-.
 Desde la adolescencia Marco Luis Cruz se ha sentido atraído por los ángeles, encuentra que ellos acompañan y protegen a todas las criaturas, que cada uno tenemos un ángel y cree que el suyo es Miguel, un arcángel que derrota a la bestia que todos llevamos adentro, lee sobre ellos, se echa las cartas donde expresan mensajes concretos, de liberación, entra a las iglesias para conocer sus nombres y hazañas, trabaja con un modesto empleo en un juzgado penal donde observa cómo seres humildes, desprovistos de medios para defenderse, salen airosos de las acusaciones  gracias a su ángel que no les abandona.
 En una amable noche Marco Luis Cruz medita cómo se puede transformar en ángel para ayudar a los demás; se acuesta y sueña que viaja de un lugar a otro, volando, sin detenerse para aliviar a quienes padecen alguna injusticia, enfermedad dolorosa o carencia importante; se despierta decepcionado por el sueño y con tristeza desiste de ser un ángel; sigue al pié de la letra la intuición que le dice que se muestre sensible en casos que lleguen a su juzgado donde hay acusaciones falsas y condenas a gentes inocentes y que mire con atención cómo puede aliviar el dolor ajeno, y lo más importante, que fortalezca sus sentimientos, su lenguaje, su comprensión y sus acciones para estar en disposición de cuidar a los demás, siempre que ellos lo permitan y soliciten. " En vez de volar, cogeré el bus o el tren y si es necesario, el avión, para estar donde me necesiten"-piensa para sí en un alarde de entendimiento.
 Pasan los días, las semanas y los años y se convence que para aliviar el dolor ajeno, como lo hacen los ángeles, no tiene que tomar ningún medio de transporte, le basta estar atento al momento para decir la palabra mágica, desear de corazón lo mejor para alguien, emprender una  acción oportuna o para casos difíciles tener fe de que la montaña, el Sol y la lluvia nos alivian a todos de todos los males.- Fin.-

                 Vitelio Chisant
                                             Martorell, 23 de febrero de 2.013.-

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