sábado, 13 de octubre de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

Entrada cincuenta y ocho.-
Luego la gran bondad de la libertad, la bondad de la suerte de la bombilla dentro de una lámpara de aluminio encima de la mesa de escribir; las montañas, los ríos y los océanos; todo ello que tiene la misma vida que tú, bondad que se eleva y se coloca en el firmamento para luz de todos; los inventos que van a la par de las necesidades, los milagros que aparecen si tú los necesitas la búsqueda que alegra el alma, la diversión de los bares, de la televisión, del sexo, de la pasión; en definitiva, la presencia de la mujer en la religión, la expresión bellísima " madre de Dios ", encumbra lo femenino, nos reconcilia a todos; no puede haber mayor bondad en una frase tan corta; es imposible permanecer inmóvil, aquello que nos deja escoger el camino de la felicidad, es la elección, el poder decir sí ó no en cualquier momento; el salir a la calle, dar un paseo y regresar; el visitar a un amigo, a enamorar, a morir según tus deseos y tu voluntad; el derecho personal a escoger; a ésto se añade qué es lo que quieres creer, la vida entera va en eso, en lo que quieres creer, no se puede obligar a nadie a creer, lo aceptaría por unos momentos si es que le obligan, pronto deja la imposición y escoge el camino que le señala la voluntad; la bondad de la  lassuerte que permite que no te falte dinero para lo fundamental; así lo creas ó no; hay ángeles que cuestodian que no falte nada para satisfacer las exigencias de la vida; que si no te llega un dinero para algo es porque ese algo no es para tí, porque en realidad no lo necesitas; no importa lo que sea, lo que cuente, lo que valga, llega; nadie sabe por dónde llega pero aparece, nada por la exigencia, todo por la gratitud y la súplica; es una manifestación bella de la vida, el terminar unos estudios, el tener un trabajo, ser sensible, tener pasiones, amar la vida, agradecerlo todo, es la bondad de la suerte; Daniel tiene un sueño donde ve una pelea de luchadores de Sumo, los ve defecándose, compra lotería y se la gana, gracias a ella se pueden realizar algunas inversiones; en otra ocasión Daniel reclama un euro de la devolución de la lotería primitiva; la chica de la ventanilla en vez de darle el euro, le da el comprobante de otra lotería, la bonoloto,  a jugar esa misma noche, obtiene el premio mayor, suficiente para adquirir una casa de campo, con terreno, a una distanbcia corta de Barcelona, con árboles y posibilidades de sembrar patatas, tomates, verduras y frutas; Daniel quiere que esa casa quede para toda la familia, que se conserve y no se venda en siglos, pide que  las escrituras queden a nombre suyo y de Marta Lucero, así queda asegurada la herencia total, ella tarda en decidir, no quiere aceptarlo, aún está pendiente la decisión, ella siente que es solo de Daniel y así tiene que figurar; ella rechaza heredar, entonces Daniel hace un testamento dejando esa propiedad cuando fallezca para sus dos hijas y para Marta Lucero y así están las cosas; Daniel conserva sus fuerzas para embellecer la finca, la bondad de la suerte ha otorgado a Daniel una paga contínua de la Generalitad de Catalunya, a manera de Renta Mínima de Inserción, él la conserva y con ello puede narrar, cuidar la finca y hacer un voluntariado; lo mejor y más suplime de las bondades de la suerte está en amar, es un milagro superior que ennoblece y da felicidad, es de una fuerza propia de la vida, el que un corazón pueda mantenerse en pié por el amor dice mucho de la naturaleza del Universo, donde todo lo demás es posible, belleza, creación, pasión; por el amor existen los elementos como el agua, el fuego, el aire y la tierra, por ella se manifiestan los ángeles y arcángeles; nada puede comparársele, afortunados los que aman porque ellos son felices; de allí surge, de los éxtasis del amor, el infinito, es decir lo que se renueva sin parar, deja intacta la sustancia que se conserva; en fin, el infinito requiere del amor a la vida, de lo que hay que conservar y de lo que hay que dejar; es la volunbtad renovada, es la libertad que se conserva, es la pasión que se necesita, es la creación que se reinventa, es todo aquello que no puede morir. Daniel reflexiona la serie de acontecimientos que ha mostrado la bondad de la suerte; aquella vez que enfrentados los Estados Unidos y la Unión Soviética, por la crisis de los misiles de Cuba, dos ángeles de luz, de un lado Kennedy y del otro Kruchok, deciden parar la posibilidad de una guerra nuclear que hubiera dejado al planeta sin posibilidad de ser habitado en mil años, cuando se hubieran regenerado los tejidos maltratados; estas dos almas bondadosas, bien asesoradas, dan marcha atrás a un conflicto sin vencedores, todos vencidos a esperar los efectos de energías destructivas; ó la de aquel boliviano que ve quemar una casa, decide entrar a rescatar las personas que allí viven, una vez lo hace, fallece y muere carbonizado; ó la de aquel colombiano en las torres gemelas de Nueva York, que trabaja como camarero de un bar en la`planta 72, siente el impacto del avión, se da cuenta que el edificio empieza a quemarse, baja por las escaleras ayudando a cientos de personas que están atrapadas ó que no tienen el coraje de moverse y bajar por el temor a salir y sufrir algún golpe de los escombros que caen; él los anima y baja con ellos para empujarles a la calle, luego salvar su vida y contar la historia.

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