martes, 25 de septiembre de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

Entrada cincuenta.-
 Daniel observa y de inmediato le dice:-No, no vas a triunfar, los triunfos se mezclan con la derrota, diría que hay más fracasos que gloria, lo siento-, Daniel le suelta las manos, le mira con algo de pesadumbre, la madre consuela a Juan y le dice: -hijo mío, hay que aceptar la derrota y eso te ayudará a ser feliz-; -bravo-dice Daniel- he ahí la mejor respuesta, escucha Juan-; Daniel le pregunta a Juan qué deporte practica y como le va con él, Juan comenta que el fútbol es su deporte, pero que con dificultades logran algunas victorias, el resto son derrotas, que tiene excelentes compañeros y magnífico entrenador que les entusiasma pero no les acosa para ganar, el entrenador, reitera Juan, quiere que hagan deporte y estemos sanos; -!qué entrenador para formidable, eso son los hombres que se necesitan en la formación de hombres, dále un saludo de mi parte, Juan !-; Daniel los despide, la madre le paga a Daniel lo convenido, asegura volver con otro de sus hijos la semana próxima; llega una señora que pregunta por Marta Lucero, quiere que le haga una lectura del Tarot, se le ve angustiada, Marta Lucero sale a recibirla y se encierran en un pequeño cuarto contiguo a la librería, pasan la cortina y allí permanecen casi una hora, ésta señora consultante se llama Cristina, tiene el cabello ensortijado, es rubia, el rostro algo lastimado por una vida triste y desolada; tiene dificultades con el esposo y con su familia; Marta Lucero le muestra otros aspectos de su vida que están bien, que los mire para que se dé cuenta de que todo no es negativo y que lo que ella ve como negativo, es por su propia conducta la que conduce a esos resultados; le mira con detenimiento cada carta en una prolongada Rueda de la Fortuna; Cristina se va contenta, aún así se sabe que volverá en cualquier momento con el lamento en el corazón.

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