martes, 16 de octubre de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

Entrada sesenta y uno.-
 Luego viene el reclutamiento, desde nueve mil kilómetros de distancia no es posible trasladar tantos hombres, en cambio a las colonias se les facilita el reclutar sus soldados desde su mismo pueblo, en sus tierras y por último, además de muchas otras cosas, el conocimiento del terreno, la adaptación al medio, a la población, en clara desventaja para el soldado extranjero que el soldado nativo, lo demás viene por añadidura, un caudillo hábil como Bolívar organiza la indeendencia, logrando de antemano alianzas con potencias enemigas de España como Inglaterra ó Francia; -Daniel termina exhausto al recorrer nombres y circunstancias, para demostrar algo que es difícil aceptarlo en su estado puro, que solo la creación cuenta, Chávez mueve la cabeza para rechazar del todo el razonamiento, para evitar prolongar una disputa que no cesará, dice: -Bueno, Durán piensa una cosa, yo otra, es posible que haya una posición política de por medio, también es posible que surja otra postura, como por ejemplo la de Sandino que no acepta ni lo que ha sido demostrado, el ratón de biblioteca es lo que cuenta-, Chávez se calla y entra - al fondo del salón para evadirse de más disputas; Daniel sede un poco, " quizá es un asunto de apreciación ", dice para sí y también se retira a dar una vuelta por el enorme patio del colegio del Carmen de los Hermanos Maristas de Bogotá, antes de escuchar las campanas de una nueva clase, en este caso de Matemáticas con el profesor Fabio Urrea "pildorita ", es profesor en el término  de la disputa con los maestros, pero todos están de acuerdo que ser maestro en Matemáticas es sólo para mentes fuera de lo común, "inventar en Matemáticas es propio de genios", dice Chávez en voz alta para evadir cuanquier discusión; -pero la interpretación de las Matemáticas es lo que cuenta, no su invención-, contra ataca Daniel que está convencido  que la no afortunada comprensión de las Matemáticas las hace difíciles, casi imposibles; -¿por qué tenemos que rompernos la cabeza en la comprensión de las Matemáticas, esto no ocurre con la Historia ni con la Geografñia, algo mal se está enseñando y algo mal se está aprendiendo-, se pone serio Daniel al decir estas palabras y espera a sufrir un poco con la clase que comienza, el profesor Fabio alcanza a escuchar un poco la discusión entre Daniel, Chávez, Sandino y Villamizar, se ríe y decide también tomar partido: -Por eso les enseñamos Matemáticas, para que ustedes sepan un poco cómo son, pero luego inventen, el que pueda, hacer más caminos, nada está del todo hecho, cada día es nuevo en eso, pero para salir por un camino nuevo hay que llegar a un punto común, un punto de partida-, el profesor se calla en la idea de que se ha hecho comprender; -no lo veo así profesor - vuelve a intervenir Daniel- ni siquiera ese punto de partida está ahí, uste lo pone ahí para justificar, bien que lo hace, la enseñanza; yo no veo el punto de partida en la necesidad de comprender las Matemáticas para algo que conduzca a la felicidad del ser humano, pero si eso no está claro no es el punto de partida, esa necesidad no es general, ahí está el error, el creer que algo es para todos, no, es particular, es de cada uno, la necesidad para su propia felicidad es diferente con cada estudiante, con cada individuo y entonces ya habría discrepancias- termina Daniel convencido de que se ha hecho entender aunque sabe bien que de ahí saldrán disparidades, oposiciones y réplicas que harán interminable el diálogo, agotador; -está claro lo que dice Durán, pero cómo podemos conseguir la búsqueda de la felicidad de cada uno, cuando como ustedes mismos  lo han dicho, es diferente con cada estudiante, habría que enseñar a cada uno, acabaríamos con los colegios y volveríamos a la enseñanza particular, por ejemplo la que tuvo Alejandro Magno de Aristóteles ó la que tuvo Simón Bolívar de Simón Rodríguez, y así muchos casos que tienen éxito por la calidad no solo del maestro sino del alumno y los estudiantes sencillos se les margina, los que no nacieron  para la gloria, se quedarían sin función alguna-, "pildorita" ha sido contundente en las explicaciones, le ha dado el toque social que necesitaba, porque la enseñanza, como todas las cosas de la vida, tiene un toque social que la orienta en un sentido ó el otro; hay silencio ante esta argumentación, el que pueda hacerlo que contrate un maestro particular y corone sus conocimientos, si es que necesita esa consolación, el resto que estudien como la mayoría, en colegios públicos y privados, , donde se obtienen certificaciones  de haber cursado años básicos y con ello puedan trabajar; existe entre unos y otros el consenso de que la enseñanza es un requisito social para lograr un puesto en la comunidad, ó una certificación que da por hecho que el individuo está apto para ganarse un salario y ejercitar un oficio ó una profesión; es un requisito de los que no es posible evadirse, así sean hermosas las otras explicaciones e interpretaciones; allá cada uno que quiera entrar en el mundo de las interpretaciones, que lo use como complemento.-

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