jueves, 23 de mayo de 2013

Cuento.-

                                              Retiros espirituales en Sasaima.-
Al padre Fernández.-
Para los últimos católicos.-
 " La religión es una entrega a lo absoluto".- Daniel.-
  Jaime recibe al grupo de jóvenes, unos treinta a los que saluda a cada uno por su nombre, que asisten a un encuentro de líderes que llegan de diferentes colegio de Bogotá y del Departamento de Cundinamarca.
-Bienvenidos todos -dice Jaime parado sobre una piedra- entremos de inmediato al salón principal para escuchar a Tamayo.
 El salón es en forma de teatro, semicircular y distribución de sillas de forma ascendente de manera que se observa al conferenciante desde cualquier sitio del salón; Tamayo no tiene más de quince años, hace una apología apasionada y elocuente de san Pablo "un converso de alma gigante" al que pone como ejemplo de una vida valiente al servicio de Jesucristo.
-Por favor, ahora al comedor -ordena Jaime- donde la mitad del grupo se sienta a comer y la otra mitad sirve los alimentos, después al revés. Se dividen con rapidez las dos mitades; luego -continúa Jaime el órden- pasaremos al salón de actos para ver una obra de teatro representada por los jóvenes del primer dormitorio.
 Los jóvenes están repartidos en cicnco dormitorios de seis camas cada dormitorio; se divierten con la obra de teatro y van a descansar hasta el día siguiente. A las seis de la mañana se escucha por los altavoces música bella para que todos se despierten con amabilidad, luego de asearse asisten a misa en la pequeña capilla, construída en piedra y ladrillo, austera y bien conservada; un sacerdote de escasos treinta años celebra y vive el milenario y sagrado rito con una devoción que causa el llanto en algunos muchachos.- Fin.-

          Vitelio Chisant
                                        Martorell, 22 de mayo de 2.013.-

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