jueves, 13 de septiembre de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

Entrada cuadragésima segunda.-
 El prólogo es corto y dice así: "Le complace a esta editorial presentar a dos nuevos valores en el mundo de la poesía como son Rodrigo Alvarez Pardo y Daniel Durán Pinilla que descubren la vida con sorpresa e incredulidad, euforia y pesimismo, amor y aislamiento, contradicciones propias de la sensibilidad; esperamos sus comentarios para asegurar una segunda eidición de éste libro". Firmado por Carlos Martínez Barrios, profesor titular de literatura y gramática españolas. La venta del libro es difícil pero eficaz; Daniel y Rodrigo se valen de amigos de toda la vida, del barrio, del colegio, de la universidad, en fin, aprovechan cualquier relación para promocionar el libro y venderlo; alguna gente lo mira, en parte lo lee, pero dicen carecer de los dos mil pesos para pagarlo, prefieren leerlo cuando llegue a la biblioteca; el poeta J. Mario Arbeláez, nadaísta como el profeta Gonzalo Arango, decide realizar una velada con muchas invitaciones para presentar el libro, les pide que compren un ejemplar firmado por sus creadores; logran vender veinte ejemplares, en fin, poco a poco recogen dinero, lo guardan con austeridad y siguen con sus intercambios de escritos de los viernes del café San Moritz, no tienen porqué parar la producción mientras se realizan las ventas; ahora  intentan recoger material para un segundo libro, que en este caso será de una mitad en su contenido de poemas y la otra de narraciones; Rodrigo deja que Daniel publique sus cuentos y frases; Daniel lo comenta con la familia que ya lo ve como un autor de éxito, mientras tanto continua como alumno de la facultad de Leyes de la Universidad Libre de Colombia; Rodrigo dialoga ahora más con su madre y hermanas, que lo besan siempre que se va y cuando llega al hogar.

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