miércoles, 6 de junio de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

Décima quinta entrega.-
Jaime Escobar y Alberto Villamizar no son amigos, pero se respetan; uno se sienta adelante y el otro atrás, al fondo del salón; hay otros compañeros más que quieren emular a éstos dos, son caricaturas y caen el ridículo como son Solórzano, Isaac y Melgarejo; para el año siguiente, ninguno de estos cinco continúan en el instituto del Carmen, abandonan como  es el caso de aquellos dos y son expulsados como ocurre con estos tres últimos. Ninguno supera los quince años de edad.
 Edgar Alba estudia en otro colegio; Eduardo y Daniel lo ven sólo los fines de semana, la cita obligada es el descampado con el balón de fútbol, son horas de diversión, infinitos e imaginativos. Después de terminar ese año, con la desaparición de Villamizar, el baloncesto entra en el olvido, gana el fútbol que traspasa amistades y cursos y se instala en sus almas; el barrio nuevo a donde van a vivir, llamado " del hipódromo de techo ", abre sus puertas para el fútbol, anida en sus calles, en sus zonas verdes, en el seminario parroquial de los religiosos Carmelitas, hasta quedarse para siempre.
                                                    
                                                       


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