viernes, 4 de mayo de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

Quinta entrega.-
La madre y las hermanas de Jairo lo felicitan, creen que los integrantes del grupo son simpáticos y serios a la vez; ellas hablan que Alvaro es de "buena pinta"; Jairo se marcha con Alejandro, entran a una cafetería nocturna del barrio, beben cada uno dos cervezas y se despiden. La semana siguiente el Club tiene nuevos integrantes: Luz Alba, hermana de Jairo y Rosario, hermana de Fernando; Cano da por iniciada la reunión, se realiza en casa de Alejandro; Jairo lee el acta de constitución del club, la aprueban; dan la bienvenida a los nuevos miembros, Cano anima a Jairo a comenzar con la lectura de su poema, tal como lo prometió la semana anterior; es un bello poema de amor inspirado en una prima suya que vive en los Estados Unidos, lo entona con su voz dulce y firme, exalta la belleza del cuerpo y la delicadeza del alma; al terminar sonríe satisfecho de su creación, todos le aplauden y felicitan; Jairo enrojece y promete más poemas y comenta que anhela editar un libro con el tiempo, si acaso consigue alguna editorial que lo apoye. -Ahora te toca echar chistes -dice Jairo que como secretario da paso al órden del día-; Cano es el aludido, cuenta varios chistes, algunos subidos de tono, pide disculpas a las mujeres, todos ríen con la complicidad del humor colectivo. Cano propone para la siguiente reunión bautizar el grupo y señalar las tareas artísticas y de goce entre los socios; Esperanza traerá un cuento y lo leerá; es compañera de colegio con Lucía, son excelentes amigas;  Luz Alba cantará un bolero y Jairo de nuevo declamará un poema conocido: "Canción de la vida profunda"; hay más peticiones pero Cano considera que son suficientes las propuestas. -No olviden traer nombres para bautizar el club-, con estas palabras Cano los despide a todos y recuerda que solo hace falta escoger una nueva casa para la reunión siguiente; Lucía y Eduardo ofrcen la suya, ellos viven en el barrio San Miguel, contiguo al barrio Modelo, donde hasta ahora se han realizado las reuniones; en medio de los dos barrios hay un terreno llano sin construcciones, del tamaño de una manzana, que se utiliza para jugar el fútbol. Terminan con tertulia y aguardiente. Se despiden y se marchan.

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