miércoles, 20 de noviembre de 2013

Cuento.-

                                                       El mejor orador de todos los tiempos.-
A mi padre.-
" Asoma alguien que al hablar, sus palabras suben desde el fondo de la tierra".- Daniel.-
 Un grupo de amigos se reúnen en la taberna del señor Chaucanés para celebrar la excelente cosecha  conseguida en la región  por los agricultores, que da paso a la prosperidad y la felicidad; cada uno de ellos bebe su licor preferido, levanta su copa o su vaso y brinda con las palabras que brotan de su corazón.
-Brindo por el Sol y la noche, la lluvia y el aire seco, la tierra y su fuego, que unieron sus esfuerzos  para obtener tan altos resultados -exclama emocionado Fritz Goethe, un alemán afable con recientes vínculos en estas actividades, bohemio y excelente jugador de ajedrez.
-Levanto mi vaso de cerveza por mi esposa y mis hijos  que día a día me estimulan en el difícil arte de perseverar en las tareas del campo -se alegra Antonio Ramírez, generoso y acaudalado hombre de empresa que presume de tener un origen humilde.
-No puedo dejar de agradecer  a la cooperativa que facilita las semillas y los productos que cuidan y fortalecen nuestras cosechas, lo mismo que a su agrónomo de cabecera, el doctor Lezaca, que está atento a los buenos resultados.
 Falta por hablar el vendedor que durante años y semana tras semana  visita a los agricultores  con su campero Land Rover para ofrecerles abonos e insecticidas , compartir con ellos sus preocupaciones e interesarse por sus familias. -Don Eduardo, por favor, tome la palabra- le dicen todos a la vez que le miran con gratitud y aprecio.
-Esta cosecha nos la merecemos -dice don Eduardo con su mirada limpia y su sonrisa sobria, de pié, orgulloso de su trabajo y levantando su botella de ceveza Bavaria- la próxima será mejor con los nuevos productos  que nos han llegado...Fin.-

          Vitelio Chisant
                                               Masquefa, 20 de noviembre de 2013.-

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