sábado, 11 de enero de 2014

Cuento.-

                                                         Una leyenda en las ventas.-
A: Fernando Silva.-
"Vender es asunto de colosos, comprar es de tontos".- Daniel.-
 Para un inmigrante es difícil abrirse camino, las adversidades son numerosas y más aún cuando se carece de papeles para residir y vivir de acuerdo a la ley del país de acogida.
-Señor, me llamo Rafael Padilla, si usted quiere y me da la oportunidad le puedo vender esas enciclopedias, por favor...
 El empresario necesita vendedores, no importa de dónde vengan y si tienen papeles o no, su corazón le dice que quien se ofrece para trabajar, por la necesidad de ganar dinero, puede resultar bueno.
-Está bien, relléneme éste folio con tus datos personales y dame una fotocopia de tu pasaporte.
 Rafael Padilla siente inmensa alegría, ha sido por fin escuchado, cumple los requisitos formales exigidos por el empresario, un hombre jóven, algo obeso, rostro enrojecido y mirada bondadosa.
-Señor ¿cuándo puedo empezar a trabajar? -pregunta el aspirante que no deja de mirar las numerosas enciclopedias que se exhiben en la tienda, un local pequeño pero bien aprovechado, al fondo hay una secretaria que revisa papeles, es bonita, delgada y de maneras suaves, delicadas.
-Patricia -le dice el empresario- incluya en el ordenador a partir de mañana a nuestro nuevo vendedor -luego se dirige a Rafael Padilla: -Ganarás solo a comisión, nada de sueldo fijo, el treinta por ciento del valor total de la venta es para tí, dinero que se te liquidará a fin de mes, tienes que desplazarte por los pueblos de ésta zona, pero los gastos del transporte los tienes que pagar tú, ahora, si no tienes dinero para comenzar te puedo dar un anticipo de cincuenta euros que se te descontarán de la primera venta; aprovecha esta oportunidad muchacho y mañana te presentas a las nueve en punto, nada de retrasos ni disculpas, bien presentado, con traje y corbata ¿está claro?
-Sí señor, le agradezco la oportunidad de trabajar para usted, no le fallaré -Rafael Padilla se despide del empresario apretándole con sus dos manos una mano, sus ojos apenas pueden contener el llanto, disimula su emoción y se marcha.
 La leyenda dice que se convirtió en el mejor vendedor de enciclopedias, ganó dinero y parte del mismo lo envió a sus familiares de un país suramenricano; de un momento a otro renunció y se regresó, es posible que la nostalgia le hubiera impulsado a ello.- Fin.-

                    Vitelio Chisant
                                                    Martorell, 11 de enero de 2.014.-

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