miércoles, 27 de junio de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

Entrada vigésimo segunda.-
 -Bueno, hagamos las paces- dice Alejandro para mstrarse conciliador y concluye: -los colombianos tenemos un nivel que no podemos traspasar, como ocurre con los ecuatorianos y venezolanos, ésto en fútbol, a no ser que haya un milagro, tenemos que ver a nuestro equipo al nivel que tiene, para enfrentarnos entre nosotros y no más-; Alejandro sonríe y espera que nadie le dispute este sentimiento, le parece que la religión. como la vida misma,  no es un contenido, es una actitud que llevamos dentro a la hora de ver el mundo y el deporte.
                                                          5.- Matan a Kennedy.-
 Llega el tío Eduardo Belmonte y dice emocionado: -Han matado a Kennedy-; son algo así como las seis de la tarde, encendemos la radio que también hace las veces de tocadiscos y guardadiscos, es alta, cuadricular, su color madera oscura le da presencia, los informativos empiezan a dar detalles; -iba caminando -comenta Eduardo Belmonte-, de pronto unas chicas dicen: "pobre Jackeline", les pregunto porqué y me lo han dicho- todos estamos alrededor de él, nos sentamos ern la salita donde está la radio, los comentarios de la radio y los nuestros, son difusos e imaginativos. -Eso fué Fidel Castro- dice Eduardo y se basa por los cohetes de Cuba que John Kennedy ordenó desmantelar a cambio de no hacerlo con un ataque a la isla; la radio ensalza las virtudes del presidente norteamericano, su juventud y su carácter para enfrentarse a los soviéticos; -dicen que han cogido al asesino -vuelve a comentar Eduardo Belmonte- y añade sin haber superado la emoción: -ojalá sea verdad, no vayan y cojan un pobre pendejo para demostrar la eficacia de la policía-. Eduardo Belmonte es un primo del padre de Lucía, se dedica a la venta de seguros de vida, viaja por la región de Nariño donde vive la familia Durán, es simpático y vital, los que le llegan a conocer, elogian su temperamento afable. La empresa de productos insecticidas para la agricultura ha trasladado al padre para Pasto, tienen una enorme casa de alquiler de propiedad de un sacerdote que tiene problemas con la curia; Eduardo Belmonte lleva unos días con ellos; Pasto es una ciudad pequeña que tiene los servicios y centros suficientes para vivir a gusto, colegios de renombre nacional, una universidad con la casi totalidad de las facultades, hospital y comercio nutrido; tiene un ambiente sano, casi nunca se escucha hablar de crímenes ni delitos atroces, el clima es frío; su mayor carencia es la falta de televisión que ya se disfruta en toda Colombia; aún algunas familias de reúnen para rezar el rosario, las semanas santas son monumentales, tiene hermosas iglesias y mucho terreno para edificar.

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