El altar de Plutón.- ( novela ).-

Entrada cuadragésima tercera.-
 En Sant Boi está el parque de la " Muntanyeta ",  pulmón de la ciudad; Daniel camina con frecuencia por ahí, a veces de día, a veces de noche; vive con su esposa Marta Lucero y sus hijas Alexandra y Paholita; ve una hoja verde  recién caída del árbol, la recoge y observa sus canales nerviosos que la integran; al comienzo de la hoja las más gruesas hasta debilitarsen y reducir su espesor, no hay alguno donde esos canales nerviosos no lleguen, lo que supone el abastecimiento para la planta y además su intercomunicación con el Universo, porque de la hoja va a la rama, luego al árbol, después a la tierra y con ésta a todo lo demás. " Nada está aislado ni sólo ", es el pensamiento que surge de inmediato; en esos instantes la familia ha instalado una librería donde se realizan trabajos como lectura de manos, cartas astrales, lecturas del Tarot, estudios de Numerología y conferencias sobre extraterrestres, algunos libros del tema se ponen a la venta, en especial los que tienen que ver con la interpretación de los sueños; es un trabajo fascinante; vincula estos espacios del saber con la felicidad; piensa que nada puede ser interesante si se aisla de la felicidad; llega allí el señor Luis Grifols, profesor de asuntos comerciales  y especialista en el tema o.v.n.i.; dice estar dispuesto a dar charlas en la montaña de Montserrat en las horas de la noche; se organizan tertulias para ir, café suficiente y un corazón sensible a lo sorprendente; en la montaña comienza la charla, se habla de todo tipo de prodigios, de líderes mundiales dispuestos a mejorar el planeta, de la relación de La Tierra con el resto del Universo, de lo que no puede desvincularse; en fin, por último de la presencia de seres de otros planetas en el nuestro, de su contribución para su equilibrio, de su respeto al libre albeldrío y a su disposición para ayudar en lo que fuera necesario; Luis Grifols se refiere a los seres  y que están con nosotros.