martes, 9 de octubre de 2012

El altar de Plutón.- ( novela ).-

Entrada cincuenta y seis.-
 En otra ocasióbn Isaura le pide a Daniel que se tomen un café en la parte de abajo de un edificio de abogados; ella se lo toma despacio, sin apenas tener prisa para nada, se levanta un momento y mira hacia arriba por el hueco de la edificación; quiere mirar si está ahí un abogado que la pueda cortejar, en el que ella está interesada; Daniel paga y se van, afuera ella lo despide. En otra ocasión van cuatro personas a cenar, ella lleva una amiga más y van con un amigo por el que tiene interés; charlan y cuando la amiga y su amigo se levantan al baño, ella le aprieta con sus piernas una pierna de Daniel, con tal rapidez que apenas le da tiempo para reaccionar; es un acto sorprendente e insólito, de osadía y valor, es la cumbre del erotismo; ella demuestra todo el tiempo estar interesada por su amigo, un hombre inteligente y de carrera prometedora, pero en el fondo se siente atraída por Daniel, por el que no tiene interés distinto al de excitarle, porque el erotismo no quiere más, es el juego de la ruleta de las posibilidades, donde siempre gana quien no quiere llevarse ningún premio; es la adolescencia de la riqueza.

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