miércoles, 19 de septiembre de 2012

El altar de Plutón-(novela ).-

Entrada cuadragésima séptima.-
 Marta Lucero la invita a una reunión que hay en la parte alta de Barcelona, por la zona de Pedralbes, donde solo se hace meditación y charla metafísica, nada de conocimientos esotéricos, nada de estudios de técnicas tan de moda para encntrar el alma, sólo meditación; asisten Marta Lucero y Francisca a esa reunión, Daniel las acompaña, él, como siempre, espera afuera, le gusta que su esposa asista a esos compromisos porque le audan para su vida, él prefiere mantenerse al margen; Francisca conoce allí a un hombre enigmático, de cabellos largos como los de los indios norteamericanos, delgadísimo y de férrea voluntad para meditar; Marta Lucero los presenta, ellos se toman dirección y teléfono y al pco tiempo, después de algunas comunicaciones secretas, se van a vivir juntos; dejan de ir a las meditaciones y se pierden de vista por un tiempo; Francisca se establece con su nuevo compañero en una población cercana a Barcelona donde él tiene una tienda  de productos para la salud, alternativos a los tradicionales;; Francuisca queda pronto embarazada, se ha llevado a vivir con ella los dos hijos pequeños del primer matrimonio, los dos mayores viven con el padre, ahora está al cuidado de los tres pequeños, Francisca no deja de leer, empieza a recibir visitas de la familia que está interesada en saber cómo vive, el por qué ha hecho cambios tan importantes, el nuevo compañero de Francisca empieza a sentirse molesto por todo ese cuestionamiento y decide cambiar de sitio, alejándose de la provincia y yéndose a vivir a otra Comunidad Autónoma, para el Sur de Andalucía donde tiene un terreno propio, allí comienza a construír una casa, poco a poco,, habitan mientras tanto en otra casa en alquiler, a los seis meses ya viven en su nueva casa; Francisca siente que su compañero empieza a encerrarla y aislarla de los demás; ya ha sido bastante el marchar lejos, quiere que no vaya al pueblo donde él ha vuelto a montar su tienda, evita incluso que ella salga a comprar en los supermercados, él se encarga de todo, ha suprimido el teléfono con el pretexto de que marca mucho y las facturas llegan elevadas, al final ha decidido no tener relaciones sexuales con ella para que su relación sea ante todo espiritual; ha equipado una habitación al lado de la suya para que ella esté ahí sin verse con él durante la noche. Francisca al comienzo accede a esos cambios de él, a sus restricciones porque también siente que lo mjor para ellos en la espiritualidad es quererse sin tocarse, acepta.

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