jueves, 23 de agosto de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

Entrega trigésimo séptima.-
 Rodrigo sonríe en cada observación, siente la necesidad de hacerse conocer y ganar popularidad, no hay otra salvación  ni otra salida para ellos, es angustia y escape; Rodrigo y Daniel sienten que el mundo es denso, la carencia es la presencia, parece que arrastran unas cadenas insoportables, siempre que pueden se liberan hablando de hombres famosos, la vida cotidiana les resulta dolorosa, triste, -¿Cómo llevas la relación con la familia? -le indaga Daniel; -con mi madre apenas nos hablamos, igual que con mi hermana mayor, la única que me habla es mi hermana menor, me pregunta cosas, ¿qué hago?, ¿de dónde vengo?, ¿cuáles son mis amigos? o me invita a ver la televisión, me madre me cuestiona por no conseguir un trabajo ó no seguir una profesión como mis otros primos, ella quiere introducirme en el mundo de la fabricación de ladrillos, negocio que tiene ella por el Oriente de la capital, pero en eso ya está mi hermano-, se lamenta Rodrigo, su madre está separada del esposo ya hace cuatro años, no ha vuelto a saber nada de él, tampoco recibe ningún apoyo suyo para el sustento de los hijos; ellos tampoco pueden ver a su padre, ni él se acerca a verlos ni los hijos tienen voluntad de verlo, la monotonía de la vida les ha llevado a ser así; Rodrigo no quiere hablar del tema familiar, quiere encontrar alguna mujer para compartir estos momentos que se asoman difíciles, entonces se animará para hablar del tema; siente necesidad de compañía femenina, se queja de que las mujeres se retraen cuando notan que el hombre carece de dinero, entonces todo se viene abajo; Daniel en parte está de acuerdo con esa apreciación, pero insiste en que habrá alguna mujer que se interese en el mundo creativo, que incluso esa mujer patrocine la producción creadora; -no hay que desesperar- anima a su amigo Rodrigo que pronto se recupera con la ironía y la risa cotidiana; es el milagro de Rodrigo, puede referirse a un asunto triste y desolador, como de inmediato decir algo divertido donde empieza a reírse de buena gana y dejar el asunto desolador atrás; Daniel no habla de hechos que hundan el alma, no puede hacerlo, prefiere callar si es demoledora la insistencia de Rodrigo ó de quien sea, encuentra una reacción inmediata para verle la cara amable a las situaciones, por eso las conversaciones con Daniel son cortas, aunque prefiere la euforia no puede soportar tanto tiempo bajo ese estado de ánimo, le resulta agotador; ninguna conversación con Daniel puede durar más de media hora, para que permanezca más tiempo tiene que haber otros contertulios, entonces ya no se trata de estar con él a solas, es introvertido, le cuesta expresar algo que sea dilatado y de contenido; él se da cuenta por otras personas a las que conoce, que el hablar del mismo tema horas y horas les seducen, les atraen, que tienen la capacidad de la repetición, de la reiteración; , él se hace a un lado y si puede, se retira; ha tenido que soportar horas completas, junto a otras personas, a un amigo ó un familiar en su trote de palabras, sin que sea posible interrumpirlos; por él saldría corriendo de inmediato, desaparecería siempre que le dieran una oportunidad; con Rodrigo las charlas son cortas, lo que dura tomar un capuchino en el San Moritz, algún tema del día y con el pretexto de otra gestión, marcharse; "así cuido esta amistad", dice para sí mismo; ahora en el propósito de intercambiar escritos los viernes lo ve mejor, porque hay un tema para abordar; los dos amigos cumplen con fidelidad su palabra; durante mucho tiempo, casi sin interrupción alguna, intercambian escritos; Rodrigo opta por el recurso de la poesía libre, sin métrica alguna, se lanza a expresarse sin miramientos ni complejos, a la vez Daniel sigue el camino de la narrativa; para él todo es motivo de narrar "hasta el movimiento de un catre", por la relación estrecha entre cosas y personas y de estos con el mundo entero; la narración pone todo en movimiento, su técnica es la narración corta, primero con frases que es la rápida concepción de los sentimientos, " una frase lo explica todo a través de los tiempos", después de las frases viene el cuento, también corto, de media página, una página, máximo dos páginas, esta es la exageración de la narración y por último la novela, siente que la novela es una narración prolongada, espontánea y la asocia a una Maratón, donde hay que sólo correr, cuidando las reservas del aire y las fuerzas para concluírla; en vez de pasos, palabras, así lo asocia a la prueba reina de los Juegos Olímpicos, de modo que es coger suficientes hojas en blanco, un buen bolígrafo y sosiego durante algo más de dos horas, cronología de la Maratón, superar las dos horas y algunos minutos más, "siempre están superando las marcas olímpicas", le dice a su amigo, pero nunca menos de dos horas.

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