sábado, 20 de julio de 2013

Cuento.-

                                                         Perfume de patria.-
A: Colombia.-
 Los inevitables colegios católicos, el primer recuerdo con la tía Cecilita y mi madre en un tren de carbón con bancas de madera rumbo a la vida, la olvidable primera comunión, la primera salida en flota por cálidas tierras de Sasaima, los paseos al río y los interminables caminos por veredas fraternas,  el seco Salto de Tequendama, las deliciosas tardes deportivas de los miércoles, el apretón de manos con el compañero Villamizar en el larguísimo bachillerato, los puñetazos con Isaac, (sin apellido),  la española Alicia del Carpio y su divertido programa Yo y Tu de la televisión estatal, la mujercita del balcón y su sensual faldita, el turbión de la sexualidad y su  auto represión, el peligro de que ganen los comunistas y se lleven a los niños, las radionovelas de los malos y los buenos, la inminente guerra nuclear gracias a la intrepidez de Fidel Castro, el asesinato de Kennedy y la avalancha de conjeturas, la bella Jackeline, el tío Hernando Pinilla y su amor crítico del mundo,  Caraballo, Pambelé y Valdés y sus leyendas en el cuadrilátero y fuera de él, el baile de los sábados con ron y coca-cola, ¿quieres bailar?, la primera afeitada y la primera experiencia en casi todo, el cura Camilo Torres, la euforia del 4-4 de nuestra selección de fútbol contra la U.R.S.S. y la tristeza de la goleada ante Yugoeslavia en el mundial de Chile, el paroxismo con Pelé y luego con Maradona, también los nuestros Alejandro Brant y Willington Ortiz, un ataque guerrillero, Cochise Rodríguez, Rafael Antonio Niño, el jardinerito de Fusa y la Constelación de corajudos ciclistas,  la inalcanzable universidad pública y el consuelo con la privada, el bello ángel Rodrigo y los poemas de las Escalinatas de Sísifo, mi profesor Adolfo Mina Balanta, el maestro Gerardo Molina, la sensibilidad de mi padre y sus amigos Rafael Padilla y Neftalí Reyes, el invencible amor de madre, el fin del mundo que no asusta a nadie, los viajes en buseta en la caótica y prolífica Bogotá, de los buses ni hablar, el ajedrecista Alonso Zapata subcampeón del mundo, el club Capablanca, el apolíneo Che Guevara y su canto al valor, el apocalíptico sermón de los Viernes Santos, las elecciones donde siempre triunfa el candidato oficial, la democracia por encima de todo, la elocuencia de Belisario Betancurt, la seriedad de Carlos Lleras, el maletin negro de abogado, las borracheras creativas en Boyacá con Javier Pereira, Gonzalo Pérez y amigos cómplices para la eternidad, la miarda personal del Senador Guillermo Torres Barrera para conmigo la independencia del periodista Daniel Samper, el estrellato de García Márquez, la noche larga de Pablo Escobar, mi amigo Tulio Manuel Castro Gil, la familia al completo con su Universo de complejidades y su amor total, las compañeras del alma  Marta Lucero, Alexandra y Paholita, los amores tras las cortinas de seda,  los insuperables hermanos Lucía, Eduardo, Elenita y Camilo, la despedida en el Aeropuerto "El Dorado" en 1986, las noticias lejanas..., emoción y gratitud, Colombia mía, te amo por todo ésto y por muchos más sentimientos, con tus ropas gastadas y tus brazos abiertos. Fin.-

                    Vitelio Chisant

                                                Masquefa, 20 de julio de 2.013.-  

1 comentario:

  1. Qué lindo, Danielito!!!! que recuerdes a Colombia, así,así como la ves la hueles la escuchas, la sientes.... Yo acá en el Cauca, cada día más enamorada de mi familia, mi trabajo, mi vida,mi territorio.... viviendo y reconstruyendo la memoria, soñando a cada instante que en medio de tanta riqueza, un mundo mejor es posible... abrazos.... Olga Lucía

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